Brandalessi: «La escuela tiene que poder mirar al futuro»

0

Mariana Brandalessi asumió este año como Supervisora Técnica de Nivel Primario de la Zona 5310. En diálogo con Radio Tortuga 92.9, se refirió a la situación de la educación primaria en la zona. Mencionó la importancia que tiene para la zona la educación ambiental.

La zona que abarca el ámbito de Brandalessi, incluye a Alta Gracia, Malagueño, Falda del Carmen, La Paisanita, San Isidro, y las localidades de ruta 5 desde Santa Ana hasta Potrero de Garay, entre otras del oeste del Departamento Santa María.

«He sido designada en el transcurso de este año escolar con la vuelta a la presencialidad plena«, relató sobre el tiempo que lleva en el nuevo rol.

La profesional habló de los desafíos de la vuelta a la presencialidad plena y la convivencia escolar.

También aseguró que «la escuela tiene que poder mirar al futuro«, y en ese marco contó sobre la prioridad que tiene la educación ambiental para la zona.

Radio Tortuga (RT): ¿Cómo se dio la vuelta a la presencialidad plena tras dos años de virtualidad?

Mariana Brandalessi (MB): Si bien no hubo presencialidad plena, la actividad escolar ocurrió en otro contexto que fue la virtualidad y otros medios. Sabemos que el modo de vincularse de los docentes con las familias y los niños se vio modificado abruptamente por la pandemia, porque al no haber presencialidad, hubo otro tipo de contacto. (…) Sí hay que reconocer el gran esfuerzo de los docentes y los equipos directivos en el transcurso de esto.

Hoy nos encontramos de vuelta en la escuela. Vuelven a aparecer conflictos en torno a la convivencia escolar, porque en el contexto del aislamiento se invisibilizan, y hay que volver a apostar fuertemente a construir lazos comunitarios y de buena convivencia. Creo que es uno de los principales desafíos. Tiene que ver también con una situación social que excede al propio mundo de la escolaridad, y que tiene que ver también con poder escucharnos, dialogar y entender al otro (…).

En torno al aprendizaje, también tenemos muchos desafíos. Por eso es que a través de la línea de política educativa, se han trazado prioridades para el 2022 y el 2023 en torno a la Lengua, la Matemática y la utilización de la cultura digital que nos viene atravesando hace rato, pero que el uso de la tecnología se intensificó con la pandemia y creo que los niños tienen que estar preparados para manejar esos otros medios y fuentes de información alternativas.

RT: ¿Qué objetivos primordiales buscan trabajar en esta zona en particular?

MB: Indudablemente los territorios tienen sus diferencias, sus propios circuitos culturales autóctonos que los representan como comunidad y la escuela no está afuera de eso. Es una institución social que recibe los aportes de todo ese entorno cultural (…).

Estas cuestiones en común tienen que ver con la propuesta de enseñanza de la escuela. Tenemos una fuerte línea de trabajo con la Formación Ciudadana, tratando de sostener los proyectos que la zona educativa viene trabajando históricamente, de fortalecerlos, resignificarlos, de poderlos actualizar según las necesidades de estos tiempos (…).

Los proyectos de fortalecimiento de Educación Sexual Integral yo creo que son una fuerte apuesta, y los fortalecimientos de los saberes concretos del diseño curricular de la Provincia de Córdoba que tienen que ver con dotar a los niños en el desarrollo de las capacidades para leer, escribir, comprender, poder operar y resolver situaciones.

Y una fuerte apuesta también en línea con la nueva ley de educación ambiental nacional que es bastante reciente, pero que miramos como una línea de trabajo fuerte en la zona, sobre todo para lo que es el cuidado desde una ecología profunda del cuidado de nuestro ambiente. Nosotros como parte de este ambiente, como humanos, tenemos un rol fundamental y una responsabilidad social en esto.

RT: ¿Cómo afrontan las infancias en general la adaptación a estas instituciones?

MB: En principio es correcta la conceptualización de infancias. No hay una sola y única infancia, y ese ha sido un avance en la mirada, donde había un niño y una niña con ciertas características, ahora vemos que las infancias se transitan de diferentes modos y con diferentes vivencias.

Creo que hay dejar de lado la mirada cortoplacista y de la coyuntura. La escuela tiene que poder mirar al futuro, a esta formación con responsabilidad social de ciudadanos que cuiden el ambiente, pero que también se hagan cargo y que no deleguen ni en los privados o ni en el Estado solamente, esta cuestión operativa de mirar al ambiente y de conservarlo. Tiene que haber una responsabilidad que empieza del propio espacio, de la escuela, de la casa, del barrio. (…)

En lo pequeño, es donde hay que trabajar, en el sostener sistemáticamente acciones desde la escuela que hagan que haya una cultura preventiva del desastre ambiental. Que también estos niños puedan tener una ciudadanía responsable en torno al ambiente y que nos compete a todos. En ese sentido creo que hay que hacer una red de instituciones, donde no quede sólo en manos de la escuela, o sólo en manos del Gobierno o de los grupos ambientalistas. Debemos poder todos juntos trabajar. (…)

RT: ¿Cómo analizás el nivel en algunas materias y las críticas públicas?

MB: En principio creo que toda crítica tiene que tener el objetivo de poder mejorar y hacer algo al respecto, no sólo sacar la foto. Como sistema educativo tenemos las pruebas estandarizadas que se han ido aplicando de distintas maneras en distintos años y esas cifras nos sirven para leer, e interpretar.

Esas pruebas son un recorte, pero nos sirve para analizar datos de la realidad y tomar decisiones para reorientar prácticas de enseñanza que redunden en beneficios para los chicos.

En concreto, en nuestra zona hemos tenido los operativos y se nos ha hecho la devolución de estadísticas. La prueba determinaba cuatro niveles por decirlo de alguna manera, en relación a los logros y objetivos que planteaba. (…) En nuestra zona tenemos alrededor de un 13 por ciento de los niños y las niñas que se desempeñaron con un nivel bajo, y con un nivel medio y alto más del 50 por ciento. Es un 64 por ciento si no me equivoco.

En un 13 por ciento con un desempeño bajo, hay que poner mucho foco para ver cuáles son esos procesos que no se han dado en estos niños para poder lograr estos aprendizajes. Son los que denominamos aprendizajes pendientes. (…)

RT: Sobre los hechos de violencia que se han visto en escuelas: ¿Cómo se trabaja en la zona desde tu rol?

MB: La primera cuestión es que hay que renovar una especie de contrato social. Cómo en esta institución va a ser nuestra convivencia escolar. En los acuerdos escolares de convivencia, que son aprobados por una resolución donde hubo todo un proceso institucional de consulta y de debate, y supone una construcción colectiva, de decir cuáles son las normas que regulan, en consonancia con las leyes, esta vida en el espacio social de la escuela.

Eso tiene que ser revisado y actualizado permanentemente, más con la vuelta a la presencialidad plena. Por otra parte, el conflicto es inherente al encuentro entre seres humanos, en cualquier espacio social. No existe un lugar sin conflicto, el tema es cómo se aborda, quiénes intervienen ahí y cómo se pone sobre la mesa las cuestiones que hay que discutir.

Allí hay una gran responsabilidad de los adultos, y no sólo docentes sino familias, que en esto tienen que intervenir para revisar ciertos posicionamientos que no benefician a que los niños resuelvan los conflictos de otro modo. Nosotros como docentes tenemos como herramienta la palabra. La violencia nos paraliza, nos toma por sorpresa, nos mueve la estructura, nos pone en una situación de tensión.

Tenemos que darle respuesta a eso, para poder revertirlo. No puede ser un modo de comunicación que se naturalice ni que predomine ni en las escuelas ni en ningún lugar. (…) Hay que poderlo revisar en comunidad, no se puede trabajar unilateralmente. Ni puede venir la solución mágica a los problemas de convivencia escolar.

Hay que hacerlos participar a todos y la familia tiene que comprometerse en esto de ponerse a pensar cuáles son los mejores modos de enseñarles a los niños una comunicación donde la palabra pueda arribar a una solución entre ellos. No usar la violencia, porque genera más violencia, y daño.

Una palabra muy utilizada es el bullyng y tiene que ver con esta mala relación entre pares, donde hay hostilidad y esta agresividad exacerbada. La violencia cuando se instala en un lugar, hace que tengamos que revisar muchas cosas. (…)

También hay que entender los límites, porque a veces los papás nos plantean que no saben qué hacer con él o con ella, y si los papás no pueden hacer en casa, miren ustedes que podrá hacer la escuela con ese niño o niña que no se está educando en un sistema de normas sociales y de convivencia. (…)

La sociedad está viviendo de esta manera y la escuela no es ajena a eso.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí