El aniversario de Alta Gracia y su impronta colonial

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Cada 8 de abril se celebra un nuevo aniversario de Alta Gracia, sin embargo, la ciudad no cuenta con una fecha de fundación. Este medio indagó en la importancia de Manuel Solares en la conformación de la villa, el pasado colonial de la ciudad y el rol de Juan Nieto.

*Por Diego Heredia

Un 8 de abril de 1588, Juan Nieto recibió como premio una Merced de Tierras que abarcaba a la Zona de Paravachasca. Si bien muchos historiadores e historiadoras reconocen como hecho fundador el testamento de Manuel Solares en el Siglo XIX, la fecha en la que se celebra el aniversario de Alta Gracia cuenta con una fuerte carga simbólica.

Para Carlos Crouzeilles, historiador del Museo Nacional de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, la fecha del 8 de abril obtuvo peso porque “remite a un pasado colonial”. A esta fecha la relaciona con tres hitos de peso: la fundación de Córdoba, el paso de los Jesuitas y la llegada de Santiago de Liniers.

El historiador recordó que la Compañía de Jesús fue “una orden muy prestigiosa, sobre todo en los sectores de la elite”, más allá de la contradicción con la historia reciente de los Jesuitas en su “compromiso con los pobres”, y destacó el rol de Santiago Liniers en “la resistencia en las invasiones inglesas y la representación de su figura a cargo de la autoridad virreinal y por ende con una relación muy estrecha con la burocracia y la monarquía”.

Estos hechos, según la mirada de Crouzeilles, lograron darle una fuerza simbólica a la fecha actual que, si bien no remite a una fundación, entrelaza otras acciones que configuran la identidad de nuestro lugar en esa época.

EL ROL DE NIETO

Juan Nieto, que cuenta con su estatua en la Plaza Solares, fue colaborador de Jerónimo Luis de Cabrera, que fundó la ciudad de Córdoba el 6 de julio de 1573. “Las acciones de conquista llevadas a cabo en la zona, consiguieron reducir a los primitivos, en una tarea que cambiaría el destino de las tierras y sus naturales”, expresa el sitio web de la Municipalidad de Alta Gracia sobre las tareas que llevó adelante el “fundador de Córdoba”.

Luego de la fundación de la capital provincial, Nieto, colaborador como “intérprete de la lengua entre nativos y españoles”, accedió a las tierras de Paravachasca un 8 de abril.

“Alta Gracia no fue fundada ni concebida como ciudad. Tiene raíces coloniales porque el primer explorador de esta parte es Juan Nieto, un español americano de padre español y madre india de Santiago del Estero. Era un mestizo conocedor de la lengua aborigen”, explicó en 2015 en una entrevista a este medio Vilma Brondo, bibliotecaria del Museo de la Estancia y profesora de Historia.

Según Brondo, Juan Nieto reclamó estas tierras por ser “el primero en explorar”. “Por eso, a través de los funcionarios de este lugar, le entregaron la merced de tierras y la encomienda de indios, que son dos prácticas muy importantes de esa época”, añadió.

Luego del fallecimiento de Nieto, y como “la legislación española no concebía a la mujer dirigiendo”, según detalló la historiadora, la viuda “se vio presionada a contraer matrimonio”. Allí aparece en la historia Alonso Nieto de Herrera, que es la primera persona que nombró como Alta Gracia a esta zona en honor a la Virgen. Él se casó con la viuda de Juan Nieto y luego de perder a dos esposas, cedió las tierras a la Compañía de Jesús.

LOS JESUITAS Y SOLARES

Mientras la Compañía de Jesús se instaló con un proyecto productivo que generó una gran red de infraestructura a partir de mano de obra esclavizada proveniente a la fuerza desde África y de habitantes de pueblos originarios (no esclavizados), la Villa fue tomando forma con la adquisición de la Estancia por parte de Manuel Solares. Algunas de las obras que dejaron, fueron la Estancia, Los Paredones, el Tajamar y El Obraje.

La producción que se llevó adelante en la Estancia de Alta Gracia, como parte de un conjunto de Estancias Jesuíticas en Córdoba, tuvo como objetivo sostener las instituciones educativas de los Jesuitas, entre ellos el Colegio Máximo que posteriormente dio origen a la Universidad Nacional de Córdoba.

Luego de la expulsión de la Compañía por parte de la corona española, la Estancia pasó a manos de distintos dueños, entre ellos Santiago de Liniers, hasta que llegó el último propietario que fue Manuel Solares.

“Consideramos como fundador del pueblo a Manuel Solares a fines del Siglo XIX, debido a su voluntad testamentaria. Fue el deseo de Solares, que fue prácticamente el último dueño de la Estancia, que Alta Gracia dejara de ser estancia rural y que sea una Villa o pueblo. Entonces, Solares en su testamento, donó parte de sus tierras para crear esta Villa o pueblo y otorga a sus peones la donación de las tierras donde estos peones tenían construidas sus casas”, expresó Brondo en la entrevista de 2015 con este medio.

Para Crouzeilles es importante destacar la voluntad testamentaria de Solares de conformar una villa, pero agregó que se complementa con el posterior recorrido institucional y el papel de diferentes intendentes que ha tenido Alta Gracia. Por último, enfatizó en la importancia que Solares tuvo, no sólo para la ciudad, sino también para toda la región.

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