El rol de las nativas en Paravachasca

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El licenciado Fernando Gallará se refirió a la flora del Valle de Paravachasca, sus usos y la cantidad de especies en la Provincia. También habló de la importancia de las sierras y el rol que juega el bosque nativo en la regulación de los ciclos del agua.


Fernando Gallará es licenciado en Química y trabaja en la conservación de semillas de plantas nativas para su futuro uso en proyectos de restauración o reintroducción de flora.
Por cuatro programas hablará sobre la situación del bosque nativo en Córdoba, su funcionalidad y las características en el programa “Formación Tortuga”. En la segunda entrega, el profesional se refirió a la flora en el Valle de Paravachasca: “En el Valle de Paravachasca hay una confluencia de dos floras, con flora de las sierras y del espinal que es la parte de la llanura, del que queda muy poquito”, explicó, al tiempo que añadió que en las sierras hay una confluencia de tres floras distintas: “el Espinal, el Chaco Serrano y la Región Subandina con este linaje de alta montaña


“En la Provincia de Córdoba tenemos aproximadamente dos mil especies de plantas, la mayor parte de especies nativas que configuran el 95 por ciento del total, y también tenemos un porcentaje que no es muy alto, aunque sí es importante en número, de especies exóticas que han sido introducidas a la Provincia”, informó Gallará.


“Sólo en el área de montaña encontramos prácticamente la mitad de las especies de plantas que hay en toda la Provincia, y alrededor de 900 especies de plantas nativas, entre ellos árboles, arbustos, cactus, enredaderas, hierbas, entre otras”, precisó, y agregó que queda muy poco del Espinal donde se encuentran unas 700 especies de plantas, muchas de las cuales se comparten entre ambas regiones: “Lo importante de las sierras es que tenemos un alto número de endemismo, que son especies que crecen exclusivamente en las sierras, algunas sólo en las de Córdoba y otras en las sierras de San Luis. Algunos endemismos de sierras de Córdoba son algunos
cactus, muy comunes en Paravachasca, que son globosos, conocidos como pencas o asientos de suegras y son muy bonitos y hay géneros muy diversificados”,
explicó el profesional.


Además, mencionó las especies de uso medicinal, como la peperina, el palo amarillo, el poleo, la cola de caballo, la cola de quirquincho, entre otras, que “vienen siendo usadas hace muchísimos años”, y las cuales en algunos casos se siguen descubriendo nuevas propiedades como los “efectos afrodisíacos” en la cola de quirquincho, que fue probado en ratones de laboratorios.
Por último, se refirió al potencial que tienen muchas especies para embellecer jardines y espacios verdes, “muchas veces dejada de lado por ignorancia y por no conocer sus cualidades”.

Hay muchas especies con gran potencial ornamental y de uso paisajístico, que pueden ser incorporadas a nuestros jardines”, planteó.

CICLOS DEL AGUA
Algo que muchas personas no conocen, es que además de la provisión de alimentos, de fibras, de medicinas, del potencial para la utilización para lanas, o del valor maderero de

algunas especies de nativas, una de las principales funciones está vinculada a la regulación de los ciclos del agua.
Específicamente en el Valle de Paravachasca, Gallará expresó: “Sabemos que el agua que consumimos viene de las sierras y las nacientes están en la parte alta. La vegetación de las sierras en particular, actúa como una esponja que captura el agua y regula la distribución temporal de esa agua que llega al suelo”.
“Muchas veces el agua que llega a los ríos es capturada por los bosques de altura y la vegetación actúa como filtros para que la calidad de agua sea mejor”, indicó, al tiempo que graficó: “La vegetación nativa amortigua la caída del agua también, permitiendo que infiltre lentamente y llene las napas, lo que permite que haya agua todo el año”.

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