«Está muy naturalizado ver a los chicos pidiendo o vendiendo pañuelitos, curitas, repasadores o cartoneando»

0

El 12 de junio es el «Día Mundial contra el Trabajo Infantil (TI)». El Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) participa en 2021 de la campaña comunicacional “Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil”, que lleva adelante un conjunto de países nucleados en la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe Libres de Trabajo Infantil. En ese marco, se entrevistó a Marisa Graham, titular de la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes de la Nación.

En la entrevista, Marisa Graham se refirió a cómo la pandemia cambió el plan de trabajo de la Defensoría, a la importancia de generar políticas públicas para garantizar derechos económicos, sociales y culturales; a la problemática de niños, niñas y adolescentes en situación de calle; como también al rol del Estado y de los empresarios, claves para erradicar el trabajo infantil.

FARCO: En su primer año de gestión como defensora ¿tuvo denuncias específicas respecto de trabajo infantil?

MARISA GRAHAM (MG): No hemos tenido. Nosotros tenemos el mismo tiempo que la pandemia. El 28 de febrero juré en el Senado, asumí el 1 de marzo, así que empecé el lunes siguiente. El 19 a la noche empezó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO). Todo este año y meses los cursamos con pandemia. No tuvimos denuncias sobre TI o explotación laboral infantil. Sí tuvimos de chicos en situación de calle, que algunos llaman trabajando, entre comillas, y otros lo llaman ejerciendo estrategias de sobrevivencia.

FARCO: ¿Cree que está naturalizado?

MG: Creo que eso sí está muy naturalizado ver a los chicos pidiendo o vendiendo pañuelitos, curitas, repasadores o cartoneando. Si les preguntas, ellos se autoperciben trabajando, para ellos es un trabajo. No es explotación laboral infantil, salvo aquellos que le venden la mercadería y los estafan, adultos que le venden la mercadería y no les pagan todo lo que deberían. De eso sí hemos recibido denuncias. Ahora, de Trabajo infantil o explotación de una empresa del sector rural o urbano, como taller textil o cultivo de flores o arándano, no hemos tenido denuncias concretas, sabemos que existen pero no tenemos denuncias aún.

FARCO: ¿Qué puede decir sobre la legislación argentina al respecto?

MG: Recién en 2008 tuvimos la ley que prohíbe el trabajo infantil. Esta ley es muy clara, dice que se prohíbe el trabajo infantil; se regula y protege el trabajo a partir de los 16 años. Por lo tanto hoy el TI está prohibido. También después se hizo una reforma en el Código Penal, que fui con el entonces ministro de Economía al parlamento y aplaudimos la sanción de la norma. Pero el registro que nosotros tenemos es que hay pocas denuncias penales y las pocas denuncias que hay muy pocas llegan a sentencia ¿Por qué? Puede tener una explicación: una es la naturalización del trabajo infantil; la otra es que las familias, las personas, no se animan a hacer la denuncia.

FARCO: ¿Hay zonas específicas donde la problemática sea más grave?

MG: Vos tenés el trabajo en la zona pampeana, hay mucha trata, que es otro delito pero que termina con explotación laboral. Tenes a los chicos varones -pero también algunas chicas- del noroeste argentino, que son reclutados y son llevados en micros o camiones y son llevados a la zona pampeana, que antes era la cuenca lechera y ahora está lleno de soja y se ha visto cómo viven los adultos y los chicos que trabajan en esos lugares. Ahora, cuando el Estado argentino ha ido al rescate de los chicos que trabajan en trabajo esclavo, pago a destajo, etc, tenés que pensar que el reclutador vive en el mismo lugar que el reclutado, y hay cierto temor. Yo recuerdo chicos que me decían “vos me sacaste de acá, yo pude cobrar y me pagaron lo que correspondía, pero ¿y el año que viene? ¿Qué trabajo voy a tener?». Uno de los problemas centrales es: nosotros impedimos el reclutamiento, la trata con fines de explotación laboral, que en números es mayor que la de explotación sexual; castigamos el uso del trabajo infantil por parte de las empresas, pero ¿con qué sustituimos el ingreso de ese chicos, chicas y de esa familia?.

FARCO: Ahí se juega la integralidad de los derechos…

MG: La ley 26061 va a cumplir 20 años ya. Efectivamente los derechos no se garantizan por una ley, sobre todo las leyes que pretenden garantizar los derechos económicos, sociales y culturales. Se garantizan con políticas públicas. Lo que llamamos prestaciones positivas por parte de los Estados en todos sus niveles: nacional, provincial y municipal; y la política económica y la generación de empleo. Ahora, no podemos no advertir que estamos atravesados por una crisis económica que ya venia siendo y se agudiza con la pandemia.

FARCO: ¿Qué políticas de asistencia se puede rescatar?

MG: Hay un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que dice el impacto positivo que tuvo el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). Tenemos evidencia del estudio de la OIT sobre el impacto del IFE y la Asignación Universal por Hijo (AUH). Posiblemente el IFE ha bajado en puntos porcentuales la cantidad de chicos que hayan tenido que salir a buscar trabajo. Así se resuelve, con políticas públicas, que es lo que reclamamos desde la Defensoría. Leyes no necesitamos muchas más. Algunas leyes tienen un impacto inmediato y le cambian la vida a la gente, por ejemplo el matrimonio igualitario le aseguró un derecho a una grupo de personas de la noche a la mañana. Ahora las normas que van destinadas a garantizar los derechos, en general, son progresivas, necesitan de un programa, que vaya hacia la eliminación del TI, de la violencia contra los niños. Por eso insistimos muchísimo, tanto al gobierno nacional como a los provinciales y a algunos municipios, que apliquen medidas que refuercen los ingresos familiares. Ante la ausencia de este año del IFE fuimos fuertemente por el aumento en cobertura y suficiencia del Programa Alimentar, con la diferencia que la AUH es un derecho a la seguridad social por el artículo 26 de la Convención de los Derechos del Niño, que está traducido en el artículo 26 de la ley 26.061 y eso está claro. Otra cosa es la tarjeta Alimentar, que es una política focalizada, de emergencia y que se supone debiera ir disminuyendo a media que las familias van mejorando sus ingresos.

FARCO: ¿Cómo hacemos para poner el ojo en el Estado y no en las familias en términos de estigmatización?

MG: Yo creo que la pandemia pone negro sobre blanco algunos desafíos que ya teníamos antes y otros nuevos que vendrán. Pero claramente puso el foco a punto tal de que tuve que reubicar mi plan de trabajo. No podía ser el mismo que había diseñado en 2017. Estamos planteando tres cuestiones fundamentales y una transversal. La primera es la seguridad alimentaria, hambre y malnutrición, es decir sobrepeso y obesidad, que son temas complejos en la Argentina desde antes del pandemia, por eso necesitamos que la tarjeta Alimentar y la AUH estén en los hogares. Por el otro lado, los ingresos. Pusimos el foco en la AUH y en la ampliación de la cobertura. Logramos incidir mucho en el decreto 840 que era sacar el límite del quinto hijo en la AUH y bajar la exigencia de 3 años a 2 años para los niños extranjeros. Y sobre todo no penalizar con al baja del derecho la falta de presentación de la libreta de educación y salud porque entre 300.000 y 350.000 chicos y chicas eran dados de baja hasta que la mamá presentara la libreta. No era justo que se castigara a los chicos privándolos de un derecho. La otra cuestión tiene que ver con la deserción escolar. La ausencia de dispositivos en las dos puntas de la franja etaria, de 0 a 17: el inicial con un déficit de lugares de cuidado donde se educa y se cuida, se cuida y se educa. El Estado tendría que tener suficiencia absoluta en la oferta. Sabemos que hay alguno distritos que no pueden satisfacer la sala de 3. Entonces necesitamos mas cantidad, calidad y financiamiento. En el otro extremo de la franja etaria, de los 14 en adelante, un problema que ya veníamos registrando es un techo de cristal que no logramos atravesar, y que ahí sin ninguna duda la pandemia agudizó, es el tema del abandon, la deserción o el desgranamiento en el pasaje del 2do al 3er año. Por suerte, en la República Argentina está claro que para todas las clases sociales que los chicos y chicas, nenas y nenes, tiene que hacer el primario, tenemos una cobertura muy alta. El problema es en el secundario. Venimos con un problema hace muchos años, y es que un 30% de los chicos que inician el secundario no lo van a terminar. Por eso se hizo el plan Fines, para ese 30%; y también sabemos que de aquellos que la terminan, la mitad de ese 70%, la va a terminar con sobre edad, es decir con más de 17 o 18 años.

FARCO: ¿Por qué sucede esto?

MG: Una de las explicaciones es el trabajo infantil. Los chicos y chicas que tienen que dejar la escuela porque los varones, en su mayoría, salen a buscar al llamado mercado. Me gusta diferenciar la salida al mercado, que no es ayudar al papá en el almacén y no es hacer malabares.- Salir al mercado es salir a buscar trabajo que, por supuesto, es trabajo no regulado. Por lo cual, no hay aportes ni cobertura médica; es trabajo que tendría que estar haciendo un adulto. Y las chicas, que muchas tienen que abandonar la escuela porque tienen que quedarse en sus casas haciendo el trabajo doméstico intensivo; se quedan a cuidar a sus hermanitos más pequeños para que la mamá salga a trabajar. ¿Cómo vamos a culpabilizar a la mamá? Tiene que salir a buscar para darle de comer. Si no esta en una encerrona.  Hace años que las mal llamadas familias monoparentales son monomarentales. Cuando yo era joven se decía mono parental pero la mayoría de las que llevábamos el cuidado de los hijos éramos las mujeres. Y no solo nos quedábamos cuidando sino que también muchas mujeres se quedan cuidando a los adultos mayores. Yo no creo que haya que desfamiliarizar el cuidado. La crianza, la educación y el cuidado es algo que la familia tiene que ofrecer a los niños, aquellas que quieren tener hijos, hijas, hijes. Ahí juega el amor, la crianza, el cuidado y al educación. Lo que hay que hacer no tiene que ver con las mujeres. Tiene que ver con que el Estado garantice espacios de cuidado de calidad en todos los aspectos, desde el punto de vista de a infraestructura hasta las personas que cuidan a los niños y niñas para que las mujeres podamos salir a trabajar estando tranquilas. La mayoría de las mujeres cuando salimos a trabajar no solo por necesidad sino también por vocación, porque uno de los dos es la conciliación entre la vida familiar y al vida laboral. En general dejamos a nuestros niños al cuidado de otras personas; en casa o algún establecimiento público o privado; en esos establecimientos el 94% de esas personas también son mujeres. Al fenómeno de la feminización de la pobreza en los ’80 le siguió la infantilización de la pobreza porque si las mujeres nos empobrecemos nuestros niños se van a empobrecer. Eso reproduce la desigualdad de género y de clase.

FARCO: Hay un daño a largo plazo en el trabajo infantil…será una persona que en la adultez va  tener menos opciones en el trabajo formal

MG: Algunos lo discuten, yo lo sigo planteando, creo que hay una reproducción intergeneracional de la pobreza, cuando tenés dos generaciones de pobres o tres generaciones de ciudadanos por debajo de la línea de pobreza o indigencia esta claro que aquí se reproduce esta cuestión. Porque los chicos y las chicas que no pudieron ir a la escuela porque tuvieron que salir a trabajar por supuesto que van a estar en peores condiciones para insertarse en el mercado laboral que aquel que haya terminado sus estudios, porque la ausencia de recursos materiales de una generación a la otra impacta en la disminución de  recursos simbólicos. No es lo mismo encarar el proceso de aprendizaje después de haber tenido un desayuno con la familia que llegar a la escuela habiendo tenido como ultima ingesta el almuerzo del día anterior en el comedor escolar. El tema es el punto de  partida. Hay que igualar el punto de partida.

FARCO: La realidad de los chicos y chicas en situación de calle cómo se aborda? A veces los ciudadanos no sabemos a dónde llamar.

MG: Toda gran ciudad, todas las capitales, tienen que tener dispositivos para trabajar las infancias en calle. La calle es atractiva para los chicos. La calle en las grandes ciudades genera oportunidades. En primavera, por ejemplo, en las grande ciudades hay muchos chicos en situación de calle. Esto me genera polémica, pero lo sigo pensando: la ranchada pone en riesgo a los pibes pero también muchas veces les salva la vida; contiene de una manera riesgosa con todo lo que tiene la calle. Noto una gran ausencia en las grandes ciudades de políticas especificaras para chicos en situación de calle. Si vos ves las foto de una nenita en el Chaco salteño la gente se sensibiliza. Ahora, esa misma foto trasladada al obelisco no sensibiliza de la misma manera. El tema claramente es estructural. ¿Cómo se resuelve? El ideal es el pleno empleo. Que tengamos un país que genere riqueza, y esa riqueza se distribuya de manera igualitaria. Ahí está el quid de la cuestión.

FARCO: ¿Qué rol les cabe a los empresarios?

MG: También existe esta suerte de naturalización de algunos empresarios rurales como urbanos que explotan laboralmente a los niños porque aumentan sus ganancias. Entonces, estamos apelando a la responsabilidad social empresaria (RSE). Se llenan la boca hablando de esa RSE que es más que tener una fundación y hacer una cena anual. Esta bien que lo sigan haciendo, pero es un poco más que eso. La RSE empieza por generar empleo decente y no explotar mano de obra infantil.

FUENTE: INFORMATIVO FARCO / AGENCIA FARCO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí