Juan Martín Guevara: al «Che» hay que hacerlo humano

0

Antes de participar de la jornada de cierre de la 19ª Semana del Che de Alta Gracia, Juan Martín Guevara dialogó con Radio Tortuga sobre el legado histórico de su hermano el guerrillero heroico Ernesto «Che» Guevara, quien el 14 de junio cumpliría 94 años.

«No teníamos la idea de que este hermano iba a ser lo que es ahora, era un hermano más. Él era ‘Ernestito‘». Así lo recuerda el menor de los hermanos, Juan Martín, a quien se convertiría con el paso de los años en el guerrillero heroico Che Guevara, emblema de la Revolución Cubana e ícono de los movimientos insurgentes del tercer mundo.

Rasgos del «Che» en Ernestito

RADIO TORTUGA (RT): ¿Cómo describís los años que vivieron juntos y que definían a Ernesto como tu hermano y no necesariamente como el «Che» que conocemos mundialmente todos y todas?

JUAN MARTÍN GUEVARA (JMG): Varias de las cosas que tenía de joven, las fue profundizando cuando se convirtió primero en un médico conocido y después, con Fidel (Castro), en el «Che«. Tenía un sentido del humor ácido, irónico y provocador. Yo era como un juguete de él. Siempre estábamos jugando. Otra de sus características era que viajaba mucho. La familia era viajera. Empezó en Misiones, después Rosario, Alta Gracia, Córdoba, Buenos Aires. Era una calesita. Pero él fue el que más viajó. Hacía dedo primero, después la bicicleta a motor…

Recuerda Juan Martín Guevara que el «Che» en un discurso, evocó ese andar viajero: «Yo tuve una vida muy aventurera; pero soy un aventurero de los que ponen el pecho para demostrar sus verdades». Dice sobre su hermano y esa frase: «Él mismo aceptaba esa vida de andar de acá para allá, pero con los pies en la tierra, no como un turista privilegiado».

Otra característica de la personalidad de «Ernestito» que Juan Martín encuentra en el «Che» es que «era un cabeza dura: decía que iba a hacer algo y lo hacía». A propósito de esa cualidad, refiere que en la última carta que envió a su familia, pese a afirmar que tenía los pulmones cansados y las piernas flácidas, concluía con un «lo haré». «Ese ‘lo haré’ es él», afirma Juan Martín Guevara, «él, que cruzó el (río) Amazonas siendo asmático, que estuvo en las sierras, en Bolivia, con un asma que no era cualquier cosa. Él mismo dijo que cultivó una voluntad con manos de artista».

Volver humano el mito

RT: ¿Qué se decía en tu casa sobre el camino que eligió tu hermano?

JMG: Todos lo estuvimos apoyándolo, de una manera u otra, desde el mismo momento en que dejó de ser Ernesto y pasó a ser el «Che». En ese momento yo dejé de ser Juan Martín y pasé a ser el hermano del «Che». Yo digo que soy hermano de sangre de Ernesto y compañero de ideas del «Che«. A los 15 años viajé a La Habana, al inicio de la Revolución Cubana. Llegamos el 11 de enero y el 1º se había escapado (el dictador Fulgencio) Batista. La Revolución Cubana fue para mí y para la juventud de mi época, un antes y un después. Ahí hubo algo distinto. La Revolución Cubana no fue cualquier cosa para nosotros. Ninguno de la familia estuvo enfrentado ni en contra, alguno con un poco más de miedo con el tema de la lucha y las posibilidades de que lo hirieran o muriera. Cuando desembarcó el Granma, que había salido en los diarios que todos los tripulantes que habían bajado, habían muerto; fue un impacto en casa, porque pensamos que lo habían matado. Y llegó una carta que tiraron por abajo de la puerta, que estaba firmada por Teté, que era el sobrenombre que tenía cuando era bebé. La mandó así para que nadie supiera que estaba vivo. Ahí recuperamos algo de tranquilidad. Decía que tenía siete vidas y había perdido dos, eso quería decir que lo habían herido.

Juan Martín Guevara lleva varios años llevando el legado de su hermano por diversos escenarios y lugares de Argentina y el mundo. Sobre esa tarea que ha asumido y la repercusión que genera su figura, manifestó: «El impacto en los demás ya lo tengo incorporado, en algunos casos con una emoción que un poco me tengo que blindar. Porque algunos te dan un abrazo y se ponen a temblar, como si estuvieran tocando al ‘Che‘. Yo ya lo asumí, no es una carga; es una responsabilidad, no puedo decir cualquier cosa. Los mitos no crecen de un repollo o del sombrero de Mandrake; son generados por las sociedades, son necesidades para creer en algo. Al ‘Che‘ hay que hacerlo humano».

FOTOS: GENTILEZAS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí