24M: comienzan las reuniones organizativas para la Marcha de la Memoria

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Por Pablo Rodríguez. El Colectivo Paravachasca por la Memoria lanzó una invitación abierta a la comunidad para sumarse el sábado 25 de febrero, a las 19 en la Plaza Mitre, a la primera reunión para organizar una nueva marcha por el «Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia», que se realizará el 24 de marzo en Alta Gracia.

Desde hace más de una década, el Colectivo Paravachasca por la Memoria (antes «Jóvenes por la Memoria») sostiene la organización de esta movilización popular que, edición tras edición, multiplica su participación en un recorrido que arranca en el Reloj Público y culmina en la Plaza Mitre (Plaza de la Memoria) con un acto con la lectura del documento único y un festival con artistas de la región.

El reclamo hace mella en el repudio al terrorismo de Estado y en el reclamo por celeridad en las causas judiciales sobre los responsables últimos y también sobre quienes planificaron y financiaron las dictaduras; y también propugna la recuperación de los cuerpos de las y los miles de desaparecidos, la restitución de las identidades de los cientos de nietas y nietos apropiados, y la reparación a las víctimas.

El Colectivo Paravachasca por la Memoria es un espacio abierto y multisectorial, conformado por vecinas y vecinos independientes, partidos políticos y organizaciones sociales, ambientales, culturales y territoriales.

Por la pandemia, en 2020 no se realizó la marcha y en 2021 se llevó adelante con un acto de cierre breve y cuidado. En 2022, en tanto, explotó en participación. Se estima que se sumaron entre 3000 y 3500 personas.

En 2023, la democracia argentina cumple 40 años de vigencia ininterrumpida; dato que seguramente atravesará a la movilización.

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Nombrar para vencer al olvido

A lo largo de los años, la marcha, en las consignas de sus carteles, en los cánticos que se escuchan a su paso y también en el texto del documento único que se lee a su término, acompaña los procesos que en materia de «Memoria, Verdad y Justicia» se viven a nivel nacional, provincial y local, y también las demandas de Derechos Humanos en el plano internacional.

Así, esta manifestación popular resistió el intento de otorgarles el beneficio del «2×1» a genocidas condenados por crímenes de lesa humanidad, repudió el golpe de Estado en Bolivia, celebró la sentencia de la «Megacausa La Perla» y lamentó la partida física de su máxima referente Emilia Villares de D’Ambra (Emi).

Asimismo, esta marcha amplifica las novedades que se van conociendo respecto de las víctimas del terrorismo de Estado que nacieron, vivieron o sufrieron la represión en el Valle de Paravachasca; a quienes no sólo nombra, sino también ilumina con la exposición de sus rostros, sus historias de vida y sus trayectorias militantes.

Además, durante la marcha y con la lectura del documento único se da cuenta del nombre, condenas y prontuarios de los genocidas de la región que, ya condenados, vivieron y viven cobijados bajo el impune desconocimiento o silencio cómplice de la mayoría de sus vecinas y vecinos.

Finalmente, en esta movilización se nombra y aplaude a las y los ex presos políticos que sobrevivieron a los años del terror y brindan imprescindible testimonio sobre las atrocidades que la historia oficial quiso silenciar, para que el proceso de «Memoria, Verdad y Justicia» pueda avanzar.

Un caminar que multiplica

Otro dato relevante de la marcha vernácula, además del que estricta y fríamente refiere a la cantidad de personas que se suman cada año, es la creciente y visible heterogeneidad que la puebla.

Esta movilización que hace una década y media se debatía entre ser y no ser, a sabiendas de la necesidad de fortalecer la que se realiza en la ciudad de Córdoba, con los años se renueva generacionalmente, con una creciente y entusiasta participación juvenil.

Además, entrelaza en un telar humano multicolor las batucadas, cánticos, banderas y carteles identificatorios de las organizaciones sociales, políticas, culturales, ambientales y territoriales; con intervenciones de murgas y cuerdas de candombe; y los mensajes pintados a mano y los pañuelos y flores rojas tejidas artesanalmente, que las familias anónimas portan con orgullo y emoción, mientras aplauden y corean cada consigna propuesta.

Hermana a este variopinto colectivo el grito de «¡Presente!» que responde a la mención del nombre de cada detenido desaparecido de la región, en las pausas que la movilización se permite al llegar a las esquinas; culminando con encendidos aplausos.

En el frente de la marcha, cada año, la bandera barredora del Colectivo organizador es acompañado por los rostros de los detenidos desaparecidos de la región: Carlos y Alicia D’Ambra, Hugo Pavón, Luis Agustín Carnevale, Elba Rosa Navarro Iriarte, Carlos Castagna, Viviana Real Meiners y Lucio Beltramino. Junto a ellos, la foto de «Emi» D’Ambra y Santiago D’Ambra, referencias insoslayables de la lucha por los Derechos Humanos en la Provincia, completa la postal que las fotógrafas y fotógrafos quieren registrar, en perspectiva, para transmitir la dimensión que cobra esta cita ineludible en la región.

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