Alta Gracia explotó de alegría con la conquista de la Copa del Mundo

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El caluroso domingo 18 de diciembre, las calles de Alta Gracia estallaron ante el triunfo por penales de la Selección Argentina de Fútbol Masculino ante su par de Francia, en la definición de la Copa del Mundo Qatar 2022. La Plaza Solares, como desde el comienzo de este torneo, fue el epicentro de los festejos que se extendieron hasta casi la medianoche.

El triunfo desde los 12 pasos, tras una infartante definición que al cabo del tiempo reglamentario acabó 2-2 y 3-3 tras el suplementario; detonó los festejos en todas las plazas del país e incluso en diversos puntos del planeta.

Esta conquista de la Copa del Mundo se le venía negando a la Argentina desde 1986, tras perder sendas finales contra Alemania en 1990 y 2014; ambas 1-0. En este caso, además, se sumaba el condimento de que Lionel Messi, con 35 años, había dejado entrever que ésta sería su última Copa del Mundo.

Precisamente, el astro máximo del fútbol global, Lionel Messi, fue la máxima figura del equipo y también su máximo goleador, con siete conquistas. Además, durante la Copa se convirtió en el jugador con mayor número de presencias en la cita mundialista y también en el máximo artillero argentino en los mundiales.

El combinado albiceleste, además, contó en este equipo que conjugaba experiencia y juventud, con el protagonismo de Emiliano «Dibu» Martínez en el arco y la solidez defensiva del experimentado Nicolás Otamendi, el aguerrido Lisandro Martínez y el temible central cordobés Cristian «Cuti» Romero, en el centro; y un abanico de grandes laterales, como Nahuel Molina (de Embalse), Marcos Acuña y Nicolás Tagliafico.

También un mediocampo nutrido de pies excelsos, como los de Enzo Fernández, Alexis Mac Allister, Leandro Paredes y Rodrigo De Paul; y la experiencia y la velocidad de Ángel Di María para acompañar a Messi en la generación de fútbol para los delanteros de área, cuyo principal referente en este torneo fue el nativo de Calchín, Julián Álvarez.

Pero por sobre los nombres propios, lo que enamoró al público en este mes de noviembre y diciembre fue la humildad y el espíritu colectivo de un equipo que tras el traspié inicial (0-1) frente a Arabia Saudita, encontró en el laborioso día-a-día y el contagioso acompañamiento popular la llave para atravesar cada desafío, con la mirada puesta en esa Copa que tantas veces había sido esquiva.

Los desbordados festejos en las calles, tras la obtención del premio mayor, dan cuenta del fervor popular con este equipo: un enamoramiento mutuo que perdurará en el tiempo.

LAS FOTOS QUE ILUSTRAN ESTA NOTA SON GENTILEZA DE FRANCISCO ESPINA Y DIEGO SEPPI

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