Altamirano: «Pretendemos que en Alta Gracia, los lugares arqueológicos no se profanen, no se loteen»

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En diálogo con Radio Tortuga 102.7, Elvio Altamirano, referente de la Comunidad Paravachasca de Camichingones, actualizó el estado de los reclamos por tierras de los pueblos originarios en nuestro país y la legitimidad de sus luchas. Explicó además las demandas locales de la comunidad originaria de esta zona.

En el marco de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, ocurrida el pasado 1 de agosto tras la represión de Gendarmería en la Lof en Resistencia de Cushamen, surgieron cuestionamientos, motorizados por los grandes medios de comunicación, en tornos a la legitimidad de los reclamos por tierras de parte de los pueblos originarios. Ante ello, desde Radio Tortuga 102.7 dialogamos con Elvio Altamirano, referente de la Comunidad Paravachasca de Camichingones sobre la problemática del reconocimiento de los territorios pertenecientes a pueblos originarios, actualmente en manos de desarrollistas inmobiliarios o de propietarios extranjeros.

«Siempre cito el ejemplo del pueblo de La Toma», comenzó diciendo Altamirano y continuó: «Con el argumento del progreso como falange, se lotea la tierra comunitaria y se les da a todos los hermanos indios un lote a cada uno y ya desaparece la tierra comunitaria, entrando en el sistema de la propiedad privada». Por imposición, el uso de la tierra a campo abierto trabajada en comunidad, se reduce a parcelas, cada una con un dueño determinado. Ello, en el mejor de los casos, siendo que en otras situaciones los pueblos originarios fueron directamente sometidos y obligados a ceder las tierras que habitaban.

«Las tierras no son propiedad, en el caso del sur de Benetton, sino que le pertenecen a los pueblos originarios», enfatizó Altamirano al tiempo que lamentó: «En el caso nuestro acá en Córdoba no tenemos ni un metro cuadrado de tierra entregadas a los pueblos originarios y actualmente hay varias comunidades que están reclamando su tierra». No se trata de un capricho, sino que «un indio sin tierra no es indio, porque en la tierra uno se reencuentra con la madre tierra, vive con ella y se abastece de ella, es una lazo muy fuerte entre la tierra y nosotros», destacó.

La reforma de la Constitución de 1994, mediante el artículo 75 inciso 17, reconoce la preexistencia étnica y cultural, garantiza el respeto a su identidad, educación bilingüe e intercultural, personería jurídica de sus comunidades, posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan, entrega de otras aptas y suficientes, asegura la participación en la gestión de los asuntos que los afecten, especialmente en materia de recursos naturales. Sin embargo, «es muy común que el Estado intente desnaturalizar nuestra identidad, como una forma de desacreditar el reclamo» y al mismo tiempo, hace caso omiso a la legislación superior.

En lo que respecta a nuestra ciudad, Altamirano precisó que consideran el reconocimiento por parte del Estado «se viene respetando el derecho a conmemorar y conservar nuestras tradiciones», pero «pretendemos que los lugares arqueológicos, sagrados, no se profanen, no se loteen, ni se rompan (…) y que se conserve el patrimonio nuestro».

Escuchá la entrevista completa acá:

Ultimo dia libre de los pueblos originarios (1)

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