En la tarde del viernes 1º de julio, en los Tribunales de Cruz del Eje, el juicio por el femicidio de Cecilia Basaldúa concluyó con un celebrado veredicto: el jurado dispuso la absolución de Lucas Bustos, cuya imputación era cuestionada incluso por la familia de la víctima. También recomendó al Fiscal General de la Provincia que designe una nueva Fiscalía de Instrucción para que se realice un nuevo juicio, oyendo de esta manera las críticas que esta investigación venía recibiendo desde sus inicios.
En la jornada de cierre del juicio, se escucharon los alegatos de las partes, antes de pasar a la deliberación del jurado y la consecuente sentencia.
En su exposición, el fiscal Sergio Cuello, que arribó este juicio en reemplazo de la cuestionada fiscal Paula Kelm, sostuvo hasta el final la acusación sobre Lucas Bustos, pese a reconocer que carecía de pruebas contundentes para ello. Centró su señalamiento en la personalidad del acusado y en frágiles testimonios de policías. Desoyó de esa manera las denuncias por malos tratos que habría recibido el acusado precisamente por agentes del orden, que lo habrían inducido, aprovechándose de su condición humilde, para que se autoincrimine y de esa manera desvíe alguna pista más contundente.
«Que empiecen una nueva investigación, que investiguen de verdad, éso es lo que quiere la familia. Y yo pido personalmente que a Paula Kelm le hagan un juicio político, porque a sus funciones las cumple muy mal», indicó a Radio Tortuga, el padre de Cecilia Basaldúa, Daniel, quien fue expulsado de la sala apenas iniciada la jornada final. Tras la sentencia, la familia adelantó que recurrirá al Tribunal de Conducta Policial para que analice la actuación de la Policía de Córdoba a lo largo de esta investigación.
Daniela Pavón, abogada de la familia Basaldúa, según repasa una crónica de La Nueva Mañana, a su turno expresó: “Esta investigación ha sido una vergüenza y un mamarracho. Se le dieron dos años de ventaja a los verdaderos asesinos. Los policías vinieron a montar un guion, y, pese al paso del tiempo, tenían más detalles que en 2020”.
La abogada subrayó también que durante el proceso no hubo respeto a la intimidad de la víctima, ya que se leyeron sus chats y se cuestionó el estilo de vida que había elegido Cecilia para viajar como mochilera.
El fallo fue celebrado en la puerta misma de los Tribunales de Cruz del Eje, donde organizaciones feministas acompañaban a la familia de Cecilia Basaldúa; y también en la capital cordobesa, donde se montó una concentración para seguir de cerca las incidencias de esta última jornada de juicio.
Esta sentencia abre el camino hacia un proceso justo que pondere todas las pruebas y testimonios que se desoyeron y que abra nuevas líneas de investigación.
La familia advirtió durante todo el proceso que es irregular que ni la fiscal Paula Kelm, en un principio, ni posteriormente su reemplazante el fiscal Sergio Cuello, hayan considerado como sospechoso a Mario Mainardi, el hombre que alojó a Cecilia Basaldúa en los días previos a su desaparición y posterior asesinato. Y también cuestionaron que no se haya investigado correctamente un posible encubrimiento o complicidades.
Quedará en manos del Poder Judicial recuperar el tiempo perdido y buscar la verdad.
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