«Dejé de sacar la basura todos los días para sacarla una vez por semana»

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Mientras los gobernantes deciden qué hacer con el destino de la basura, en el Departamento Santa María y en el resto de la Provincia vecinos y vecinas tomaron la iniciativa por distintos motivos de realizar separación de residuos. Algunos aseguran que de sacar la basura todos los días, por sólo separar lo orgánico, comenzaron a sacarla una vez a la semana.

Las discusiones sobre el destino de los residuos sólidos urbanos están en tensión en el Departamento Santa María y en la Provincia de Córdoba. Mientras se presentan proyectos y el debate crece, la región cuenta con experiencias de separación de residuos y de reducción de los mismos.

La basura orgánica es el residuo que se puede descomponer, como las cáscaras de frutas, los restos de verdura, cáscaras de huevos, entre otra basura vegetal. En la mayoría de los casos se usa para realizar el compost, que es materia orgánica que en mezcla con tierra la fertiliza y le brinda nutrientes y otros componentes que ayudan al crecimiento de las plantas. Esta separación, es realizada diariamente por vecinos y vecinas que sin conocer demasiado en algunos casos, cuentan con su propia huerta y se sostienen en el compost que producen de su basura orgánica. Esta acción, además de enriquecer la tierra, permite reducir la cantidad de desechos que produce una familia.

Por ejemplo, Laura Mota Videla de barrio Córdoba admitió que antes de separar sacaba una bolsa de basura a diario, mientras que desde que comenzó la separación empezó a sacar la bolsa una vez a la semana. Valeria Salgado de barrio La Perla también saca la basura una vez a la semana. En su barrio, donde el camión municipal pasa tres veces a la semana, antes de separar el camión siempre se llevaba al menos una bolsa de su domicilio. Para Ezequiel Pearson de Anisacate, la separación no sólo significó reducir en gran cantidad la basura emitida, sino que también lo motivó a un cambio en su consumo alimenticio.

Cambiar la alimentación

Ezequiel vive en barrio Costa Azul, en Anisacate. En su casa cuenta con una huerta y con un compost de donde extrae tierra para sembrar. “Todos los desechos de la huerta y de lo que como, lo tiro en el compost. Luego lo tapo, arranco con otra pila y voy teniendo compost en diferentes estados”, contó Pearson respecto al proceso que realiza.

“Es muy importante el compost, porque al usar el mismo pedazo de tierra una y otra vez, algunas hortalizas como el tomate usan mucho el nitrógeno. Si no lo devolvés la producción será muy baja”, agregó el vecino de Anisacate respecto a la importancia del compost.

Ezequiel también se refirió al proceso de separación y su importancia. “He reducido muchísimo la basura. Además de generarme la comida, consumo más hortaliza y verduras y demás”, explicó el vecino, que comenzó su huerta por una “cuestión ideológica y espiritual”. «Pero además de reducir basura por separar, cambié la alimentación y no compro tanto elaborado que a su vez produce más residuos”, reflexiónó el vecino.

En barrio La Perla se separa

Barrio La Perla sufrió el enterramiento de residuos en su propio barrio. Concientizada de lo que vivió y de lo que pueden vivir vecinas y vecinos de otras localidades con un basural cerca, Valeria Salgado comenzó a separar para reducir la cantidad de basura que produce junto a su familia.

“Tengo un compost, pero no la hago tan prolijo. Eso sí, lo orgánico no va a la basura”, informó Salgado. La vecina cuenta con un pozo donde arma su compost, aunque le da mayor importancia al hecho de que lo orgánico “vuelva a la tierra” y la oportunidad de aportar un granito de arena reduciendo residuos.

“Acá en el barrio el camión de la basura pasa tres veces por semana. Ahora la saco una vez a la semana. Tengo una bolsa con papeles. Tengo bolsas de tela y fui cambiando hábitos. No es simple, pero lo voy cambiando”, expresa la vecina.

“Tenemos la conciencia de que todo va a un lugar y que no hay separación de parte del Estado, pero no importa, porque con la reducción que hacemos sacamos mucha menos basura. Por eso insisto en que sirve separar, porque disminuís el volumen que va al enterramiento. (…) Así, mi basura es seca y puedo sacarla una vez a la semana”, concluye.

Orgánico para alimentar lombrices

En barrio Córdoba, una vecina desde hace varios años usa lombrices californianas, tradición que heredó de su suegro. Con sus heces abona la huerta y para alimentar a las lombrices separa lo orgánico. Así lo cuenta Susana Videla, que acompañada por su hija Laura Mota Videla reciben a este medio en su hogar.

«En casa no tiramos casi nada. La comida que sobra se la damos a perros, porque si no rompen la basura. Entre la separación que hacemos de orgánico y lo que le damos a los perros no queda mucho”, responde Susana, que busca reciclar lo que pueda para generar la menor cantidad de residuos posible.

Respecto a las lombrices, Susana comenta: “Nosotros tiramos lo orgánico y con el desecho de ellas se abona la tierra”. Por su parte, Laura se refiere a la importancia de separar para reducir. “Yo noté que cuando no tenía lombrices y no hacía compost todos los días sacaba una bolsa llena de basura y después empecé a sacarla una vez a la semana. También tiene que ver el consumo, porque no compro gaseosas ni muchas cosas envasadas como enlatados, pero noté la reducción”, explicó la vecina.

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