La periodista altagraciense Gabriela Weller, editora de género de los Servicios de Radio y Televisión (SRT) de la Universidad Nacional de Córdoba, fue distinguida por Amnistía Internacional Argentina junto a otras 27 comunicadoras, actrices e influenciadoras por su aporte en la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito, en un contexto de discursos que incitan a la violencia.
El acto se llevó adelante en el Museo de Arte Lationamericano de Buenos Aires (MALBA), llevó por nombre “Voces que transforman”, edición «Corazones Verdes» y fue conducido por Florencia de la V. En él se destacó el recorrido de todo lo acontecido durante los años de lucha en pos de la sanción Ley 27.610 de aborto legal en Argentina, a casi dos años de haberse conquistado este reclamo histórico.
Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, explicó que con esta distinción, la entidad pretende «reconocer y visibilizar la valentía de estas mujeres quienes ponen el cuerpo, su pluma, su palabra y su imagen pública, visibilizando historias y luchando para que se garanticen derechos» y subrayó que «muchas veces lo hacen inmersas en contextos hostiles en el que son atacadas, desacreditadas y violentadas mediante discursos de odio».
Entrevistada en la Radio Tortuga 92.9, Gabriela Weller subrayó que se trató de una ceremonia emotiva en la que se evidenció que el desafío transversal a nivel nacional «es la precarización laboral, los sueldos bajos, la factura, el monotributo; una realidad que afecta a todas las trabajadoras y trabajadores de prensa del país». Apuntó que «estas condiciones hacen que el trabajo esté sometido a una situación de vulnerabilidad que no favorece las condiciones para producir discursos más comprometidos, de denuncia de los distintos temas sociales».
En la ceremonia también se puso en evidencia la gravedad que reviste la exposición a la violencia y los discursos de odio. Sobre esto, dijo Weller: «Desde el periodismo venimos denunciando hace años el odio en las redes sociales y en ciertos medios de comunicación hacia las feministas y no se nos había hecho caso. Hay unas estadísticas recientes de Comunicar Igualdad que dicen que tres de cada cinco periodistas han sido odiadas mediante discursos o prácticas en sus trabajos, en las redes sociales, en las calles. Lo veníamos denunciando y decían que éramos las feministas locas y ha tenido que ocurrir un atentado contra la vicepresidenta de la Nación para que el tema se ponga en agenda y la política empiece a pensar que no es gratuito odiar, estigmatizar, perseguir, invalidar, invisibilizar a cualquier persona que se comprometa con los discursos y las prácticas en favor de una sociedad más igualitaria y más justa».
Si bien fue la única representante de la provincia de Córdoba, Weller expresó que de alguna manera el reconocimiento que recibió es «para todas quienes hacemos este tipo de periodismo y hemos iniciado este camino para derribar un paradigma cultural de desigualdad, injusticia y estereotipos que no nos hace bien a nadie».
Y reforzó el concepto: «La tarea del periodismo comprometido con los Derechos Humanos y la agenda de género nunca es solitaria; representa a un colectivo. Siempre la producción es colaborativa y representativa de cantidad de voces que ya han dicho basta a la violencia de género, a la violencia económica, patrimonial, física, simbólica«.

RADIO TORTUGA (RT): ¿Cuáles son los desafíos que se abren en Córdoba tras la aprobación de la Ley de Aborto Legal Seguro y Gratuito?
GABRIELA WELLER (GW): Las leyes se conquistan en la calle; así logramos la legalización del aborto. Pero no basta con que una ley esté aprobada, hay que ejercer ese derecho en la práctica. En la provincia de Córdoba ocurre que hay una gran diferencia entre la realidad de la capital y el interior. Vemos muchas inauguraciones y cortes de cintas, pero el relevamiento de muchas organizaciones comprometidas con que se garanticen los derechos de las mujeres indican que en el interior hay dificultades, tanto para que se cumpla el derecho al aborto legal, seguro y gratuito como para garantizar otros temas. La Ley de Protección Integral de la Mujer ya lleva muchísimos años y sin embargo los femicidios no bajan. En la última semana en Córdoba ha habido tres femicidios. Y el Ministerio de la Mujer de Córdoba tiene una gran deuda en que no hay estadísticas que nos indiquen cuántas mujeres están siendo sometidas a violencia, cuántas mujeres han desaparecido porque huían de sus casas por situaciones peligrosas, cuántas mujeres han sido abusadas. No queremos esos datos por morbo, sino para que a partir de ellos se definan políticas públicas.
Respecto al aborto legal, seguro y gratuito puntualmente, subrayó que «no hemos logrado que se discuta públicamente el problema de la salud sexual y no reproductiva como un problema más de salud; entonces el estigma sigue adelante».
Finalmente, distinguió que al ejercer su crítica hacia las reparticiones públicas, diferencia el trabajo de las personas que allí trabajan («sabemos que en Alta Gracia tenemos compañeras que están muy comprometidas con la tarea») con la responsabilidad que le cabe al poder político: «A mí me cuesta pensar que mientras en la última semana en Córdoba hubo tres femicidios, la ministra de la Mujer está con Alejandra Vigo en Europa, haciendo una gira. Da la impresión de que habría una práctica de pink washing, ‘soy feminista, estoy comprometida con las mujeres pero me interesa más la política electoral y la cercanía de las elecciones'».
💬 "No sé qué tan conscientes son del valor de su trabajo. Nosotras lo somos, por eso las homenajeamos, porque reconocemos su inmensa contribución y necesitamos que sepan que no están solas."
— Amnistía Internacional Argentina (@amnistiaar) October 19, 2022
💚 Mariela Belski, directora de @amnistiaar en la apertura de #VocesQueTransforman pic.twitter.com/AJVjwWmNUu