La charla «Mujeres y Dictadura» congregó a una multitud en la Casa de la Cultura

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DSC_0631 DSC_0620La tardecita del lunes 19 de marzo, el patio de la Casa de la Cultura se colmó de memoria, en el marco de la charla «Mujeres y Dictadura», organizada por los colectivos Paravachasca por la Memoria y Ni Una Menos Alta Gracia. Con tres disertantes, Lyllan Luque, Soledad García y Maité Rodrigou Nocetti, se montó una conversación intensa y potente.

Originalmente, la charla se iba a realizar en la Sala 6 de este espacio cultural local, que se haya en obras, pero el desborde de público obligó felizmente a sacar la actividad al patio.

El inicio estuvo a cargo de Alicia Greco, vecina de Alta Gracia, integrante del Colectivo Paravachasca por la Memoria, luchadora por los Derechos Humanos e integrante del área de asistencia psicológica a testigos en juicios de lesa humanidad.

Acto seguido, tomó la palabra Lyllan Luque, abogada querellante en las causas por crímenes de lesa humanidad y representante de H.I.J.O.S. y Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. Desde su profesión, hizo referencia Luque a la necesidad de generar las transformaciones necesarias que tuerzan la mirada patriarcal que todavía atraviesa a la Justicia.

Soledad García, presidenta de la Asociación Civil de Ex Presos Políticos de Córdoba, militante política, social y sindical con eje en Educación y Género, miembro de la Comisión Provincial de la Memoria, habló a continuación. Con un cruce entre lo testimonial, lo estrictamente político y sindical y la poesía, García refirió abiertamente al feminismo como un lugar para habitar para generar transformaciones.

A su término, Maité Rodrigou Nocetti, investigadora del Área Feminismos, Género y Sexualidades del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades; aportó conceptualizaciones necesarias para pensar las disputas que existen en torno al debate sobre géneros y las violencias, materiales y simbólicas que el patriarcado viene sosteniendo históricamente.

La apertura de la charla a la intervención de los presentes, enriqueció las miradas y las posturas, en un cruce, el de mujeres y dictadura, que lo reconocieron las disertantes, aún es muy nuevo.

Incluso hubo una permanente referencia a que en los primeros años 80, con la vuelta de la Democracia y la activación del Juicio a las Juntas, ya se empezaban a escuchar los primeros testimonios, que eran en algunos casos dejados de lado con desdén y otras veces, por no saber cómo incorporarlos. La figura de violación fue por muchos años reconocida como tortura y tormento; tal es así que recién en 2010 se juzgó por primera vez a una violación como crimen de lesa humanidad.

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