Merenderos en cuarentena: testimonios de necesidades y urgencias

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Radio Tortuga 92.9 recogió la palabra de numerosos espacios sociales que brindan alimentos básicos a familias de Alta Gracia en barrios con serios problemas de necesidades básicas insatisfechas. La manera en que afrontan la cuarentena por el Coronavirus, cómo se sostiene la asistencia, cómo se resguarda la salud sin abandonar el acompañamiento alimentario, el compromiso solidario en cada experiencia; todo en esta nota.

1.

Somos / Barrios de Pie trabaja con merenderos en Villa del Prado, en Valle Alegre (Falda del Carmen), en La Marianita (Anisacate) y también en casi una decena de barrios de Alta Gracia. Ludmila, una de las coordinadoras del trabajo de estos merenderos, explicó que en muchos de los casos se sostiene el trabajo con viandas que buscan las familias y en las que se incorpora leche, pan, bizcochuelos. Sin embargo, la mayoría de los merenderos ha tenido que cerrar porque los mantenían personas mayores de edad que están considerados en los grupos de riesgo por sus edades y por afecciones de salud como diabetes y asma. Otros de los merenderos, a partir de donaciones, armaron unos bolsones de comida que entregaron a las familias. «Lo que más necesita la gente es salir a trabajar. La mayoría trabajamos de changas, está dura la cosa. Nos ganamos el día en casas de familia, en obras, cortando el pasto. Todo está frenado. El tema económico es la necesidad más urgente». Ludmila celebró el bono pensado para trabajadoras y trabajadores informales y destacó: «Lo primero que va a hacer la gente con el bono es comprar comida». Finalmente, señaló que se está respetando el aislamiento obligatorio y que desde su organización se trata de transmitir la importancia de quedarse en la casa. «Pasa que en muchos casos las compañeras son madres solteras y no tienen con quien dejar los chicos», aclaró sin embargo.

2.

El Movimiento Primero de Mayo tiene en el barrio con ese nombre, tres merenderos que funcionan en la esquina de Zabala Ortiz y Lorusso, repartidos diariamente para poder cubrir los siete días de la semana. Nahuel, quien participa de este Movimiento, explicó que «se decidió suspender durante la cuarentena las actividades porque muchos niños vuelven después a sus casas y están con adultos mayores» y se exponen a riesgos de transmisión del virus. «En un principio, los grupos de panadería que producen para los merenderos siguieron con su labor y repartiendo el material, pero después se decidió suspender todas las actividades del Movimiento para preservar la salud y que haya menos riesgo», detalló. Nahuel precisó que «la necesidad de la gente está bastante jodida», porque «muchos no tienen sueldo fijo, sino ingresos diarios como albañil, trabajando en la limpieza de casas, en parquizaciones»; todos trabajos que se han restringido. «A grandes rasgos, se está respetando la cuarentena, hay poca circulación en el barrio, pero hay gente que tiene que salir a laburar con el riesgo de caer en cana; sabemos que gente que sostiene merenderos de otros movimientos populares, ha sido arrestada, incluso acá en Alta Gracia. Ésa es una preocupación muy alta», concluyó.

3.

Yamila integra los Encuentros de Feminismo Popular y la OLP, organización social que es parte de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). Desde allí sostienen dos espacios socio comunitarios, en barrio Lalahenes y en Villa del Prado. «Estamos en cuarentena pero tenemos que sostener nuestros espacios con todas las precauciones de higiene y de seguridad», explica. «Estamos en un contexto social en el que millones de personas quedan excluidas y sin ningún tipo de ingresos para sostener sus necesidades básicas. Por eso muchas organizaciones bajo UTEP y junto al gobierno nacional se han movilizado para reforzar programas de asistencia social», agrega. Sin embargo, destaca que es insuficiente: «A todos los excluidos no les va a alcanzar, por eso tenemos abiertos dos comedores que funcionan con total precaución y las raciones son llevadas a los hogares». Adelanta Yamila que frente a la extensión de la cuarentena, se seguirán garantizando las viandas. Asimismo, explica que desde los Encuentros de Feminismo Popular «se están relevando las necesidades de salud, infancias, maternidades, no violencia y trabajo de compañeras para poder dar respuesta y armar estrategias en los territorios». Aclara que están alerta porque saben que en estos contextos de aislamientos domiciliarios, se potencian las situaciones de violencia en los hogares. «Se está respetando la cuarentena», concluye, pero aclara que «les cumpas tienen que seguir trabajando». Informa que cuentan con carnets que les habilitan a circular como trabajadoras y trabajadores de la economía popular, en pos de poder seguir entregando los alimentos y elementos de higiene, y para avanzar con la tarea de promoción territorial de derechos.

4.

Julieta tiene el merendero «Caritas Felices» en Zabala Ortiz y Aguirre Cámara, entre barrio Parque Virrey y Primero de Mayo, que asiste a unas 40 niñas y niños, junto a un equipo de colaboradoras. «Nosotras le damos merienda a los chicos y elaboramos pan, criollos, facturas, medialunas. Hay gente muy necesitada y esto les ha afectado un montón. Ellos cuentan con el PAICOR, que se ha suspendido. Y no tienen para la merienda. Yo les doy una caja de leche, una chocolatada, una harina, pero no es suficiente, falta todo lo demás», detalló, completando que muchas de las familias carecen de gas y tienen que cocinar a fuego.

5.

En el sur de la ciudad, en la barriada conocida como El Bordo, Adriana es una de las personas que sostiene el comedor Los Pekes. En diálogo con Tortuga, manifestó: «Con la cuarentena, cerré las puertas del merendero pero los niños vienen y llevan la leche a su casa por precaución». Explicó que en este contexto todo se ha complicado: «Desgraciadamente la última vez que se les entregó leche fue el miércoles. Por la situación que estamos viviendo, cuesta seguir ayudando». Explicó Adriana que habitualmente reciben donaciones «de los amigos del merendero, los chicos de Un Litro (de Leche por Mes por Alta Gracia) y de los padrinos». Finalmente, expresó lo doloroso que representa este momento: «Cuando los nenes te vienen a preguntar, ‘Adri, ¿hoy no das té?’ y vos le tenés que decir que no, que no puedo darle y no tengo leche para que lleve y que ya voy a ver cómo consigo y sabés que no podés hacer nada; no te das una idea con cuánta amargura te quedás».

6.

Cada postal descripta refiere particularmente a este momento extraordinario de aislamiento social obligatorio y preventivo al que empuja la pandemia del Coronavirus. Pero sin dudas también da cuenta de necesidades básicas estructurales que deben ser atendidas prioritariamente desde los Estados.

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