Se trata de Leopoldo Buderacky, docente que con motivo del acto por el Día Nacional por la Memoria, la Verdad y la Justicia, evocó «la teoría de los dos demonios». El hecho ocurrió en la escuela de Minería de José de la Quintana.
El Colectivo Paravachasca por la Memoria emitió un comunicado al que adhirieron numerosas organizaciones de la región donde lamentan y repudian «la actitud del docente Leopoldo Buderacky que lejos de promover un debate reflexivo y abierto, sobre nuestro pasado reciente y el triste papel del estado en la persecución y desaparición de 30.000 argentinos, reivindicó el accionar de la última dictadura militar, instando a leer en el acto del 24 de Marzo a tres estudiantes de entre 12 y 13 años un texto en el que pretendía legitimar la teoría de los dos demonios».
«Tal situación se produjo en el colegio IPET 265 de José de la Quintana, el cual fue fundado, entre otros, por Luis Agustín Carnevale, diputado nacional secuestrado y asesinado el 14 de abril de 1976 por la última dictadura militar2, destacaron desde el Colectivo al tiempo que agregaron: «Simbólicamente dicha escuela se encuentra en cercanías del cuartel que fue cabecera de la sub área 3117, utilizado durante el proceso como centro clandestino de detención y donde actualmente trabaja el EAAF (Equipo Argentino de Antropología Forense) en la búsqueda de enterramientos clandestinos».
Aulas para debatir
En el comunicado, el colectivo abogó por un «retorno a las aulas de un debate abierto y plural» y propusieron «la realización de una jornada de reflexión sobre nuestro pasado reciente del que da testimonio real las múltiples sentencias a los genocidas en las causas de Crímenes de Lesa Humanidad sustanciadas en nuestra provincia y todo el país».
«Esperamos que las autoridades pertinentes puedan arbitrar las medidas conducentes a evitar actitudes como lo ocurrido, que no son otra cosa que una triste apología del Terrorismo de Estado, a fin de consolidar cotidianamente nuestro sistema democrático y así hacer realidad de una vez y para siempre el imperativo categórico nunca más», concluyeron.
