Tras las elecciones PASO, el gobernador Juan Schiaretti se mostró molesto con algunos intendentes que no garantizaron el triunfo en sus localidades. El Departamento Santa María y Alta Gracia en particular, son fundamentales dentro de la visión del gobernador de cara a las elecciones generales. Los ojos están puestos sobre Facundo Torres.
Las discusiones en el oficialismo provincial cuentan con una interna de por medio, en la que el gobernador tiene que hacer validar su liderazgo actual. Operadores provinciales informaron que ante esta situación, Schiaretti habría llamado con un fuerte enojo a algunos dirigentes del interior. Es que Cambiemos ganó en departamentos que comandan referentes importantes de las filas de Unión por Córdoba (UPC) y la derrota puso al descubierto una latente tensión entre schiarettistas y delasotistas, con pases de factura incluidos, que pondrían en riesgo el objetivo orgánico de acortar distancias de cara a las elecciones de octubre.
Descontar es la tarea
Alta Gracia es uno de los lugares importantes para la construcción de UPC en la Provincia: es la cuarta ciudad con mayor cantidad de habitantes que tiene un intendente del justicialismo, después de Río Cuarto, Villa María y San Francisco.
Justamente en Alta Gracia y en el departamento Santa María, Cambiemos obtuvo el triunfo por poco más de diez puntos. Algunos mencionaron que Llaryora sacó los puntos que el radicalismo obtuvo en la última elección municipal y que Baldassi sacó un porcentaje parecido al que obtuvo Facundo Torres en aquel no tan lejano 2015. Más allá de lo odioso de las comparaciones, lo cierto es que Cambiemos ganó Alta Gracia y el departamento luego de varios años de supremacía de Unión por Córdoba.
Esto alertó a más de uno, pese a que Torres, en sintonía con Schiaretti, intentó desestimar la idea de una evaluación negativa de las gestiones locales de UPC, atribuyendo la derrota a una polarización entre el oficialismo nacional y el kirchnerismo. Ante ello, Schiaretti se habría puesto como objetivo, crecer y descontar en los departamentos Capital, Río Cuarto, Calamuchita y en Santa María, bastión de Unión por Córdoba en elecciones de tono provincial en los últimos años.
Mirando de reojo el 2019
El oficialismo provincial se juega mucho en las elecciones generales del 22 de octubre. Otro triunfo categórico de Baldassi supondría que Cambiemos llegue a 2019 con una fuerza que no tuvo en 2015 cuando Schiaretti ganó la gobernación. En medio de un proceso de recambio y con una buena elección del kirchnerismo provincial, Unión por Córdoba debe esforzarse para no perder liderazgo. En Alta Gracia, el escenario tiene características similares, sumado a que Torres ya no puede repetir mandato y no se observa claramente un posible heredero.
