Andrea Balastegui busca recuperar la custodia de sus hijos perdida en agosto de 2014. El pedido viene acompañado de denuncias y documentos que ponen en cuestión el estado de higiene y seguridad del hogar Sierra Dorada, en el que se encuentran los niños.
El caso fue introducido en la edición anterior de Papel Tortuga. El motivo por el que perdió la tenencia, según explicó, fue por “no cumplir con el rol de madre” en palabras de la jueza. Asesores de Balastegui afirman que la quita de la tenencia se realizó luego de una supuesta denuncia anónima de que uno de los hijos de Balastegui “estaba tirado en un zanjón”. No hay formas de probar que esta denuncia haya existido realmente.
Luego de exámenes psicológicos e informes clínicos y escolares, Andrea dió cuenta de estar en condiciones de poder recuperar su tenencia perdida hace nueve meses. Sin embargo, la jueza Cristina Di Giordano volvió a negar su pedido el pasado 8 de abril. La razón es porque consideraban que podría volver con su ex pareja.
La ex pareja, padre de los hijos de Andrea, hizo de ella y sus hijos víctimas de maltrato. Su ejercicio de la violencia fue en escala hasta que el 15 de marzo de 2012, apuñaló a Andrea. Fue detenido y condenado a prisión. Sin embargo, en semanas quedaría en libertad.
Si bien según la madre la relación con el padre no existe desde hace tres años, y a pesar de que Andrea tiene una orden de restricción en su contra, las autoridades pertinentes consideran que el volver con el hombre que la apuñaló es una posibilidad.
A UN INSTITUTO DE MENORES
Mientras a Andrea le niegan la custodia, sus cuatro hijos están el hogar de la Fundación Sierra Dorada, ubicado en San Marcos Sierras, a 120 kilómetros de donde ella se encuentra. En base a la imágenes del hogar acercadas a este medio por Balastegui, las condiciones de seguridad e higiene del lugar parecen dejar mucho que desear. “Fui al hogar acompañado por gente que me ayudó en 2012 con la denuncia a mi ex marido y vimos que el hogar no está en condiciones. Algunas llaves de la luz estaban salidas y con los cables pelados al alcance de los niños. Presenté las fotos de las condiciones del hogar y no me escucharon.”
“A mis hijos los golpean otros chicos y están bajos de peso”, denunció también la mujer. Si bien los niños tienen familiares que podrían asumir su custodia, ellos terminaron en un instituto de menores. Tal es la situación que el hijo mayor de la mujer, de 14 años, escribió una carta dirigida a la jueza encargada de la causa. Allí pide volver a vivir con su madre junto con sus hermanos.
Por su parte, Daniela Ferrari, que está al frente de la Uder de Alta Gracia, prefirió no manifestarse sobre este caso. Además, negó las falencias en las condiciones edilicias y sanitarias de Sierra Dorada. “Las madres en la desesperación pueden decir muchas cosas. Jamás te van admitir que hicieron daño a sus hijos. Hay veces que una madre no es consciente de lo que ha hecho”, argumentó la abogada.
LA SENAF Y LA SEPARACIÓN
DE LOS NIÑOS
La Secretaría de Niñez Adolescencia y Familia (Senaf) dependiente del Ministerio de Desarrollo Social Provincial es la encargada de decidir el destino de los niños en situación de riesgo. Las Unidades de Desarrollo Regional (Uder) son las unidades de acción de la Senaf en los distintos departamentos.
Ferrari, afirma que la quita de la custodia es un último recurso por parte de la Senaf. “Los niños en esa situación son entregados a familias de acogida (parte del programa Familias para Familia), mientras se trabaja con los padres”, explicó. Cabe destacar que Andrea negó haber tenido algún tipo de contención o capacitación por parte de la Uder.
“La separación del niño debe ser un último recurso y si se hace deben ser llevados a una familia de acogida antes que a un instituto. La derivación a institutos no debería existir más”, analiza Marisel Segovia, abogada y miembro del Colectivo Cordobés por los Derechos de Niños, Niñas y Jóvenes.
Pocos son los niños que entran en familias “sustitutas” y son una mínima cantidad por falta de familias voluntarias. La mayoría termina en institutos de menores.
Foto: El hogar de menores de la Fundación Sierra Dorada, en San Marcos Sierras.