Se trata de un dispositivo económico ideado para ser utilizado en las casas de pequeñas comunidades rurales sin acceso a agua potable de red.
Dos egresadas de la carrera de Diseño Industrial y una de Ingeniería Civil participaron de la creación de un filtro capaz de remover el arsénico del agua.
María Lozano, integrante del equipo, explicó esta mañana que el filtro es de uso doméstico, reduce en 97 o 99% el arsénico en agua y puede ser adquirido a un precio accesible.
A su vez, Lozano comentó que la iniciativa surgió para poder resolver el problema que atraviesan “2 millones y medio de personas en el país”, y en Córdoba donde particularmente “el 60% del agua no tiene el tratamiento apropiado para su consumición natural”.