En un marco de profundo dolor, sobre una Avenida Belgrano que acompañaba con ensordecedor silencio cada paso, durante la tarde del martes 30 de enero, la marcha demandando «Justicia por Teo Rodríguez» congregó a unas 400 personas, entre familiares, amigos y vecinos de Anisacate y Alta Gracia. Esta mañana, la familia se constituirá como querellante particular en la causa.
El punto de partida de la movilización fue el monumento a San Martín, en la esquina de Avenida del Libertador y José Hernández. Allí, al pie de la estatua, los padres recibieron el saludo de allegados, conocidos e incluso desconocidos que les abrazaron y se comprometieron con acompañarles en este largo derrotero que les espera hasta que la Justicia determine qué fue lo que ocurrió con el niño de un año y medio, fallecido tras ahogarse el 9 de enero pasado en una pileta de la guardería a la que asistía en barrio Los Morteritos de Anisacate.
Alrededor de las 19, la multitud, con carteles con la imagen del pequeño y la frase «Justicia por Teo», con globos de colores y también con mensajes particulares escritos a mano, emprendió la marcha hacia la Plaza Solares. El paso ansioso y pesado de la marcha, sumió en un profundo silencio al centro de Alta Gracia. Al grito de «Justicia por Teo», respondía la marcha «¡Justicia!»; al grito de «Teo presente», «¡Presente!». Después, sólo los pasos se oían en una tarde sumida en dolor.
La movilización culminó en la explanada de la Estancia Jesuítica, donde algunos familiares tomaron brevemente la palabra y medios de comunicación capitalinos tuvieron la oportunidad de conversar con los padres de Teo. Se encendieron unas velas, se dejaron los globos de colores e imágenes de Teo en la tierra y así de silenciosa y pesada como fue el andar de la marcha, se fue apagando la jornada, con sentidos abrazos de los presentes a la familia.
Entre el dolor y el reclamo
Consultado por la Radio Tortuga 102.7, Imanol Rodríguez, papá de Teo, manifestó que independientemente de los pasos procesales, el interés de la familia es que las responsables (refiriéndose a la directora y a la maestra de la guardería, hoy imputadas por «Homicidio Culposo») «estén donde tienen que estar, que no anden caminando por la calle como si nada porque son responsables; si mi hijo hoy no está acá es claramente por culpa de ellas».
También el papá hizo referencia a la Municipalidad de Anisacate, como responsable de controlar si la guardería estaba en condiciones de funcionar de la manera en que lo hacía: «La guardería supuestamente estaba autorizada pero la pileta no sabemos; si hay algún responsable por eso, también tendrá que pagar».
Finalmente, Rodríguez destacó el acompañamiento que como familia vienen recibiendo: «Día a día nos sorprendemos de la cantidad de gente que tenemos alrededor; desde el minuto uno que se han enterado de lo que había pasado con Teo, están con nosotros a través de mensajes, de las redes sociales, de llamadas; nuestros amigos y familiares son de fierro porque están bancándonos en todas, nos preguntan cómo estamos, nos viven dando fuerzas».
El futuro de la causa
Por su parte, el abogado Diego Agüero, que patrocina a la familia, precisó que durante la mañana de este miércoles 31 de enero, acompañará a los padres para constituirse como querellantes particulares en la causa. Eso les permitirá acceder al expediente y al trabajo que viene desarrollando la Fiscalía. Señaló que a partir de ahí, podrán hablar con más contenido y en base a eso, se evaluarán las medidas a tomar.
Adelantó, empero, que en la causa, se debe tener en cuenta «que se haya llevado adelante correctamente el control por parte del municipio a la guardería y también se tiene que evaluar en qué condiciones y de qué manera ingresa Teo al agua, por qué estaba en el agua sin el cuidado pertinente; quién desatendió los deberes que debía cumplir y la función y misión que tenían a su cargo».
Respecto al cambio de carátula que solicitaría la familia, el letrado se mostró cauto, más precisó que la figura de «Homicidio Culposo»que pesa sobre María Inés García Conde y Mariel Sabich, directora y maestra de la guardería, «encarna la muerte que ha acaecido por una cuestión de negligencia, impericia, imprudencia por parte de quien debía tener un deber de cuidado», que se trata de «una comisión por omisión», es decir que «dejaron de hacer algo que debían hacer». Lo que debe evaluarse, precisamente, es si le cabe a las imputadas, una figura de mayor peso por su responsabilidad en la muerte del niño.
