Alba Rueda es la primera subsecretaria trans en un gabinete nacional

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Se trata de una reconocida activista con vasta formación académica, presidenta de Mujeres Trans Argentina, investigadora del Departamento de Género y Comunicaciones del Centro de la Cooperación Floreal Gorini, integrante del equipo de trabajo del Observatorio de Género en la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires y de Noti Trans, el primer magazine trans del país.

Asumió como subsecretaria de Políticas de Diversidad, cargo que se halla bajo la órbita del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, que conduce Elizabeth Gómez Alcorta.

En su asunción formal, Alba Rueda conmovió a los presentes al jurar «por una patria transfeminista, por Lohana Berkins y Diana Sacayán (dos íconos de la lucha por el reconocimiento de la igualdad de derechos y oportunidades para las personas trans) y todes les compañeres que están resistiendo afuera».

Una vida de resistencias

Un artículo de Adriana Carrasco en el diario Página 12, repasa algunos hitos en la biografía de Alba Rueda: «Nació en Salta y llegó a Buenos Aires en la década de 1990, con toda su familia. Cursó la escuela secundaria en el Normal 10, de Barrancas de Belgrano (se le nota, y mucho, la impronta normalista). Eligió su nombre Alba a los 16 años. Siguió la carrera de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, donde padeció toda clase de violencias y discriminaciones, porque había profesores que se negaban a reconocer su identidad autopercibida. Muy lejos se estaba entonces de la Ley de Identidad de Género que hoy ubica contra la pared a los dinosaurios (y dinosaurias). Se sumó a la militancia trans en 2003, en el Hotel Gondolín (centro de hospedaje de trans y travestis llegadas de las provincias y uno de los espacios de activismo más importantes de Buenos Aires), donde conoció a Marlene Wayar, a Zoe y a Lohana Berkins (aunque Lohana no vivía allí). Siempre compartió la posición de Lohana Berkins, de reivindicar la lucha travesti-trans no solamente dentro del movimiento lgbt sino también dentro de los movimientos populares y del feminismo. En ese sentido se convirtió en una de las militantes trans que abrieron espacios en los Encuentros Nacionales de Mujeres, en contra de la segregación de travestis y trans de los espacios feministas y de los movimientos de mujeres (segregación que –como rémora de un feminismo biologicista y genitalista- sigue sosteniendo hoy el llamado “feminismo radical trans excluyente”, TERF), y defensora –dentro de las demandas actuales del colectivo travesti-trans- de que el nombre del Encuentro se amplíe y se abra a todas las identidades diversas/disidentes/racializadas como Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersex y No-Binaries.

«En 2006, Alba ingresó a trabajar en el Inadi y luchó hasta conseguir que su identidad autopercibida le sea reconocida en el recibo de sueldo. Entre los años 2010 y 2011 –después de la batalla por la Ley de Matrimonio Igualitario- participó de la presentación de amparos colectivos ante la Justicia, para que se le reconozca su identidad autopercibida. De esta manera logró su DNI con cambio de nombre y sexo».

FOTO: JUSBAIRES.GOB.AR

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