A 4 años de la Sentencia de la Megacausa La Perla – La Ribera – D2: No Vamos a Parar

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Por Valentina Garbarino. El 25 de agosto de 2016 tras largos años de lucha, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 emitió sentencia en el Juicio al Terrorismo de Estado en Córdoba durante la última dictadura militar.

Escuchar el audio completo de la Columna de Valentina Garbarino«Partícipes: actualidad desde una perspectiva juvenil y transfeminista», que se emite los viernes en el magazín «Que No Se Te Escape» de Radio Tortuga 92.9

Audio Valentina Garbarino

Este fue el séptimo juicio por Crímenes de Lesa Humanidad que se realizó en Córdoba. Inicio el 4 de diciembre de 2012 y tomó hechos perpetrados en los Ex Centros Clandestinos de Detención y Exterminio La Perla, Campo de la Ribera y el Departamento de Informaciones de la Policía (D2).

Esta Megacausa reunió un total de 22 expedientes, y juzgo la tortura, el secuestro, el robo de bebés y el asesinato de más de 700 víctimas. Fueron juzgadxs 44 genocidas, entre ellxs, Luciano Benjamin Menendez.

Este Juicio tuvo la característica particular de que se juzgaron por primera vez en Córdoba delitos contra la integridad sexual de las víctimas, entendidas como delitos de lesa humanidad y no degradados en la figura penal de “tormentos”, y por otro lado, delitos económicos cometidos contra el grupo Mackentor S.A.

Las víctimas

Este Juicio investigó los delitos de lesa humanidad cometidos contra 706 víctimas.

Tenían en promedio entre 18 y 27 años de edad. La mayoría de ellas participaba en organizaciones políticas y barriales, sindicatos, organizaciones culturales, religiosas y estudiantiles.

Particularmente dos eran del Valle de Paravachasca: Carlos D´ambra y Elba Rosa Navarro Iriarte.

Carlos «Nona» D´ambra nació el 12 de agosto de 1953 en la Ciudad de Alta Gracia. Cursó sus estudios primarios en el colegio Anglo Americano de Alta Gracia; el secundario en el Liceo y en el Colegio Nacional de Alta Gracia. Posteriormente realizó sus estudios terciarios en el Instituto de Profesorado en Educación Física (IPEF). Era docente de Educación Física y trabajaba en una fábrica de parabrisas.

Militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT -ERP), al igual que su hermana Alicia también desaparecida.

Fue secuestrado junto a su novia Sara el 20 de noviembre de 1976 en la terminal de ómnibus de la ciudad de Córdoba. Permaneció cautivo en los Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Extermino «Campo de la Ribera» y «La Perla». Tenía 23 años. Aún continúa desaparecido.

Elba Rosa Navarro Iriarte nació el 21 de diciembre de 1944 en la Ciudad de Alta Gracia. Cursó el secundario en el Normal Superior Dr. Garzón Agulla, y se egresó en 1963 como maestra normal. Posteriormente se recibió de Psicóloga en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Trabajaba en el Instituto Diferencial Hipolitp Irigoyen. También, fue delegada de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba y militó en la Organización Comunista Poder Obrero, allí sus compañerxs la apodaron como “La Negra Navarro”.

Fue secuestrada la tarde del 16 de agosto de 1976. Estaba embarazada. Permaneció cautiva en la Comisaría 10ma, en el Departamento de Informaciones de la Policía (D2) y en el Centro Clandestino de Detención, Torturas y Exterminio La Perla.

Elba tenía 31 años cuando la desaparecieron, y junto a su hijx -que debió nacer en cautiverio-, continúan desaparecidxs.

Acá pueden conocer los relatos de vida de cada una de las víctimas. http://www.apm.gov.ar/sites/default/files/VictimasMegacausa.pdf

Lxs imputadxs

Los crímenes que se juzgaron en la Megacausa fueron cometidos desde un aparato estatal de poder. Destinada y enfocado en perseguir, secuestrar, torturar, asesinar y desaparecer personas.

En Córdoba, los ámbitos centrales donde operó ese aparato de terror, que son objeto de este juicio, fueron:

1) Comando del Tercer Cuerpo de Ejército, al cual estaban subordinadas las fuerzas armadas, de seguridad y otras.

2) Cuarta Brigada de Infantería Aerotransportada, que en autoridad estaba por debajo del comando del Tercer Cuerpo, con responsabilidad directa en 4 provincias.

3) Destacamento de Inteligencia 141, encargado de planificar y ejecutar operaciones militares y psicológicas que tenía bajo su directa responsabilidad a los llamados “grupos de tareas” de los Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio “Campo de La Ribera” y “La Perla”, entre otros.

4) Departamento de Informaciones de la Policía Provincial – D2, que muchos años antes del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 ya se ocupaba de persecuciones, brutales torturas y asesinatos. Bajo su órbita funcionaban los Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio “D2”, “Chalet de Hidráulica”, “Puesto caminero de Pilar”, entre otros.

Los grupos de tareas se encargaban de secuestrar, torturar, asesinar, desaparecer y someter a las personas a tratos inhumanos y crueles para destruirlas física y psíquicamente a quienes estaban en cautiverio.

Fueron más de 100 lxs militares, policías y civiles responsables de los delitos que se investigaron en la Megacausa. En diciembre de 2012, al iniciar el juicio, lxs imputados eran 58. 11 fallecieron durante el transcurso del juicio oral y 4 fueron apartados porque las autoridades consideraron que su estado psico-físico “no les permitía enfrentar el proceso”. Sólo 43 -42 hombres y una mujer- fueron sentenciadxs. Lxs demás murieron sin que se haga justicia, sin responder a la ley, amparadxs por el silencio que impusieron las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

Acá mas información sobre cada unx de lxs imputadxs: http://www.apm.gov.ar/sites/default/files/ImputadosMegacausa.pdf

Las condenas

28 represores fueron condenados a prisión perpetua. Hubo 5 absoluciones y el resto de los 43 imputados obtuvo penas de hasta 20 años.

Entre los imputados, recibió una nueva condena a perpetua el Ex Jefe del Tercer Cuerpo de Ejército Luciano Benjamín Menéndez, que sumó 14 condenas perpetuas. «Es histórico porque también se lo juzgó por el robo de bebés», dijo Sonia Torres, titular de Abuelas Córdoba.

La sentencia

El 25 de agosto de 2016 el pueblo cordobés volvió a gritar nunca más.

Desde temprano las calles de Ciudad Universitaria comenzaron a llenarse de claveles rojos, pañuelos blancos y pancartas. De a poco se empezaba a acumular gente. Y como es de costumbre, ahí estábamos lxs pibxs.

“Estas marchas, estos momentos, nos permiten pensar cómo nos impacta una dictadura hasta el día de hoy. Muchxs no pudimos conocer a un abuelx, un tix, y eso es fuertisimo” Genaro Garbarino.

Desde que inició el juicio fuimos parte. Acompañamos, debatimos, militamos, recordamos. Porque entendimos, y entendemos, que como tercera generación en lucha tenemos que ser parte y conocer esa parte de nuestra historia que nos arrebataron. Y ser parte implica conocer a las víctimas, escuchar a lxs sobrevivientes, acompañar a lxs familiares, y convidarle todo eso al resto de lxs que tenemos cerca. Porque esta lucha es de todxs, y necesitamos de todxs para seguir este camino.

La importancia de los Juicios

La necesidad de seguir trabajando por más juicios de lesa humanidad se hace cada día más grande. Los genocidas se mueren sin ser juzgados, sin decir que hicieron con lxs 30.000, con los cuerpos y con lxs bebés apropiados.

Necesitamos seguir. Los juicios son un pilar fundamental de la democracia, y de la lucha por memoria, verdad y justicia. No solo permiten que los culpables sean juzgados, sino que nos permiten conocer lo que implicó la dictadura cívico militar.

“Los juicios de Lesa humanidad son importantes porque sanan, porque confirman la verdad, porque frenan la impunidad, porque afirman lo que la sociedad tolera y lo que no tolera, y es importante que continúen porque son garantía de no repetición” Sol Yornet.

Para despedir la columna de esta semana les comparto un texto de Sol Yornet. Amiga, compañera, nieta de desaparecido y militante:

“Ahí estábamos los 30 mil | Sol Yornet

Dicen que los pueblos se crean contando su propia historia, que no existen sin narraciones, sin memoria.

Somos relatos que pasan de una generación a otra. Así mi relato es un poco el que recibí, un poco el que dejo acá y un poco el que ustedes pasarán.

Comienza con jóvenes en fotos, en pancartas, y termina con jóvenes y militantes en la calle de Tribunales Federales (decir “termina” es solo una forma porque, si es como dicen, este relato no tiene fin.)

Ahí estábamos los 30 mil. Riendo, llorando y abrazándonos otra vez, más presentes que nunca.

Porque no “desaparecimos”, nos desaparecieron. Sabemos quiénes son culpables y a ellos los condenamos.

El juicio permitió conocer cómo se propaga el horror, la tristeza y el miedo; cómo funciona el silencio y cómo nos sigue lastimando el olvido.

La sentencia permitió ponerles a los genocidas nombre y apellido. Pero fue también el testimonio del amor y de la alegría, de la lucha incansable por nuestros derechos y de la certeza de haber rescatado esta memoria que por generaciones nos seguirá alumbrando y hagan lo que hagan, vamos a volver cantando como la cigarra. En lucha como el pueblo nos relata”.

Podes ver y escuchar la sentencia completa acá: https://www.youtube.com/watch?v=iTknDDt39Jw

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