Por Belén Trucco (*). Cientos de personas visitan el santuario de Lourdes durante los 365 días del año. ¿Qué los motiva? ¿Qué significado tiene La Gruta sobre la trama cultural y religiosa de Alta Gracia?
La calle Butori en su recorrido, nos ofrece un entramado único, un circuito gastronómico que colma los días de aroma a pan casero y tortillas calientes. Miles de estatuillas grandes y pequeñas de vírgenes y santos se congregan en veredas listas para que se las lleven los visitantes, el barrio toma su ritmo propio cuando vendedores de velas y peperina anticipan que al final del camino, encontraremos la entrada al santuario “Nuestra Señora de Lourdes”.
Este lugar nació de la idea de dos mujeres, Delfina Bunge de Gálvez y Guillermina Achával Rodríguez, que en pleno siglo XX, llegaron como tantas otras personas a transitar su enfermedad respiratoria a nuestra ciudad, que por entonces era apenas un poblado.
Imaginaron “un lugar para peregrinar” en un pueblito repleto de personas que según su visión, necesitaban de la fe para transitar sus patologías. Un sitio milagroso como es el santuario original de Lourdes en Francia, que ellas mismas visitaron.
Si bien se puede ahondar sobre la historia de este lugar, hoy nuestro interés es otro: ¿Qué motiva a las personas a seguir visitándolo?
(*) LEÉ LA NOTA COMPLETA EN LA EDICIÓN 216 DE DICIEMBRE DEL PAPEL TORTUGA.
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