De Córdoba al Atlántico profundo en la expedición Talud Continental IV

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Durante 21 días, científicas y científicos argentinos exploraron el cañón submarino de Mar del Plata a bordo del buque Falkor(too) del Schmidt Ocean Institute. La campaña, que alcanzó una repercusión inédita con casi 18 millones de visualizaciones en sus transmisiones en vivo, permitió observar a 3.900 metros de profundidad una biodiversidad sorprendente. Entre quienes participaron estuvo Carla De Aranzamendi, investigadora del Instituto de Diversidad y Ecología Animal (IDEA, UNC-Conicet), quien compartió su experiencia en diálogo con Radio Tortuga 92.9 para la columna Ciencia Vecina.

La expedición dio continuidad a campañas realizadas en 2012 y 2013 a bordo del buque oceanográfico Puerto Deseado, que habían permitido describir decenas de especies nuevas. En esta oportunidad, el equipo trabajó desde el buque Falkor(too) del Schmidt Ocean Institute, lo que habilitó observaciones directas mediante videos de altísima resolución y recolecciones de muestras puntuales.

“El objetivo principal fue conocer la biodiversidad del fondo marino que ya veníamos estudiando desde 2012, pero esta vez no solo recolectamos muestras: también trabajamos con videos y técnicas de filtrado de agua para extraer ADN y detectar especies que quizás no se ven en las imágenes”, explicó De Aranzamendi. Además, la campaña buscó medir el impacto humano en los fondos oceánicos, registrando desde desechos visibles hasta microplásticos imperceptibles para la vista.

Carla De Aranzamendi

Del arrastre a la observación en vivo

La investigadora subrayó las diferencias con expediciones anteriores: “En esta oportunidad pudimos ver dónde viven y cómo interactúan las especies. Antes, con las redes de pesca, todo llegaba mezclado a la superficie y no podíamos saber si los organismos convivían realmente o si se habían juntado por el arrastre de la red. Los videos nos abrieron otra dimensión de exploración”.

Por otro lado, la recolección selectiva permitió reducir el impacto sobre el ecosistema. “Pudimos elegir qué muestras colectar y eso hizo que se extrajeran menos ejemplares de especies ya conocidas”, señaló.

El fenómeno del streaming

Lo que sorprendió al equipo fue la repercusión global de las transmisiones. “No esperábamos tanta visibilidad. Otras campañas de esta ONG habían tenido apenas 800 vistas. Creo que influyó que se hizo en Argentina, que somos muy pasionales y que la mayoría de los tripulantes éramos argentinos. También que transmitimos como si estuviéramos entre amigos, maravillándonos con lo que aparecía”, dijo.

Para De Aranzamendi, la transmisión también permitió derribar prejuicios sobre el mar argentino: “En la costa el agua suele verse marrón y pensamos que hay poca vida. Pero descubrir esta diversidad a 3.000 metros de profundidad generó un impacto enorme”.

Después de la campaña

El grupo del Instituto de Diversidad y Ecología Animal (IDEA) ya había participado de campañas previas y fue convocado por su experiencia con ascidias, pequeños invertebrados abundantes en aguas profundas. Con un equipo reducido, Carla fue seleccionada para viajar desde Córdoba y participar directamente en la recolección y observación de muestras.

De regreso en tierra, la investigación apenas comienza. El proceso de identificación de especies requiere paciencia y trabajo meticuloso, combinando observación con lupa, disecciones y análisis genético: “El trabajo recién comienza, ahora tenemos que realizar el trabajo para poder identificar a qué especie pertenecen las muestras, y las ascidias en particular no son tan simples así que no sabemos cuántas especies nuevas habremos encontrado pero tenemos la idea de que son muchas así que estamos muy contentos. Estamos seguros que hay varias especies o registros nuevos”.

En Córdoba, sin embargo, el equipo trabaja con recursos limitados. “No tenemos becarios que nos ayuden, solo estamos con Marcos Tatián y un pasante. El análisis en lupa y microscopio es muy lento, y la parte molecular es más costosa. Eso retrasa los tiempos”, detalló.

Ciencia en crisis

Más allá de la euforia por el hallazgo, la investigadora no perdió de vista el contexto de recortes y ajustes que atraviesa la ciencia argentina a raíz de las políticas de ajuste del presidente Javier Milei. “Estamos siendo altamente desfinanciados. Los salarios están por debajo de la línea de pobreza, hay cada vez menos becas doctorales y posdoctorales, y casi no hay subsidios. En el IDEA tenemos muy poco presupuesto y personal administrativo que se quedó sin trabajo”, advirtió.

En ese escenario, la repercusión de la expedición tuvo un valor especial: «Es una época muy difícil por lo cual esta campaña llega en el momento ideal para que la sociedad argentina pueda ver que atacar a los científicos es injusto: no somos la casta, somos gente trabajadora y somos necesarios porque la ciencia es soberanía».

Sobre el futuro, concluyó: “Es complejo, en cuanto a mi investigación yo sigo trabajando porque todavía tengo un sueldo y elegí hacer investigación porque realmente me gusta, las condiciones son difíciles y muy tristes pero seguimos dándole lucha. Necesitamos una sociedad un poco más empática”.

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