A través de un nuevo informe Económico y Social, el Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) reveló que en septiembre la inflación alcanzó el 2,43%, superando las expectativas inflacionarias proyectadas al principio del mes; con un aumento del 2,6% en el sensible rubro de “Alimentos y bebidas sin alcohol”. Asimismo, reveló que en el 58% de los hogares no se logró cubrir de manera satisfactoria la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y que en la mitad de las familias, al menos un miembro debió eliminar alguna comida diaria, mayormente la cena.
El IETSE atribuye el alza inflacionaria a “la volatilidad cambiaria, la presión ejercida por la incertidumbre electoral y la elevada inercia inflacionaria, tan propia de la economía argentina”.
En cuanto a la influencia de la inestabilidad cambiaria del dólar en la dinámica de precios, mencionó la “breve y pasajera calma experimentada tras las señales de apoyo por parte de EE.UU.” y la persistencia de la desconfianza, evidenciada en el retroceso de los bonos soberanos argentinos y el riesgo país, que al término de septiembre se ubicaba por encima de los 1.100 puntos.
“En este contexto, el dólar se mantuvo en niveles de alta volatilidad y, como es habitual en nuestra economía, el pass-through (traslado de las variaciones del tipo de cambio a los precios internos) operó de manera casi inmediata en bienes de primera necesidad”, reveló el IETSE, que subrayó que el rubro Alimentos y bebidas sin alcohol, que es el de mayor ponderación en la medición inflacionaria, registró un incremento del 2,6%, impulsado por subas en lácteos (7%), aceites (6%), farináceos (5%).
“Este comportamiento, combinado con alzas en otros segmentos, explica la aceleración inflacionaria respecto a los meses previos”, explicó la entidad.
Crisis alimentaria y ajuste en el nivel de compras
En términos sociales, agrega el IETSE que los resultados de la Encuesta de Hogares (2.500 casos efectivos en septiembre) confirman un agravamiento de la crisis alimentaria, que queda en evidencia en los siguientes indicadores:
– El 58% de los hogares no logró cubrir de manera satisfactoria la Canasta Básica Alimentaria (CBA), lo que implica un consumo muy por debajo de los parámetros nutricionales recomendados.
– Entre quienes sí alcanzaron la CBA, el 71% lo hizo gracias a ayuda estatal (AUH, Tarjeta Alimentar, programas provinciales).
– En el 50,7% de los hogares, al menos un miembro debió eliminar alguna comida diaria, mayormente la cena.
– El 31% reportó situaciones de hambre no satisfecho.
– En el 19% de los hogares fue necesario pedir comida o dinero para alimentarse.
– El 10,6% de los hogares refirió que algún integrante se alimentó una sola vez al día o debió ayunar de manera forzada.
“Estos datos evidencian un deterioro estructural del tejido social y de la seguridad alimentaria, que se sostiene en niveles críticos y compromete de manera directa la salud de la población”, alerta el IETSE y complementa el preocupante panorama con el dato de que en términos de consumo, Septiembre se constituyó en el peor mes del año en ventas minoristas, con una caída del 9,3% interanual en volumen.
Agrega la consultora que el acumulado enero-septiembre 2025 respecto del mismo período de 2024, arroja un retroceso del 21,6%, lo que muestra la magnitud del ajuste, en el poder de compra de los hogares y la contracción sostenida del mercado interno.
Alta fragilidad
Analiza el IETSE que “la combinación de inflación persistente, deterioro social, caída del consumo y volatilidad financiera, configura un escenario macroeconómico de alta fragilidad”; y a ello suma la incertidumbre electoral, que mantiene latentes los temores de una eventual devaluación pos o incluso preelectoral, “alimentando la expectativa de los mercados y condicionando decisiones de inversión y consumo”.
“En este marco, la economía argentina continúa atrapada en un círculo vicioso compuesto de una fuerte dependencia del tipo de cambio, baja credibilidad en la política monetaria y fiscal, y un pass-through cambiario inmediato, que refuerza la inercia inflacionaria y erosiona el poder adquisitivo”, agrega y concluye que “el resultado es un panorama de riesgo macro, donde los costos recaen principalmente sobre los hogares de menores ingresos y los sectores vinculados al comercio de proximidad”.
Informe completo: