Tras más de 15 meses de debate, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°6 de la ciudad de Buenos Aires condenó a diez años de prisión a Fernando Sabag Montiel por el intento de asesinato de la expresidenta Cristina Fernández, ocurrido el 1° de septiembre del 2022 en las puertas de su entonces domicilio en el barrio porteño de Recoleta. En un fallo unánime, se le fijó también una pena de ocho años de prisión a Brenda Uliarte por su participación necesaria en la maniobra. El tercer imputado, Gabriel Nicolás Carrizo, fue absuelto en línea con lo planteado por el Ministerio Público Fiscal (MPF) en su alegato. Los fundamentos de la decisión se conocerán el próximo 9 de diciembre.
En el debate intervino la titular de la Fiscalía General N°3 ante los Tribunales Orales en lo Criminal Federal de la Capital Federal, la fiscal general Gabriel Baigún, con la colaboración de la y los auxiliares fiscales Jesica Racki, Lautaro Fichter, Francisco Lorea Bonete y Juan Manuel Graiño. Los representantes del MPF habían solicitado 15 años de prisión para Sabag Montiel y 14 años para Uliarte.
El tribunal integrado por la jueza Sabrina Namer y sus colegas Adrián Grünberg e Ignacio Fornari consideró a Sabag Montiel y a Uliarte responsables del delito de homicidio agravado por mediar el empleo de un arma de fuego en grado de tentativa. El hombre fue considerado autor de la maniobra y, en relación a la pistola con la que intentó cometer el homicidio -una Bersa, modelo Lusber 84, calibre .32-, se lo condenó también por la portación de arma de guerra sin la debida autorización legal.
De esta forma, el tribunal descartó los agravantes de alevosía y violencia de género que había postulado el MPF durante su alegato. Además, rechazaron los planteos de inimputabilidad y de suspensión del proceso por incapacidad mental sobreviniente que habían realizado las defensas de ambos condenados.
El TOF dispuso que las penas sean unificadas en 14 años de prisión para Sabag Montiel y en 8 años y 2 meses para Uliarte, debido a las condenas previas que ambos tenían por causas que se desprendieron de la investigación por el atentado a la expresidenta. El principal acusado contaba con una pena única de 4 años y 3 meses de prisión dispuesta por tenencia y distribución de material de explotación sexual de menores de 13 años hallado en su celular y por la tenencia ilegal de un documento de identidad perdido que fue encontrado en su domicilio; y la mujer, una de un año de prisión en suspenso por esa misma causa de la tenencia ilegal de ese DNI.
En línea con lo planteado por la fiscalía, cuando expuso que no conocía el plan para atentar contra la entonces vicepresidenta, el tribunal absolvió a Gabriel Nicolás Carrizo, el tercer imputado que había llegado a este debate iniciado el 26 de junio de 2024, acusado como partícipe secundario.
La acusación
En el alegato del 20 de agosto pasado, el Ministerio Publico Fiscal estuvo representado por la fiscal general Baigún y la titular de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), Mariela Labozzetta. En la etapa de instrucción, intervino el fiscal Carlos Rívolo, a cargo de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal N°2.
«El 1° de septiembre del 2022, aproximadamente las 20.52, Sabag Montiel y Uliarte, de acuerdo con la decisión adoptada previamente por ambos, y con la finalidad de matar a la entonces vicepresidenta, se infiltraron entre las multitud que se había congregado frente a su domicilio ubicado en la intersección de las calles Juncal y Uruguay de esta ciudad, y simularon ser simpatizantes de la exvicepresidenta, para atentar contra la vida de ella«, desarrolló la fiscal Baigún.
Según explicó, una vez que Sabag se encontraba a escasos centímetros de la exmandataria, apuntó contra su rostro y gatilló en una oportunidad. «El hecho no se consumó por motivos ajenos a su voluntad, ya que, pese a que accionó la cola del disparador, la bala no salió y, cuando se disponía a recargar nuevamente, fue interceptado por la multitud”, explicó.
En relación al arma utilizada, la fiscal sostuvo que «estaba apta para el disparo, le pertenecía y sabía cómo disparar con ella». A su vez, expuso un video elaborado por la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) -a cargo de Romina Del Buono- en el cual se podía observar y graficar la proyección lineal del arma en dirección a la víctima. «De acuerdo a la dirección del caño vemos que el disparo iba directamente a la cabeza. Si el disparo hubiera sido exitoso, habría provocado la muerte de la víctima”, afirmó.
En su exposición, Baigún puntualizó que tanto Sabag como Uliarte se infiltraron entre la militancia «para actuar sobre seguro y garantizarse la imposibilidad de la víctima de repeler el ataque».
Como circunstancias agravantes, la fiscal había valorado en su alegato “el desprecio por las reglas de la convivencia democrática, la especial importancia de la víctima, el desprecio demostrado por las consecuencias negativas que podría acarrear el hecho para el devenir del país, el desinterés por las consecuencias negativas para las personas reunidas en aquella ocasión, la falta de arrepentimiento, el concurso de delitos que se le endilga a Sabag Montiel y, respecto de Uliarte, la especial virulencia de su odio contra Cristina Fernández de Kirchner”.
Lo que falta
La diputada nacional cordobesa Gabriela Estevez, de Unión por la Patria, apuntó que «la condena a los autores materiales del atentado a Cristina Fernández es apenas un primer paso«. En virtud de ello, exigió que «se avance contra los que instigaron, organizaron y financiaron el ataque, que hasta ahora fueron protegidos por la mafia judicial»; y subrayó: «Solo así habrá verdadera Justicia».
En la misma línea, su par Pablo Carro señaló que con la condena a los autores materiales del intento de magnicidio, «las preguntas persisten»; y que «los que sembraron el odio, idearon y mandaron a ejecutar ese plan macabro, hoy celebran su proscipción y detención«. Concluye su mensaje, publicado en redes, asegurando que «la verdad, como siempre ocurre, encontrará la forma de salir a la luz».