En su presentación ante el Comité Contra la Tortura de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el subsecretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, eludió responder sobre acusaciones por el accionar represivo del gobierno de Javier Milei y en su lugar negó la cifra de 30 mil desaparecidos y aludió a la reconocida política de Memoria, Verdad y Justicia de la Argentina como un negocio.
A través de un texto titulado «El artilugio de la mentira como defensa», Abuelas de Plaza de Mayo e Hijos Capital manifestaron «profunda preocupación ante su falta de apego a la verdad y su desconocimiento al trabajo de un organismo de Naciones Unidas al que organizaciones civiles del mundo entero acuden para denunciar los atropellos de sus gobiernos».
Asimismo, en referencia a la pretendida «memoria completa» a la que hizo referencia Baños, en relación a la vetusta «teoría de los dos demonios, afirmaron los organismos de Derechos Humanos: «Nosotros también querríamos que la memoria se complete: con información acerca de dónde están los 300 nietas y nietos apropiados que faltan, con el destino de los 30.000 desaparecidos, y la verdad sobre lo que hicieron con ellos. Lo poco que se conoce sobre lo ocurrido con las víctimas de la dictadura ha sido gracias a la valentía de los y las sobrevivientes y a las políticas de Estado de gobiernos anteriores, que permitieron ir identificando a algunos de nuestros familiares en fosas comunes. Ningún genocida confesó qué hizo con ellos».
Concluye el documento de Abuelas e Hijos Capital ratificando que «pese a sus acusaciones, justificaciones y mentiras, los organismos seguiremos denunciando estos atropellos y continuaremos trabajando por la memoria, la verdad, la justicia y en defensa de la democracia, como lo hacemos hace casi 50 años».
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