El Banco Credicoop entregó ayudas institucionales a diversas organizaciones de la sociedad civil de la región

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En la tarde del martes 18 de noviembre, la sucursal Alta Gracia del Banco Credicoop entregó aportes económicos al Proyecto Lazos, Cañito Cultural, Iniciativa Ciudadana, el centro de jubilados de Potrero de Garay, la Fundación Garabato y la asociación civil 8 de Agosto. La ayuda se enmarca en una política de inserción social que tiene la entidad, en virtud de los desempeños locales, tanto en materia institucional como comercial, explicó el gerente de la sucursal, Guillermo Majlis, consultado por Tortuga.

Además de los representantes de cada una de las organizaciones reconocidas con estas ayudas, participaron autoridades del Banco y miembros de su Comisión de Asociados, que fue la que seleccionó a los espacios beneficiados.

El encuentro arrancó con una ronda de presentación de cada uno de los espacios, en una búsqueda de fortalecer la interrelación de las organizaciones ciudadanas de la región. También tomaron la palabra el responsable de la Filial Córdoba del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), Pablo Tissera, y el titular de la Comisión de Asociados del Banco en Alta Gracia, Alejandro Silva.

En todos los casos se remarcó la importancia de que la banca cooperativa pueda ofrecer una alternativa comercial e institucional, que decante a su vez en un fortalecimiento de los lazos sociales de la comunidad y sus emprendimientos participativos; y subrayaron el valor que tiene la apuesta por este instrumento de transformación social para librar la batalla cultural, política y económica contra los modelos individualistas, desde una perspectiva de que «nadie se salva solo».

Al término de la entrega de las ayudas, el gerente de la sucursal Alta Gracia del Banco, Guillermo Majlis, dialogó con Tortuga acerca del funcionamiento de la entidad y la importancia del sistema cooperativo en un presente en el que se intenta imponer una mirada individualista de la política, la economía, la cultura y los vínculos sociales.

«Como Banco Credicoop tenemos un doble perfil comercial e institucional, ya que antes de ser banco somos una cooperativa», introdujo Majlis y respecto a las ayudas institucionales entregadas, concretamente, explicó: «En el marco de nuestro sentido cooperativista y la inserción que pretendemos tener en la comunidad, a aquellas sucursales que tienen buen desempeño comercial e institucional, en virtud de objetivos mensuales y anuales, la administración entrega montos de dinero para que a través de la Comisión de Asociados se entreguen ayudas institucionales a entidades de carácter social que participan dentro de esta red de colaboración».

PORTAL TORTUGA (PT): ¿Qué diferencia a un banco cooperativo de uno comercial?

GUILLERMO MAJLIS (GM): Todos los bancos están regidos por las normas del sistema financiero. Dicho sea de paso, la Ley de Entidades Financieras, que es troncal, viene de 1979 y la traemos como herencia de esa época negra del país, por eso decimos que es una ley de la dictadura. Hay bancos públicos, privados nacionales y extranjeros, y cooperativos. El banco cooperativo tiene una administración diferente. Es puramente democrática en todas sus instancias. Tenemos un Consejo de Administración que se reúne mensualmente con sus consejeros asesores zonales, que bajan la información a las zonas a las que pertenecen, en una comisión de asesores zonales, en la que participan los gerentes, que son las patas comerciales, y los presidentes de las comisiones de asociados, que son la pata institucional. Además, cada gerente y cada presidente de las comisiones de asociados bajan las informaciones a sus respectivas bases, que son los asociados. Paralelamente, en cuestiones comerciales, nos basamos en las mismas normas que el resto de los bancos.

Una de las cualidades que tiene la banca cooperativa es que a quienes acceden a sus servicios no los considera clientes, sino asociados. Acerca de esta particular manera de relacionarse, aludió Majlis: «Los asociados están vinculados al banco a través de cuentas personales, de jubilaciones, de una empresa pyme o una empresa de carácter social. El estar vinculado a través de una cuenta los convierte en asociados y les otorga un voto en la comisión de asociados, con igualdad de derechos y obligaciones. En ellas funcionan distintas secretarías, como la de educación cooperativa, la de gestión de la empresa cooperativa o comercial, otra de relaciones con otras instituciones, una secretaría de actas, una de acuerdos crediticios y mora».

En cuanto a las ayudas institucionales, puntualmente, agregó que «es la misma comisión de asociados la que trae las propuestas y entre todos debatimos qué tipo de ayudas podemos hacer y las ejecutamos».

PT: En relación a este contexto, en el cual se intenta imponer una mirada individualista de crecimiento y derrame. ¿Qué importancia tiene el cooperativismo?

GM: El cooperativismo es unidad, es ampliar bases, amplificar voces, ocupar espacios. Como banco cooperativo somos una herramienta de transformación social. No dejamos de tener una mirada crítica de la política en general. Por origen somos un banco fundado por empresarios pymes y comerciantes, que motorizaban al país y no tenían acceso a herramientas financieras. Como banco cooperativo, somos herencia de las viejas cajas de crédito. El Banco Credicoop es casi una utopía, porque fue producto de la fusión de 44 cajas de crédito. Se fundó como un banco para Capital Federal y el Gran Buenos Aires, y con el tiempo se transformó en un banco nacional de primera línea, rankeado como cuarto banco con sucursales y patrimonio, bien rankeado en colocaciones y depósitos; y siempre defendiendo que el dinero de los argentinos quede en manos de los argentinos, y promoviendo la sustitución de importaciones por la producción nacional. Desde ahí planteamos que somos una herramienta política de transformación social.

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