Desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) califican de «histórica» esta declaración que marca una serie de metas que se pueden lograr en los próximos cuatro años en relación con enfermedades no transmisibles y a la salud mental. Entre otros puntos, se plantea la posibilidad de reducir en 150 millones el número de personas dependientes del tabaco, conseguir que 150 millones de personas tengan la hipertensión controlada y que 150 millones logren un acceso a los servicios de salud mental. Con la excepción de los de Estados Unidos y Argentina, el resto de los líderes mundiales votaron este 16 de diciembre en favor de esta declaración.
En un «movimiento dirigido a abordar dos de las mayores cargas sanitarias globales», líderes de todo el mundo adoptaron en la Asamblea General de la ONU una «declaración política histórica que combina por primera vez la lucha contra las enfermedades no transmisibles y la promoción de la salud mental», destacaron oficialmente desde el organismo global.
La declaración, titulada «Equidad e integración: transformar vidas y medios de subsistencia mediante el liderazgo y las medidas en materia de enfermedades no transmisibles y la promoción de la salud mental y el bienestar«, establece metas concretas para 2030 y representa un enfoque renovado tras la pandemia de COVID-19.
El documento se propone «Metas ambiciosas y medibles» y marca un avance significativo al establecer tres objetivos globales «de vía rápida» para 2030: 150 millones menos de consumidores de tabaco; 150 millones más de personas con la hipertensión controlada; y 150 millones más de personas con acceso a atención de salud mental.
Para alcanzar estas metas, la declaración también define objetivos de proceso nacionales, como que al menos el 80% de los países cuenten con medidas políticas, legislativas y fiscales implementadas, y que un porcentaje similar de centros de atención primaria tengan acceso a medicamentos y tecnologías esenciales asequibles.
Un enfoque integral ante desafíos complejos
«Las enfermedades no transmisibles, como las cardiopatías, el cáncer y la diabetes, causan 18 millones de muertes prematuras anuales, mientras que los trastornos de salud mental afectan a más de mil millones de personas en el mundo. Ambos grupos de afecciones comparten factores de riesgo prevenibles, como dietas poco saludables, consumo de tabaco y alcohol, y contaminación atmosférica», expresan desde la ONU.
«La adopción de estas metas audaces es un testimonio del compromiso de los Estados Miembros para proteger la salud de su gente», declaró el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). «Juntos podemos cambiar la trayectoria de las enfermedades no transmisibles y la salud mental».
Ampliación del alcance y financiamiento
La declaración incorpora lecciones de la pandemia y aborda por primera vez áreas como la salud oral, los cánceres infantiles, los daños digitales (como la exposición excesiva a pantallas) y determinantes ambientales ampliados, incluida la contaminación del aire.
Reconociendo el difícil panorama económico mundial, el texto insta a los países a asegurar financiamiento adecuado y predecible, mediante mayor financiación interna y cooperación internacional reforzada. Además, posiciona a las enfermedades no transmisibles y la salud mental como pilares centrales para el desarrollo sostenible y la justicia social, requiriendo un enfoque que involucre a toda la sociedad.
«La declaración sienta las bases para un nuevo curso de acción», aseguran desde la ONU y adelantan que el Secretario General del organismo informará sobre el progreso hacia estas metas antes de la próxima Reunión de Alto Nivel; y que la OMS y otras agencias de la ONU apoyarán a los Estados Miembros para traducir estos compromisos en acción nacional, asegurando la rendición de cuentas de ahora hasta 2030 y más allá.
Los rechazos
Estados Unidos rechazó esta declaración histórica, al observar su desacuerdo con el resto del mundo porque la declaración reconoce cuestiones tan fundamentales como el derecho a la salud sexual y reproductiva o la necesidad de adoptar una perspectiva que aborde el hecho de que las mujeres soportan la carga de las enfermedades no transmisibles por duplicado debido a su papel como cuidadoras.
Con el absurdo seguidismo que viene practicando la gestión de Javier Milei a la de Donald Trump en diversas instancias globales, con la ilusión de lograr así un mejor posicionamiento geopolítico, Argentina también votó en contra.








