Este miércoles 10 de diciembre, a las 19.30, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos y a 42 años de la recuperación de la democracia; se llevará adelante un acto conmemorativo en el Paseo del Virrey, para recordar la manera en que impactó en Alta Gracia el golpe de Estado de 1955, del que se cumplen 70 años, que derrocó al presidente constitucional Juan Domingo Perón e impuso un gobierno dictatorial, bajo la eufemística denominación de «Revolución Libertadora». Se descubrirá una placa conmemorativa, junto a los vestigios de los bombardeos que aún persisten sobre una pared ubicada en Avenida Belgrano casi Calle del Molino, mientras que en el Cine Teatro Monumental Sierras se abrirá una muestra fotográfica.
«La verdad es que un golpe no es para la conmemoración, pero acá se defendió la democracia y eso es lo que vale y quedan como testimonios materiales los impactos de proyectil sobre los muros del Hotel Plaza«, indicó a Tortuga la docente Laura Valdemarca que, junto al historiador Luis Rosanova, develó estos episodios, semanas atrás, en una concurrida actividad que se desarrolló en el centro vecinal de barrio Liniers.
Bomberdeos en Alta Gracia
Este Portal le solicitó a Valdemarca detalles sobre la manera en que los bombardeos impactaron, literalmente, en Alta Gracia. «Todo empezó el 16 de septiembre cuando (Eduardo) Lonardi mientras se dedicaba a derrochar violencia contra los cuadros del Ejército y la Aeronáutica, que elegían la lealtad al gobierno constitucional. Delegó en Videla Balaguer el liderazgo del golpe en la ciudad de Córdoba y éste amenazó de muerte al gobernador (Raúl) Lucini, que defendía la ciudad desde el Cabildo», inició el repaso histórico.
Y continuó: «El gobernador fue evacuado hacia Alta Gracia por caminos escondidos entre Córdoba y Falda del Carmen, esquivando los aviones de observación. En nuestra ciudad tenía que organizar la resistencia a los sublevados y recibir a las tropas que llegarían por tierra desde La Rioja. La estación de tren de Alta Córdoba había sido volada por los golpistas, de modo que la única vía era por Punilla».
Acto seguido da cuenta de un pedazo de historia por muchos desconocido, que ubica a Alta Gracia en un lugar central de aquel parteaguas histórico, que derivaría en la proscripción por 18 años de Juan Domingo Perón, Eva Duarte de Perón y todo aquello que remitiera o mencionara al peronismo: «En alta gracia unos días antes del 16 de septiembre se había descubierto una conspiración: algunos comerciantes y miembros de la Acción Católica estaban reuniendo armas de fuego para formar un comando civil. Descubiertos y demorados en la sede policial, fueron liberados justo antes del Golpe para organizar a católicos y comerciantes en contra de los obreros y obreras de las varias fábricas de la ciudad que se reconocían peronistas».
«Para el 17 la ciudad estaba aterrorizada: la sirena de la cantera anunciaba el toque de queda por posibles bombardeos, los aviones de reconocimiento volaban bajo, amedrentando a la población; y desde los claustros del primer piso de la Estancia, habitada por la familia Lozada, se disparaba contra la sede municipal y el Hotel Plaza, donde estaban las autoridades y la Policía», agrega Valdemarca, describiendo detalladamente el episodio.
Y finalizó, vinculando lo ocurrido en la ciudad con el impacto que tuvo el Golpe a nivel nacional: «Muchos altagracienses huyeron al monte que hoy es barrio Liniers y otros taparon las ventanas con colchones. Lonardi había prometido no escatimar violencia con tal de imponer el Golpe y la población tenía en su memoria el bombardeo sobre la Plaza de Mayo (en Buenos Aires), organizado por estos mismos golpistas tres meses antes, en junio. Perón renunció cuando el almirante Isaac Rojas amenazó con continuar los bombardeos desde el Río de La Plata. Ya se había bombardeado La Plata, Bahía Blanca y Mar del Plata. Faltaba la Capital Federal, y ése era el próximo objetivo. El saldo que pueden adjudicarse los generales del golpe: más de 150 muertos en cuatro días, instalaciones civiles destruidas, población aterrorizada y el final de la democracia».








