Este 2 de septiembre es el Día de la Industria Nacional. En ese marco, la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME), emitió un comunicado en el que afirma que «no hay nada que festejar», porque la Argentina vive un «industricidio» impulsado por el gobierno de Javier Milei.
Detalla el documento que «al cabo de más de un año y medio de gestión liberal libertaria, prácticamente todos los rubros industriales quedaron atenazados entre un proceso de suba de costos en dólares, apertura indiscriminada de importaciones, caída del salario real y destrucción del mercado interno, principal motor de la economía local y regional».
Y agrega que la reciente suba de tasas, «fruto de un manejo errático y cortoplacista de la política económica», decretó la «defunción definitiva del crédito productivo» y afectó seriamente la cadena de pagos y agravó la baja del consumo masivo, en un contexto de creciente mora en las deudas de empresas y familias.
En este contexto dramático de «precarización e incertidumbre», sin embargo, APYME afirma que «hay unos pocos y poderosos ganadores», en referencia al poder financiero especulativo y los acreedores externos; y a las multinacionales del agro, la energía y la minería, «que se limitan a exportar recursos naturales con bajo valor agregado local».
APYME insta a diferenciar a las pymes de las «cúpulas industriales concentradas y extranjerizadas», que son formadoras de precios y «ante la debacle sostienen que debe ‘nivelarse la cancha’, mientras disponen suspensiones y despidos masivos».
Finalmente, la entidad convoca «al conjunto de los actores del empresariado nacional y el trabajo» a participar del impuso de la declaración de la Emergencia Mipyme, que permita evitar mayores cierres y pérdidas de fuentes de trabajo, con la intensificación de los debates por «un proyecto nacional de industrialización con inclusión social».
Y confronta la retórica del Gobierno Nacional, al afirmar que «estos objetivos no se logran con menos Estado, sino con un Estado activo y eficiente que asegure la reinstauración de valores básicos como la soberanía nacional, la democracia y las garantías constitucionales, bajo un criterio de integración regional y de relaciones equilibradas con todos los países. «Sin protección de la industria local no hay Nación, ni bienestar ni desarrollo posibles», concluye el documento firmado por la Comisión Directiva Nacional de la entidad.








