Basural en Santa Ana: un antes y un después en la comunidad

0

Este fin de semana, las y los vecinos de Santa Ana conmemoraron cinco meses del acampe que alzaron en la puerta de ingreso al terreno donde Cormecor pretende instalar el predio de tratamiento y disposición final de residuos sólidos urbanos. En diálogo con este medio algunos vecinos y vecinas nos cuentan su experiencia en el marco de la lucha que emprendieron hace más de seis meses.

“Dentro de las características de la población, las entrevistas revelan que se trata de una comunidad tranquila, con pocas aspiraciones al referirse a los vecinos del núcleo original. Como problemática algunos entrevistados señalan el ocio de la juventud, las drogas y riñas, el hacinamiento y la violencia de género”. Des esta forma, el estudio de impacto ambiental ordenado por la Corporación Intercomunal para la Gestión Sustentable de los Residuos Sólidos Urbanos del Área Metropolitana de Córdoba (Cormecor) describía a la comunidad de Villa Parque Santa Ana. Sin embargo, los vecinos a fuerza de organización iniciaron un camino de concientización y acción directa con las aspiraciones de no tener un basural a escasos metros del ejido municipal.

«Nos hemos reencontrados con los vecinos, dejamos de mirarnos las preocupaciones personales para unirnos todos por algo en común», explicó Carolina Ochonga, vecina de la localidad de Santa Ana. De profesión enfermera, la mujer hizo hincapié en que la comunidad «dejó de mirarse al espejo» y salió a tomar partido, dando cuenta del hecho disruptivo que fue para la comunidad la pretensión de instalar un basural a diez cuadras de distancia. «No solamente hay un grupo de personas o un grupo etario luchando por algo, sino que son todas las familias», enfatizó la vecina e insistió: «En las manifestaciones van a a ver familias completas, todos luchando por una misma causa».

En la misma dirección, la basura pasó a ser para los vecinos que vienen resistiendo la instalación de Cormecor el eje central de las discusiones asamblearias al punto tal de que crearon un sistema propio de separación de residuos. «Muchos vecinos nos hemos sumado a separar la basura», explicó la docente Nora Beneitez y agregó: «También a pensar cómo hacemos nuestras compras y pensar que cosas son las que nos ayudan a disminuir la basura que consumimos a diario».

La organización como bandera

Algunos vecinos se sumaron por primera vez a un espacio de discusión y toma de decisiones por consenso y otros ya venían de diferentes experiencia de militancia. El colectivo Santa María sin basura cobijó no sólo a los vecinos autoconvocados de Santa Ana sino que a muchos de otras localidades vecinas. «Ahora todas las semanas muchos vecinos participamos de una asamblea de ciudadanos, que es la forma básica y más noble de construcción democrática en donde se escuchan todas las voces y tomamos decisiones en conjunto», precisó la profesora de Historia Magdalena Schibili.

«Es una práctica que en el pueblo no existía y es muy transformadora y nos transformó porque dejamos de mirar el espejo y salimos a la calle y ahora es muy difícil caminar por el pueblo sin estar siendo parados por nuestros propios vecinos para comentar las ultimas cosas que hicimos o para intercambiar opiniones entre nosotros», continuó la vecina. «Hay un gran aporte colectivo que nos reconforta», agregó.

Por su parte, la concejal por el Frente Para la Victoria (FPV), Paola Rivero, remarcó que ya venía con una trayectoria en militancia partidaria y social, por lo que «pusimos ese capital y esa fuerza de lucha en favor de defender la salud y el medio ambiente que afecta a nuestro pueblo». «Fue una experiencia transformadora de juntarse a trabajar y a luchar con gente que no tenia ese tipo de experiencia pero que tiene un capital muy rico», enfatizó la vecina y funcionaria que desde el principio viene formando parte del colectivo. «Muchas personas ni siquiera sabían de sus potencialidades, de su fuerza de trabajo y verlos sumados e involucrados es una experiencia muy buena para el pueblo», añadió.

A su turno, Franco Reynoso, vecino que se encuentra en el acampe desde que se instalaron allí, contó que al principio muchos de los vecinos no se conocían y tal fue la sorpresa al enterarse de que iban a instalar un predio de enterramiento y tratamiento de residuos urbanos a escasos metros de la localidad que se «fueron organizando sobre la marcha de acuerdo a las circunstancias». Con el paso del tiempo, «continuamos acomodándonos y organizándonos de diferentes maneras, en diferentes áreas, como organización fuimos creciendo y en la actualidad funcionamos más articulados», concluyó el vecino.

Haciendo historia

Por estos días los vecinos continúan con la misma o mayor movilización con la que comenzaron a organizarse. Sin dudas, la inminente instalación del basural no sólo fue sorpresivo sino que atravesó la cotidianeidad de la comunidad. La periodista local, Paula Galvani, lo describió así: «Es muy fuerte la experiencia de saber que estamos haciendo historia, de que todo este colectivo de gente que esta organizado y que se ha planteado tener el destino de su vida en sus manos y tratar de cambiarlo y moldearlo colectivamente, es una experiencia muy fuerte».

«En relación a lo individual y a lo grupal, tener esa conciencia de que uno está sentando las bases de una nueva forma de participación y de que lo que hagamos hoy puede cambiar el destino de toda una comunidad es una experiencia muy transformadora y que cala muy en lo profundo en la comunidad», enfatizó Galvani al tiempo que concluyó: «Es muy enriquecedora la experiencia en todas las dimensiones y mas allá del resultado que se logre hay un antes y un después de esta experiencia».

acampe santa maria sin basura

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí