A pocos días de cumplirse el primer aniversario del femicidio de Silvia Maddalena, el responsable de su muerte, Héctor Abel Gómez, fue condenado por la Cámara 5° del Crimen a prisión perpetua más adicionales (30 años), al hallarlo penalmente responsable de «homicidio agravado por criminis causa y femicidio, en concurso material con los delitos de abuso sexual y robo».
El abogado Daniel Villar, letrado de la querella en este juicio, precisó a diariotortuga.com que «por tratarse de un delito de carácter sexual», el condenado «no tiene privilegio alguno hasta que cumpla la totalidad de la pena». La sentencia por jurado popular (seis mujeres y seis hombres) fue leída el viernes 26 de abril en la ciudad de Córdoba.
El hermano del femicida, Eduardo Gómez, fue sentenciado a tres años de prisión por encubrimiento. Al llevar un año preso, fue beneficiado con la libertad condicional.
Cabe recordar que el femicidio de la odontóloga Silvia Maddalena ocurrió en su consultorio de Avenida del Libertador el 18 de mayo de 2018.
Camino a la Justicia
La familia de Maddalena quedó conforme con la definición. Su madre estuvo presente en el recinto, escuchando la sentencia, y el padre, en tanto, esperó afuera. También participó de la última audiencia la madre del hijo de Gómez, quien supo aportar a la causa su testimonio y un pen drive que ayudó a orientar la investigación.
Villar destacó el trabajo de la Instrucción a cargo del fiscal Alejandro Peralta Ottonello, quien a menos de un año del crimen, pudo entregar el resultado de exhaustivos peritajes y muestras de ADN que ayudaron a determinar la responsabilidad de Gómez.
El abogado lamentó que no se pudo hallar la computadora que el femicida le sustrajo a la víctima y que el victimario, si bien reconoció haber sido el autor material del hecho, no precisó la manera en que ingresó en aquella fatídica jornada del 18 de mayo de 2018 al consultorio de la odontóloga.
En diálogo con Radio Universidad, el fiscal de la causa, Fernando Amoedo destacó que ante la falta de testigos presenciales del hecho, la vinculación de Gómez con la muerte de Maddalena se logró determinar en base a «prueba técnica científica derivada de los estudios de ADN» entre los perfiles de ambos y los rastros que quedaron de semen y piel en la víctima, «tanto de la acción abusiva como de la acción violenta sobre su cuerpo».
Estos elementos se vieron complementados con «testimonios indirectos de circunstancias y de acciones o conductas que el acusado desplegó con posterioridad como pretender huir y hablar con compañeros buscando un apoyo o resguardo hasta tanto pudiera escaparse de la Provincia», explicó.
Villar destacó que en este caso, «la indignación de la gente hizo que la máquina funcione», haciendo referencia a la importancia que tuvo el inmediato repudio del hecho por parte de la comunidad de Alta Gracia para que el Poder Judicial actuara con celeridad. Asimismo, es de destacar tanto el valiente y comprometido testimonio de la madre de los hijos de Gómez, acusando a su propia pareja, como de los compañeros de trabajo que pudieron advertir la gravedad del hecho.