El Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) reveló que la devaluación llevada adelante por el gobierno de Javier Milei en diciembre, «la segunda más brusca de la historia del país», tuvo un efecto inmediato sobre la inflación, generando «una inédita pérdida de poder adquisitivo del salario, que llegó a ser de 16% en sólo un mes para los trabajadores estatales»; superior al recorte del 13% impuesto por Patricia Bullrich en 2001 (cuando era ministra de Trabajo).
Detalló esta consultora que la pérdida de poder adquisitivo del salario en el empleo privado registrado fue del 11% y en el salario privado no registrado llegó al 14%; y que 1,13 billones de pesos fue la pérdida de masa salarial del total de la economía para el mes de diciembre por el incremento de los precios por encima de los salarios nominales.
En cuanto a la transferencia de recursos, destaca el Mirador que esta pérdida del sector trabajador implica una ganancia adicional para exportadores, alimenticias y energéticas.
MATE está conformado por investigadores, investigadoras y docentes de Rosario, con amplia trayectoria en estudios económicos sobre trabajo, empresas, dinámica económica, industria, energía, sector financiero, sector público y economía popular. La entidad asesora a sindicatos nacionales y regionales del sector privado y del sector público, a entidades gubernamentales de diferentes jurisdicciones y a legisladores y legisladoras a nivel local, provincial y nacional.
En este hilo mostramos el alcance de la licuación salarial del mes de diciembre. pic.twitter.com/cp0CH8BnjU
— Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía (@MatEconomia) February 17, 2024
A través de un estudio, titulado «La licuación salarial de Milei en números«, MATE detalló que «después de la devaluación la caída salarial fue enorme» y que «en el sector público implicó una pérdida mayor a la quita del 13% que hizo Patricia Bullrich en 2001».
Precisó la entidad que la pérdida de bolsillo para el conjunto de los trabajadores, que incluye al sector privado registrado y no registrado, y al sector público, redondeó $1.128.278.000.000.
Agrega el reporte de MATE que la pérdida directa de recaudación fiscal por aportes y contribuciones es de $390.202.000.000, la pérdida por obras sociales sindicales y estatales representa $109.744 millones, y que la pérdida por recursos sindicales es de $24.388 millones.
$1.652.611.000.000 es la suma de los valores perdidos con la licuación salarial, subraya MATE, que agrega que «como en diciembre impacta el aguinaldo, se licuó un salario y medio por cada trabajador registrado, elevando el monto de la transferencia de riqueza generada». Y precisa: «La mayor parte de esos 1,65 billones fue ganancia adicional para exportadores, alimenticias, energéticas y otras».
En declaraciones a Informativo FARCO, el economista Lavih Abraham explicó que esta pérdida se dio porque los salarios no se actualizaron al ritmo de la inflación: “En diciembre tuvimos 25,5 puntos de inflación, que fue la inflación más alta de los últimos 30 años y los salarios aumentaron solamente en promedio 7% sacada la cuenta nos da que el poder adquisitivo salarial se redujo 14,3% durante el mes de diciembre”.
El economista resaltó que aumentaron los precios pero no aumentaron los salarios: “Alguien se quedó con ese billón de pesos, lo que hubo fue una brutal transferencia de ingresos, esos ingresos que deberían haber sido a los trabajadores para sostener su nivel de vida quedaron en manos de empresas”. También hubo un achicamiento de la economía en general, por lo tanto hubo empresas que también perdieron.
También explicó que en enero se dio una situación similar y lo mismo ocurrirá en febrero porque no se reabrieron paritarias porque varios sectores no tuvieron y cuando se den van a estar por debajo de la inflación: “En definitiva esta pérdida, esta transferencia de ingresos de diciembre se repite en enero, probablemente se repita en febrero”.
Finalmente destacó que “todos los trabajadores y trabajadoras del país somos más pobres, tenemos en febrero muchos menos ingresos reales que los que teníamos en diciembre, tenemos menos poder adquisitivo”.
Además la caída salarial de diciembre implicó menor recaudación para el Estado por aportes y contribuciones, menos ingresos para las obras sociales y menos recursos para los sindicatos que reciben porcentajes fijos de los sueldos de sus afiliados.