El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA – UCA), que meses atrás reveló que a partir de la devaluación generada por Javier Milei en la toma del Gobierno Nacional, se había disparado la pobreza del 45,2% al 54,9% y la indigencia, del 14,6% al 20,3% en tan solo tres meses; reconoció recientemente una progresiva mejora de estos indicadores en los trimestres subsiguientes, aunque advirtió que se requiere un «desarrollo sostenido con inclusión social».
«En pleno ajuste macroeconómico, las tasas de indigencia y pobreza alcanzaron picos de 20,3% y 54,9% en el primer trimestre de 2024. La reducción de la inflación y la mejora parcial de los ingresos muestran el inicio de una lenta recuperación, aunque todavía persisten niveles más altos que en 2023«, expresa el observatorio de la casa de altos estudios.
Acto seguido, utilizando las bases de datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (EPH – INDEC), las microsimulaciones del ODSA sitúan la pobreza en el tercer trimestre en 46,8%. En ese contexto, se pregunta la entidad si podrá mantenerse está tendencia a la baja; considerando que en la Argentina actual más del 30% de la población se encuentra en situación de pobreza estructural y más de la mitad de los niños están afectados por privaciones económicas y alimentarias severas.
Desde esa perspectiva, plantean que «la estabilización macroeconómica es una condición necesaria pero no suficiente» y que «un desarrollo sostenido con inclusión social requiere de la creación de más y mejores empleos privados, así como de una mayor inversión pública en educación, salud y seguridad social«.