En la previa del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, Radio Tortuga dialogó con Julieta Reyes del Refugio Libertad de San Isidro, sobre las jornadas de memoria y la carga simbólica del espacio donde funcionó un centro clandestino de detención.
En el Refugio Libertad, de San Isidro, lugar donde funcionó el Grupo de Artillería 141 de José de La Quintana, se llevarán adelante dos jornadas de actividades en el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
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En ese marco, Radio Tortuga 92.9 dialogó con Julieta Reyes, coordinadora del área de Cultura del espacio, que se refirió a las actividades planificadas y a la importancia de «resignificar» el concepto de libertad y elegir cómo querer vivir en un espacio con una gran carga simbólica para la región.
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Radio Tortuga (RT): ¿Qué están organizando desde el espacio para esta semana?
Julieta Reyes (JR): Vamos a estar compartiendo en el Refugio Libertad dos actividades. Una será hoy, 23 de marzo. Se trata de una actividad muy interesante, porque es una obra de títeres que se enmarca en el ciclo “Escena y Memoria”, que hace 13 años se hace en los sitios de memoria (de la Provincia).
Desde el año pasado, este ciclo empezó a participar de las actividades en el Refugio con una obra, y este año vuelve con una propuesta pensada para las infancias. La estamos organizando en conjunto con el merendero “Semillitas de Libertad”, que llevan adelante las compañeras desde hace un año más o menos, donde se gestiona la merienda para las infancias cada miércoles.
Tenemos mucha alegría por seguir en contacto con propuestas de otros lados, y poder llevarlas a nuestro Valle, que a veces parece que queda lejos de todo.
RT: ¿A qué hora es la función?
JR: La función es a las 15 horas, y luego de la misma compartiremos una merienda colectiva. Posiblemente también irán merenderos de Despeñaderos y San Agustín.
Por otra parte, el 24 de marzo, que será un día cargado de actividades y atravesados por la marcha, compartiremos un mural colectivo con la artista Rita Merlo, que viene desde Córdoba a terminar un mural que se inició hace dos años.
Los 24, además, estamos haciendo una recorrida histórica por el sitio, que la hace el periodista Adrián Camerano que investigó la causa. Es impresionante la recorrida y muy impactante. A las 13 horas será el almuerzo a la canasta y a las 14 horas el recorrido.
RT: ¿Con qué reflexión sobre esta fecha histórica encararon la planificación de las actividades?
JR: La memoria es una instancia activa, es la posibilidad de interactuar y participar activando espacios, a la gente, y a la comunidad. Cuando hablamos de “Nunca Más”, es un «Nunca Más» sostenido por un montón de personas que apostamos por una sociedad con libre expresión, en libertad, empoderada en sus necesidades y en lo que creen que es justo.
Yendo al territorio, es super importante la posibilidad de resignificar toda esa libertad y esa posibilidad de poder decidir cómo queremos vivir, en la recuperación de un espacio que fue creado para producir armamento, y que está recuperado en clave de vida sana, de alimento autogestivo, donde el trabajo circula entre las y los trabajadores.
(…) Me siento muy empática a este proyecto. Por eso es importante lo que se está haciendo, y quiero invitar a toda la gente a que se acerque.
Recuperar la memoria
Julieta Reyes también se refirió a la fuerza simbólica que tiene la recuperación de un espacio tan vinculado a la última dictadura, desde una lógica de trabajo comunitario.
RT: ¿Con qué respuestas se encuentran de parte de la comunidad en el trabajo diario?
JR: Me encuentro con que hay muchísimo interés, ya sea desde el Refugio Libertad o de parte de la organización de Trabajadores Unidos por la Tierra, que hacen pie en el territorio, y vienen llevando adelante la recuperación del espacio. Ellos ya tienen una gran presencia, ya que son muchas familias con hijes, nietas y sobrinos. La organización en sí, participa un montón, porque es parte del espacio.
De Los Molinos, San Isidro y La Quintana, que están cerca, participan bastante también. (…) Es muy simbólico en el sentido de que es el único espacio físico tan vinculado a la última dictadura, que está siendo recuperado como sitio de memoria, y sitio de resistencia, y recuperado en manos campesinas de trabajadoras y trabajadores rurales que llevan adelante un trabajo de agroecología sin precedentes en la zona.