Criado en barrio Yapeyú, en la capital cordobesa, Pablo, de 42 años, es el actor que encarna a “Diana Fonss” desde hace dos décadas, en un raid artístico como transformista, drag queen, haciendo stand up y actualmente como conductora del programa “Entre Gallos y Medianoche” de Canal 12. Vive desde hace algunos meses en Villa La Bolsa y fue entrevistado en #TTT “Tarde para Tirar la Toalla” por la Radio Tortuga 92.9, donde repasó su historia de vida, su vertiginosa carrera artística y su mirada sobre la actualidad del colectivo LGBTTTIQ+.
La carrera profesional de este artista está atravesada por su personaje, que nació en una fiesta doméstica y se fue consolidando con shows en bares, fiestas privadas, escenarios de teatro, micrófonos de radio y, más recientemente, en Canal 12, una de las señales televisivas cordobesas con mayor repercusión. El miedo a que el rebrote del Coronavirus lo confinara a un nuevo período de aislamiento social en la capital cordobesa, y el oportuno ofrecimiento de un departamento en Villa La Bolsa, por parte de un amigo, devino en su nueva residencia en el Valle de Paravachasca. En esta entrevista, persona y personaje parecen responder alternativamente y hasta incluso al unísono cada pregunta.
RADIO TORTUGA (RT): ¿Quién es Diana Fonss?
PABLO / DIANA FONSS (P/DF): Depende la hora (risas). Soy un actor, transformista. Mi personaje es Diana Fonss, que lo vengo haciendo hace bastante tiempo. Fui incursionando en la actuación, el teatro, la radio, la televisión. Fueron cosas que se fueron complementando. Escribo, hago la propia edición de mis audios en mis espectáculos. Hago producción. Me encargo de lo que voy a ponerme, del vestuario, del diseño de las pelucas, el maquillaje. Es algo bastante complejo y satisfactorio.
RT: ¿Lo que nació hace 20 años es el personaje o esto de moverte entre todas estas disciplinas?
P/DF: Lo que nació hace 20 años es que mi ex me dejó de una manera horrible y espantosa, y me sentía con el autoestima muy bajo. Y entonces me invitaron a una fiesta de amigos gays, en la que me dicen que iban a estar todos trasvestidos. Entonces ahí fue que me dije: Diana Fonss.
RT: ¿Y el nombre salió de algo o fue el primer nombre que se te ocurrió?
P/DF: Diana, porque mi perra se llamaba así; y Fonss era mi urólogo.
RT: ¿En ese momento tenías experiencia en actuación?
P/DF: No, pero siempre me gustó mucho el humor de algunos comediantes que veía de chico. Me gustaba el humor rápido e improvisado; cuando veía que los actores estaban grabando un sketch y se mataban de risa por las cosas que se le ocurrían entre ellos. Todo eso me fue fogoneando sobre cómo trabajar. A mí me encanta la improvisación. Es una de las ramas del teatro en la que mejor me manejo.
RT: Pero, antes de que te corte tu pareja, ¿solías interpretar personajes o hacer cosas graciosas o surgió esa noche?
P/DF: No, apareció esa noche. Nunca me había vestido de mujer. Ni siquiera de chico. Viste que hay gente de la comunidad LGBTTTIQ+ que empieza desde chico a trasvestirse, a usar la ropa de la madre o del padre, o usar tacos o vestidos de las hermanas. Bueno, yo no.
RT: ¿Y cómo fue el día después o los días después de esa primera experiencia? ¿Fue reveladora?
P/DF: ¡Me encantó! En el tiempo que salí, hace 20 años atrás, las cosas eran muy distintas a hoy. Vamos mejorando en algunos aspectos. Fue una adrenalina, no podía comprender lo que generaba. Y ahí me di cuenta que el resto de la gente tenía más miedo que yo. Ahí me empecé a animar; al principio me trasvestía para salir a bailar y divertirme con mis amigos. Después empecé a trabajar en un pub de Córdoba, donde estaba fijo haciendo shows los martes. Incorporé martes y jueves, y después, martes, jueves y domingos. Y vino “Maldito Lunes”, donde hice un montón de obras de teatro.
RT: ¿Qué había en tu búsqueda, antes de este descubrimiento?
P/DF: Quería encontrarme conmigo mismo, porque era muy chico y no sabía qué era. Tenía miedo de ser lo que era. Me daba vergüenza ser lo que era, lo que sentía, que me gustaban los chicos. No lo podía exteriorizar. Mi papá era árbitro de fútbol. Había fútbol en mi casa y yo era una mariquita, sentada en el arco cuando me obligaban a ir a jugar. Fue todo un proceso…
RT: ¿Y cómo lo tomó tu familia?
P/DF: Me pasó algo particular. Mi mamá falleció cuando yo tenía 11 años. La que menos quería que yo fuese así era mi mamá. Dentro de todo su amor que tenía conmigo, me decía “caminá bien”, “no te movás así”, “dejá de meterte en las conversaciones de las mujeres”; y siempre me amenazaba con que me iba a poner una pollera y me iba a sacar a la calle para que pasar vergüenza. Entonces, la vergüenza ya estaba incorporada en mi cabeza y yo no podía decir esto que sentía. A mi papá le generó mucho dolor, pero nunca me lo expresó. Solamente me dijo, “bueno, vos elegiste ser así”. Y yo le dije, “no se elige ser así, como si mañana quiero comer un asado y pasado quiero ser vegano. No se elige, se siente”. Él lo entendió.
RT: ¿Él sabía que eras gay?
P/DF: No. No sabía. Y eso que yo tenía carrera formada (risas). Era mariquita desde chiquito.
RT: O sea que tuvo que digerir la homosexualidad y el transformismo juntos…
P/DF: Sí, imagínate ahora cuando me ve en la tele… En mis shows de stand up y monólogos, siempre hablé de la realidad que nos toca vivir a nosotros. Pero no desde el lugar de la victimización, que también forma parte de la realidad; sino sobre lo que hicimos con esto que nos pasó, cómo lo transformamos. Siempre transmito que hay que divertirse a pesar de las cosas que nos han pasado, focalizarnos en que tenemos que ser felices y que hay que hacer apología de la homosexualidad, para que la gente en la calle se acostumbre a que estamos de la mano, que podemos darnos un beso.
RT: ¿Cómo te atravesó este oficio en tu identidad?
P/DF: En todo. Le debo muchas cosas a la Diana. Siempre hablo como si fuésemos dos, porque siento que somos dos. Es tan fuerte el personaje, es tanta la dedicación que me lleva en el día. A mí me encanta llegar a mi casa y sacarme la peluca. Me llenó y me llena de una manera increíble. Que a la gente le guste, habla de un crecimiento personal mío.
RT: En lo personal, ¿te ayudó a sentirte más seguro, más segura de tu identidad?
P/DF: Lo que pasa es que cuando me asumí, dije “al que le gusta bien y al que no, fue”. No sufrí la discriminación, porque sentía que era problema del otro. Me gritaban en la calle algo horrible y respondía “cuál es, te molesta”, “oh, qué novedad… descubriste América”. Sí es cierto que haber construido mi personaje me ayudó para tener esa impunidad. Poder decir las cosas. Porque es fuerte la presencia de alguien que está vestido de mujer por la calle. Sea trans o drag queen o transformista o una persona queer. Las personas gays tenemos que agradecerles muchísimo a las personas trans, porque fueron las primeras o los primeros o les primeres que generaron visibilización de nuestra historia. Es más fácil cuando no se te nota, que cuando se te nota. Las personas trans siguen siendo las más golpeadas dentro de nuestra sociedad.
RT: ¿Cómo fue tu llegada a la televisión cordobesa?
P/DF: Yo estoy en Canal 12, que tiene un lineamiento, que es uno de los canales más vistos de Córdoba; si bien es cierto que el programa en el que estoy como conductora es de la productora Audiovisión para el canal… Me descubrieron, me vieron en las redes y me invitaron a un programa y estaba el presidente de la Legislatura de Córdoba y yo le pregunté si había fumado porro alguna vez. Quedó sorprendidísimo. Y le dije, “cuando tengas ganas de hacerlo, lo vamos a hacer juntos”. Y él me respondió que aceptaba la invitación. Y como creo que generé eso, me invitaron a ser panelista en “Entre Gallos y Medianoche”.
Diana Fonss lleva tres años en el programa. Poco a poco fue generando muy buena relación con el conductor Sergio Zuliani y con el productor Jorge Zapata, ambos con una vasta trayectoria en los medios cordobeses. “Un día, ya comenzada la pandemia, me dijeron que querían que sea la conductora. Yo le dije a Jorge que no sabía si estaba preparado para eso. Le agradecí por la oportunidad y me dijo que ‘no, porque la oportunidad es azarosa. Éste es tu camino’.
RT: En esta carrera que ya tiene 20 años, ¿qué ves para adelante como objetivos?
P/DF: Quiero tener un programa de cocina que se llame “Trans Culinario” (risas). O un programa infantil: quiero que me bajen de una nave espacial como Xuxa (risas). No sé. Si vos me preguntás si alguna vez yo planeé estar en tal o cual lado, te puedo decir que no. A mí me fue llevando lo que fui haciendo, lo que fui trabajando.
RT: ¿Cómo convivís con Diana Fonss en tu intimidad? ¿Se cruzan mucho el personaje y la persona?
P/DF: Tengo mis amigos de toda la vida. Éste es un medio difícil para conseguir amigos. Los artistas manejamos mucho ego, que forma parte de tu trayectoria, de tu carrera, de tu personalidad. Y a mí no me importa. Es muy agotador estar todo el tiempo para la gente.
RT: ¿Hace cuánto que vivís en La Bolsa?
P/DF: Me mudé para la pandemia, por el miedo de que nos vuelvan a encerrar. Prefiero quedarme en La Bolsa. Un invierno en Córdoba de nuevo encerrado no me lo voy a aguantar. Mi mejor amigo vive acá. De todo lo que hago, además soy maestro mayor de obras. Entonces lo ayudé a mi amigo a construir su casa y él la amplió e hizo departamentos y me dijo si quería venir a vivir hasta que veamos cómo se acomoda todo. Porque además los artistas fuimos muy vulnerados por esta situación. Es un lugar que elijo día a día, cuando salgo a correr, a andar en bici, a pasear el perro.
Finalmente, Diana Fonss suele participar cada año en actividades vinculadas a la visibilización del colectivo LGBTTTIQ+ en Córdoba. Consultado sobre la actualidad de este ámbito diverso, se mostró crítico de quienes los conducen, aduciendo que están atravesados por la política. “Lo de los cargos se lo reparten entre ellos por una cuestión militante. Tiene que ser por concurso o llamando a la comunidad a debatir sobre algo y elegir. Me parece pésimo sacarse fotos con la gente de la comunidad a la que se le están entregando bolsones. Lo que tenemos que priorizar es que nuestra comunidad crezca en todo sentido”.
FOTO: ROCHA FOTO (DE LA PÁGINA DE FACEBOOK DE DIANA FONSS)