En el marco de los reclamos por salarios dignos de las trabajadoras del centro de atención primaria de salud de Villa San Nicolás, Luisa Carreras, una de las enfermeras recientemente desvinculadas, expuso la situación de precarización laboral y las tensiones que derivaron en su despido.
“Desde noviembre del año pasado estamos peleando por un sueldo digno. En un inicio, hablamos con la referente de los centros de atención primaria, Jésica Figueroa, por la falta de insumos. Luego, en una reunión, planteamos también nuestra disconformidad con los bajos sueldos. Tenemos un básico de $280.000, y muchas compañeras están contratadas en negro, con escasa estabilidad laboral. En total, somos 35 enfermeras”, explicó Carreras.
La enfermera relató que, a pesar de haber elevado notas dirigidas al director del centro, Dr. Acuña, y otras autoridades, no se lograron avances significativos. “El intendente de Malagueño (Marcos Fey) argumentó que no había dinero porque la población no pagaba los impuestos y que las cuentas municipales estaban en rojo. Aun así, nos pidió que volviéramos el 2 de enero para discutir. Sin embargo, la propuesta que nos hicieron fue un aumento de $10.000 para las contratadas y $14.000 para las de planta permanente, algo que consideramos totalmente insuficiente”.
Ante el rechazo de las trabajadoras, se planteó realizar una presentación formal al Ministerio de Trabajo para tomar medidas de fuerza, pero esto desató represalias. “Comenzaron las persecuciones: nos quitaron horas extras, cambiaron nuestros turnos, y algunas compañeras dejaron de firmar por temor a quedar desvinculadas”, denunció.
Finalmente, el viernes pasado, Carreras recibió en su domicilio una notificación de despido. “Me entregaron una nota a través de un auto de Seguridad Ciudadana de Malagueño. No la firmé porque tengo un contrato vigente hasta octubre de 2025. Más tarde me enteré de que a otra compañera también la habían despedido, pero por teléfono”.
Carreras y su colega se presentaron a trabajar el lunes como les indicó su abogado, pero fueron enfrentadas por las autoridades del centro. “Nos dijeron que deberíamos estar en la cocina y no en el área de enfermería. A pesar de eso, nos mantuvimos en nuestro lugar de trabajo hasta que nos solicitaron retirarnos. Seguimos todas las indicaciones legales y ya iniciamos los trámites correspondientes”.
La enfermera sostiene que las desvinculaciones buscan desprestigiar su trayectoria. “Quieren dañar nuestra reputación. Tenemos un legajo intachable, pero ahora nos despiden bajo el pretexto de una supuesta reestructuración de personal”.
En respuesta a los despidos, las enfermeras llevan adelante acciones de visibilización y protesta. En una mesa de diálogo con el intendente, se les pidió retirar los carteles de protesta, pero las trabajadoras se negaron. Ahora esperan una nueva reunión este viernes 24 de enero. De no surgir soluciones, las enfermeras continuarán en asamblea, y, si no obtienen respuestas concretas, avanzarán hacia un paro general.