Francisco Lezama, Oso de Oro con un corto en el Festival de Cine de Berlín, defendió el valor del INCAA

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El director, investigador y profesor de Historia del Cine, Francisco Lezama, que es «un 20% altagraciense», recibió el galardón de oro en la Berlinale Shorts de la 74ª edición del Festival Internacional de Cine de Berlín con su cortometraje «Un movimiento extraño». El corto narra en un tono de “comedia de enredos tristes” la obsesión de los argentinos por ahorrar en dólares. En diálogo con Radio Tortuga 92.9, habló del financiamiento del cine en nuestro país.

Lezama es investigador y profesor de Historia del Cine en la universidad, y uno de los directores en ascenso de esta generación. Con algunas producciones vendidas a la cadena HBO, y con distintos festivales internacionales en su haber, el director se prepara para dar el paso del corto al largometraje. 

Hace unos días recibió el máximo galardón de los Berlinale Shorts en el Festival de Cine de Berlín. Para este premio se eligen 20 cortos de todo el mundo que compiten por tres premios: el Oso de Oro, el Oso de Plata, y la mención. 

“Este festival tiene la característica de ser un poco más orientado al cine de autor. Además es un festival muy prestigioso que se crea después de la segunda guerra mundial y está atravesado por un montón de cuestiones políticas”, contó Lezama en Radio Tortuga 92.9

Mencionó también que las películas de este festival tienen “una forma particular” que suele resaltar por encima de la media, pero sin sacrificar “el vínculo con la realidad cotidiana de cada país”. En ese sentido “Un movimiento extraño” toca una fibra sensible de la realidad cotidiana de nuestro país. 

El corto

El corto de Lezama apunta al corazón de la obsesión argentina por ahorrar en dólares. Con una duración de 23 minutos, Un movimiento extraño nos mete en la piel de una guardia de seguridad de un museo, que al improvisar con un péndulo tiene un visión de que el dólar va a tener una suba abrupta. A raíz de esta visión, se hará echar de su trabajo para cobrar una jugosa indemnización y con ello comprar dólares; en el momento que logra comprar dólares empezará a vivir una realidad paralela mientras en el país se profundiza la crisis. 

El tono de corto es el de una comedia romántica con enredos tristes: “Ella se enamora de un arbolito (las personas que venden dólares) pero el arbolito no puede comprar dólares, entonces hay como una especie de amor imposible, triste y desolador, que tiene que ver con la diferencia de realidades”. 

Y agregó: “Hay algo en comprar dólares que se asemeja un poco a los barrios privados, comprar dólares es vivir encerrado; me resguardo en mi torre aislada y espero que el dolar suba cagandome bastante en la gran mayoría que no puede. En ese subibaja, sube el dólar bajan los que no, estaba como el núcleo del cinismo del capitalismo, y yo quería hacer un corto sobre esto pero le di una forma de comedia” 

Gracias a una propiedad que fue pasando de generación en generación, Lezama pasa parte de sus días en la ciudad de Alta Gracia, a pesar de ser oriundo y residir en Buenos Aires. Estos días que pasa en la ciudad lo hacen sentir “un 20% altagraciense”, mientras pasea por la ciudad y visita el Cine Club, pero además son parte de la fuente creativa del director. Lezama durante la pandemia pasó gran parte de sus días en Alta Gracia donde desarrolló bastantes ideas sobre Un movimiento extraño, sin embargo el contexto no era el ideal para trabajarlo.  

“Cuando empecé a ver que las propuestas de Milei tenían que ver con la dolarización, y había mucho de este sálvese quien pueda de la dolarización, decidí que el corto lo tenía que mostrar, entonces terminó siendo una comedia que devino triste”, contó. 

La exhibición de Un mundo extraño en Berlín 

El cortometraje argentino fue exhibido reiteradas veces en las salas del festival, y Lezama tuvo la posibilidad de participar de una ronda de preguntas acerca del corto por parte de un público mixto y multicultural. 

Según señala el director: “Fue interesante hablar en la preguntas sobre el sistema que nosotros ya tenemos tan metido adentro, como las corridas cambiarias, el ahorro en dólares, la inflación, porque no hay muchos países con los problemas económicos que tenemos nosotros, a ellos les parece bastante extraterrestre lo que nos pasa a nosotros”.

Respecto al enfoque del corto, expresó que “muchas películas tratan temas como la filosofía del lenguaje”, en ese sentido decidió escapar por arriba del laberinto y adentrarse de lleno en un mundo que venía investigando hace ya diez años: la economía Argentina.

“Hace diez años vengo investigando cómo la economía repercute en el comportamiento de los personajes de ficción, me llamaba la atención que nadie hablara demasiado de la economía y me di cuenta que es porque no tienen inflación. los norteamericanos y los europeos no tematizan la economía porque tienen economías estables, yo hice tres cortos sobre este asunto, me parece que había que desarrollar como la economía nos tiñe nuestro comportamiento” enfatizó. 

El INCAA de oro 

Sobre el escenario del Festival de Cine de Berlín, Lezama contempla entre sus manos el Oso de Oro, lo sostiene, se emociona y, como todo momento emotivo, es inevitable lanzar una mirada hacía el camino que atravesó para llegar a esta ese lugar. 

Son días donde el presidente Javier Milei ataca sin miramientos a la cultura, y en especial al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Lezama no lo duda, y sin pelos en la lengua agradece a todos aquellos espacios institucionales que fueron parte de su formación: El INCAA, el Museo del Cine de Buenos Aires, y la Biblioteca del ENERC. 

“La gente no termina de entender bien cómo funciona el INCAA, hay mucho prejuicio y se habla muy poco de las instituciones educativas que el INCAA financia, como el Festival de Cine de Mar del Plata, que es un paseo de exhibición del cine del mundo, es el espacio que nos conecta con la cinematografía del mundo y con los directores que vienen del mundo, eso lo financia INCAA”, comentó Lezama en Radio Tortuga 92.9. 

En ese sentido, señaló que la actitud de Milei le pareció irrespetuosa hacia los lugares y personas que formaron parte de su formación, y resaltó que “el cine es una institución histórica”. 

“Desprestigiar estas instituciones es no entender el valor cultural que la argentina tuvo y que podría volver a tener, cuando Milei dice que quiere hacer a la Argentina grande de vuelta, pero desfinancia las instituciones culturales; para mí se está equivocando”, expresó. 

Radio Tortuga 92.9: ¿Cómo funciona el INCAA? 

Francisco Lezama: El INCAA funciona así: tenés que tener puntos para aplicar al INCAA, los puntos te los dan por haber hecho cortometrajes que hayan sido vistos en festivales, o vendidos a la televisión; en mi caso vendí mis cortos a HBO y en Estados Unidos, estuve en festivales internacionales y gané también el BAFICI. Con eso apliqué al INCAA con un guión. Vos llevás un guión y el INCAA decide que va a haber cinco jurados por sorteo, esas cinco personas te tiene que dar puntos positivos. Si conseguís la mayor cantidad de puntos positivos, el INCAA te da un dinero que no te sirve para hacer la película en su totalidad, te sirve para abordar la preproducción, la importancia de el INCAA es que le da a tu película el aval del Estado, aunque no es dinero del estado, es dinero del cine. El INCAA se financia con el 10% de la entrada, vos pagás para ver una de Marvel y el 10% va a ir a un fondo de fomento que va a servir para la escuela, para pagarle a un director para que vaya a presentar su película. Si después queda en un festival importante, va a servir para que haya un apoyo económico inicial que a vos te permita ir afuera a conseguir fondos internacionales. Los otros fondos son iguales, la ley del INCAA es igual a la ley francesa, porque sino es muy fantasma decir “yo tengo una película, denme un fondo internacional”. Los fondos internacionales van a aportarte a vos si tenés el aval del Estado.

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