Hace 45 años secuestraban en Alta Gracia a Hugo Pavón, desaparecido por el terrorismo de Estado

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«Siempre digo que a Hugo Pavón primero lo desaparece la dictadura cívico militar eclesiástica del 76 y también lo desaparece la desmemoria, porque por 30 años su historia estuvo silenciada», manifiesta la docente y periodista Susana Salas, quien en 2007 encaró, junto a su marido, el historiador Luis Rosanova, un comprometido trabajo de rescate de fuentes, documentos, testimonios, fotografías, a partir del cual se pudo empezar a armar un rompecabezas que el terrorismo de Estado pretendió destruir para siempre.

Fuerzas policiales y del Ejército irrumpieron con un operativo monumental aquel 30 de abril de 1976 en la vivienda de Avenida del Libertador al 1700 que el joven Hugo Pavón compartía con su madre. Pasó brevemente por la comisaría de Alta Gracia, desde donde lo llevaron al ex Departamento de Informaciones (D2) de la ciudad de Córdoba, donde a los pocos días fue asesinado. Continúa desaparecido. En 2007, una investigación periodística lo rescató del olvido y el silencio. Con los años, se pudo saber que militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT – ERP). Cada 24 de marzo, su nombre, su rostro y su historia se hacen presentes en las marchas por Memoria, Verdad y Justicia.

Hugo Pavón por Susana Salas

«Hugo Alberto Pavón nació en Buenos Aires en 1955. Ahí fue adoptado por Anolino Pavón y Amelia Quiroga, quienes vinieron con él a Alta Gracia y lo bautizaron en la Iglesia de la Merced. La familia regresa a Buenos Aires, donde Hugo cursó el primario y primer año del secundario. De vuelta en Alta Gracia, cursa hasta tercero en el Obraje. Después, como mucho de los jóvenes de la época, sigue sus estudios en el Instituto Renault y en el Instituto Profesional, dependiente de la UNC (Universidad Nacional de Córdoba)», sintetiza Susana Salas, repasando un relato que viene construyendo desde hace más de una década.

Susana no lo conoció personalmente a Hugo Pavón, pero recuerda haberlo visto en la vereda del Cine Monumental en los años ’70, vendiendo sus artesanías, sentado sobre una manta. «Delgado, con su pelo largo, su camisa floreada, sus anteojos tipo John Lennon», lo recuerda con cariño, sintiéndolo un contemporáneo. Testimonios de amigues y conocides de Pavón, lo definieron como un chico alegre y soñador, solidario y comprometido.

«Hugo Pavón fue secuestrado el 30 de abril de 1976. Era un viernes por la tarde. Lo secuestraron de su casa de Avenida del Libertador al 1700. A la mayor cantidad de datos sobre ese momento, nos los aportó Raúl Cerezo, vecino de él que vio el operativo y declaró en el juicio correspondiente», recuerda. La descripción de Cerezo detalla un operativo que contó con muchos vehículos de la Policía y el Ejército, que rodeó la manzana y cercó la casa. «Él vio cómo lo tiraban contra una de las paredes. Se escuchaban los gritos de su madre, que gritaba ‘se llevan a mi hijo'», rememora Susana. De ahí lo llevaron a la comisaría local y a la D2. A los pocos días lo asesinaron. Testimonios rescatados por Salas y Rosanova dan cuenta de que la madre de Pavón le llevó comida y abrigo a la D2, y que a los pocos días le devolvieron el DNI de Hugo y su reloj. Y le respondieron que su hijo ya no estaba ahí. De allí en más, no hay más rastros de Hugo Pavón. Continúa desaparecido.

La tarea de romper el silencio

«El encuentro con la historia de Hugo Pavón fue un hecho casual. Mi esposo Luis Rosanova, con quien después realizamos toda la investigación del caso, en 2007 conoció a una prima de Hugo por la realización de un trámite. Ella le contó que tenía un primo desaparecido. Hubo que armar un rompecabezas. En ese momento yo era periodista de un medio local y decidimos que la historia tenía que salir a la luz, porque en Alta Gracia sólo conocíamos como desaparecidos de la ciudad a Carlos y Alicia D’Ambra. Entonces fuimos hasta la casa de esta señora de Avenida del Libertador, que era la misma en la que vivía Hugo cuando lo secuestraron. Esta señora contó parte de su vida, pero después hubo que trabajar muchísimo para lograr más datos, que van a posibilitar el armado del expediente para el juicio. Habían pasado más de 30 años y Alta Gracia había sepultado la historia de este chico. La prima nos aportó, además de información, el DNI de Hugo, del que pudimos sacar una copia de la fotografía que hoy ya todos conocemos. Esta mujer, cuando vio que se habían publicado todos los datos que nos había dado sobre Hugo, no quiso recibirnos nuevamente».

Salas recuerda que no fue fácil conseguir testimonios de compañeros y conocidos, porque en ese momento muchos se negaban a hablar de él. «Pudimos rastrear algunos, tuvimos que viajar a Buenos Aires para saber si había quedado registrada alguna denuncia ante la CONADEP (Comisión Nacional por la Desaparición de Personas). Ahí efectivamente supimos que su madre adoptiva, Amelia Quiroga, había efectuado la denuncia por la desaparición de su hijo. En buenos Aires también se consiguió una fotografía de Hugo con 12 o 13 años», continúa Salas el relato.

La negativa del cura Siderides, director del Obraje, de facilitarles información sobre el paso de Hugo Pavón por ese colegio, derivó en el buen gesto del profesor Felipe Roca, quien les permitió acceder al legajo del joven, del que pudieron rescatar su certificado analítico. E incluso pudieron conseguir una fotografía con sus compañeros de clase, tomada cuando fueron de viaje de fin de curso a Mendoza.

Recuerda Salas que todo el material recogido fue presentado por Luis Rosanova al Archivo Provincial de la Memoria para que pudiera ser brindado a la Justicia Federal. «El Archivo entonces encontró entre los negativos de los detenidos, la última fotografía de Hugo con vida, donde se ven las marcas de las torturas que había recibido», recuerda Salas.

«Siempre digo que a Hugo Pavón primero lo desaparece la dictadura cívico militar eclesiástica del 76 y también lo desaparece la desmemoria, porque por 30 años la historia estuvo silenciada», concluye la docente y periodista, con cierta nostalgia, pero rescatando para el cierre el hecho de que en los últimos años la comunidad y en particular el Colectivo Paravachasca por la Memoria vienen sosteniendo el recuerdo de su vida y su desaparición, como el del resto de los secuestrados en la región.

Escuchá los testimonios de Susana Salas:

Vida y desaparición de Hugo Pavón
El rescate de su historia

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