A dos años de la votación de las PASO, que significó la ruptura entre los Torres Lima y el sector de Walter Saieg, las tensiones no disminuyen. El 15 de mayo de 2019 en un acuerdo con el radicalismo, Facundo Torres ejecutó una jugada que rompería la exitosa alianza hecha con el Saieguismo en 2011.
El 15 de mayo se cumplieron dos años del hecho que significó la ruptura más importante que sufrió el Partido Justicialista altagraciense desde el regreso de la democracia. Ese día, presentado por el entonces concejal radical Roberto Brunengo, se aprobó en Alta Gracia la implementación de Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).
La propuesta contó con una mayoría de 8 a 1 a favor, con todos los radicales y todos los peronistas votando la nueva normativa, a excepción de Daniela Ferrari, concejala oficialista que responde a Walter Saieg y que junto al viceintendente en ese momento, Juan Manuel Saieg, acusaron que la acción nunca se consensuó puertas adentro del bloque.
A partir de allí, surgieron intentos de judicialización, discusiones sobre la legitimidad del proyecto que cambió las reglas de juego pocos meses antes de los comicios de 2019, y una crisis institucional que derivó en la ruptura entre el sector de Walter Saieg y el de Hugo Testa / Facundo Torres. Aquella exitosa sociedad que le permitió al peronismo recuperar la ciudad en 2011 luego de ocho años de gobiernos radicales, culminó de una manera escandalosa.
LA COCINA
Tan sólo tres días después del contundente triunfo de Juan Schiaretti el 12 de mayo de 2019 en elecciones provinciales, el actual ministro de Gobierno provincial Facundo Torres Lima, pacto mediante con la oposición en el Concejo Deliberante, impuso la realización de PASO en Alta Gracia para garantizar una continuidad en el Ejecutivo, encabezada esta vez por su hermano.
Según las encuestas que manejaba el oficialismo en ese momento, Marcos Torres Lima, que era secretario de Gobierno, medía más que cualquier candidato peronista. Sin embargo, en una interna partidaria, esa diferencia corría serios riesgos por la fortaleza que tenía hacia adentro del PJ el sector de Saieg.
Justamente el “Turco”, había ganado la elección en el Departamento Santa María, logrando la reelección como Legislador, y compartiendo lista con Facundo Torres, que integró la sección de distrito único y también ingresó a la Unicameral, aunque no asumió porque fue convocado por el Gobernador para integrar su gabinete.
Pese a ese triunfo “conjunto”, Torres Lima ejecutó rápidamente el golpe de gracia al saieguismo y rompió la alianza. Para ello consensuó la acción con el radicalismo, acordó con sectores internos del peronismo que antes estaban afuera de los cargos importantes, sumó al Partido Socialista a la alianza y logró que su hermano capitalice la imagen positiva que traía la gestión en aquel tiempo.
LA CRISIS
El saieguismo denunció un “golpe institucional contra el viceintendente”, que, junto a Daniela Ferrari, dejó de asistir por algunas semanas a las sesiones ordinarias. Se sucedieron bochornosas situaciones, entre ellas los tironeos sobre el puesto de secretario legislativo que finalizaron con el desplazamiento de Javier Almada.
Walter Saieg salió a las calles y organizó reuniones muy concurridas en distintos barrios, sin embargo, su sector decidió no presentar listas. Pese a esta decisión de no participar con una boleta, desde el Torrismo aseguraron que sus ex socios fueron parte activa de las elecciones.
En las PASO, sostuvieron los dirigentes cercanos al por entonces Intendente, el apoyo de Saieg habría sido para Pablo Ortiz (rival de Torres Lima en la interna y que obtuvo una banca vía sistema D’Hont). En las generales en cambio, la acusación fue polémica, ya que señalaron que Saieg ordenó trabajar para el radical Leandro Morer, que en una alianza que contuvo a todo el Cambiemos local, decidió nombrar a su frente como “Alta Gracia Crece” (AGC).
El resultado en las generales fue un ajustadísimo triunfo de Marcos Torres. Cabe destacar que en las PASO de julio, el frente Hacemos por Córdoba (HPC) que llevó cuatro listas internas, obtuvo un número superior al 55 por ciento y una ventaja de más de 25 puntos sobre AGC. El escenario cambió rotundamente en septiembre, donde HPC obtuvo 10 puntos menos, y si bien ganó la elección a Intendente por sólo dos puntos y medio, perdió en la elección para el Tribunal de Cuentas.
LAS CONSECUENCIAS
La ruptura se profundizó con los comicios nacionales, donde Saieg trabajó junto a Carlos Caserio para la lista del Frente de Todos que llevaba como candidato a presidente a Alberto Fernández. Por su parte, los hermanos Torres se declararon prescindentes de la decisión presidencial tras la orden de Schiaretti, y trabajaron para la lista corta (sólo Diputados) que terminó tercera y llevó finalmente a Carlos Gutiérrez al Congreso.
Mientras los Torres aseguraban que había una traición al peronismo de parte de Saieg por mandar a votar a un radical en las elecciones locales, Daniela Ferrari devolvió gentilezas y acusó de traición a los Torres, perjurando que en la sede del Partido Justicialista local se encontraron votos de Mauricio Macri.
En la actualidad, con un distanciamiento inocultable, con la continuidad de acusaciones cruzadas y disputas de poder territorial que se extendieron al Departamento, ambos espacios aguardan la definición de la fecha de elecciones internas en el Partido Justicialista, que suspendidas por el contexto pandémico para después de los comicios legislativos de medio término, prometen traer un nuevo episodio en el conflicto, donde el saieguismo intentará recuperar el terreno perdido.