La filtración de agua en los baños se suma a una serie de falencias con las que la comunidad educativa se encontró este lunes cuando habilitaron el espacio para comenzar con el dictado de clases. Una nueva promesa estiró hasta el lunes que viene la culminación de las tareas que aún restan finalizar. La empresa constructora trabaja mientras se dictan las clases, por lo que algunas madres se turnan para colaborar con las maestras jardineras en la seguridad de los niños y las niñas.
La comunidad educativa del jardín sin nombre de Villa Los Aromos pudo ingresar al edificio propio este lunes para comenzar a desarrollar allí sus actividades diarias. Sin embargo, las condiciones con las que se encontraron no fueron las óptimas, a punto tal de que insistieron en que el espacio aún no estaba para ser habitado. «Nos entregaron el jardín en malas condiciones, con muchas cosas por resolver», precisó Daniela Fernández, madre de uno de los niños que asisten a la institución. Cabe recordar que la semana pasada, las clases fueron suspendidas ya que el edificio aún no estaba terminado y venció el plazo de la cabaña que el Ministerio de Educación alquiló para que tengan clases allí parte de la matricula que asiste a la institución.
«Si bien es una obra que aún no estaba terminada, tampoco estaba para ser habitada porque hay muchas cuestiones de seguridad para los niños que no están cubiertas, entre ellas que no tiene el cerco perimetral y afuera está lleno de escombros, por lo que los chicos tienen que estar adentro del jardín», señaló Fernández. Pese a ello, entrevistada por Canal 10 de la ciudad de Córdoba, Cecilia Collazo, titular de la Inspección General de Nivel Inicial de Córdoba señaló que «el edificio está en condiciones».
«Hubo que clausurar una de las salas por el olor a podrido que había porque aparentemente falta la respiración de la cámara séptica, los baños pierden agua, no hay matafuegos, la cocina estaba mal instalada porque está mal hecha la conexión y no sale gas», enumeró la integrante de la comunidad educativa al tiempo que agregó: «Hicimos un acta con todas las cosas que faltan y con todas las cosas que son peligrosas para los niños, ellos se comprometieron en terminar todas estas cosas para el lunes».
Sobre llovido, mojado
Con las precipitaciones que se dieron durante este inicio de semana, se comenzaron a notar filtraciones de agua en los baños del edificio. «Ya habíamos avisado que en la lluvia anterior se habían llovido los baños, ellos juraron que no había sido así y hoy entramos y estaban llenos de agua», explicó Fernández.
A la promesa incumplida en los plazos de entrega del edificio, se sumó la apertura del mismo en condiciones que no son las mejores para el desarrollo de las actividades de cerca de 70 niños y niñas que asisten a la institución. A lo ya enumerado por el grupo de padres y madres en lo que respecta a las tareas de obra que faltan culminar, las primeras lluvias sumaron una nueva falencia en el edificio.
Durante esta semana la empresa constructora continuará con las tareas a fin de culminar la obra en el plazo prometido. Estas actividades se dan mientras se dictan las clases por lo que el grupo de padres y madres se mostró preocupado por la seguridad de los niños. Por ello, «un grupo de madres se turnan para colaborar con las seños en el cuidado de los chicos», contó Fernández.