El dato fue precisado a Tortuga por el abogado Diego Agüero, querellante particular en representación de la familia de Teo Rodríguez; quien subrayó que se arriba a esta instancia tras siete años y medio de una causa que ha superado impugnaciones, apelaciones, oposiciones y casaciones. Están imputadas por homicidio culposo María Inés García Conde, que era la titular de la guardería “Recrearte” (ubicada en barrio Los Morteritos) y la docente Mariel Sabich. En el devenir del juicio, la imputación podría agravarse y convertirse en homicidio con dolo eventual.
“Fue un proceso largo y tedioso, en el cual la defensa ha utilizado todas las herramientas previstas en el Código Procesal Penal de la provincia de Córdoba y con muy buen trabajo de las fiscalías de Instrucción y de Cámara, se han ido rebatiendo cada una de las impugnaciones, apelaciones y oposiciones, casaciones y recursos que ha interpuesto la defensa. Inclusive estuvimos litigando en la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), cuando se pidió la suspensión del juicio a prueba, que se rechazó por política criminal”, detalló Agüero, quien defendió la importancia de que se realice un juicio abierto, ya que con la exposición de prueba, testimoniales y pericias, podría comprobarse un hecho más grave que el que se investiga hasta el momento; lo que agravaría la figura por la cual actualmente están imputadas las dos mujeres acusadas.
Agüero alude al “dolo eventual” como posibilidad, mencionando que en uno de los primeros testimonios que se tomaron en esta causa, una docente que trabajaba en la guardería y no estaba el día del fallecimiento de Teo Rodríguez, contó que la dinámica habitual era que los niños y las niñas estuvieran solos en la pileta de lona, con una supervisión a distancia del personal, que “no podía ver lo que pasaba dentro”.
Subraya el abogado que la figura del “dolo eventual” considera que “existe una representación del posible resultado, que en este caso sería que un niño de un año y medio, de 80 centímetros de altura, solo, librado a su suerte en un espejo de agua de 45 centímetros de altura, si se va hacia adelante o hacia atrás, no tiene posibilidades motrices de recuperarse y sus vías aéreas podrían quedar inmersas en el líquido”.
“Por ende, el ahogamiento era un resultado previsible, sobre todo para una persona docente que estaba habitualmente con niños de esa edad”, subrayó Agüero. “Sin embargo, colocó a Teo en el espejo del agua, no se metió con él y Teo terminó desgraciadamente falleciendo. Si no era él, había chances de que fuera otro niño”.
Respecto a la realización del juicio, el 3 y 4 de julio, indicó Agüero que a la defensa le queda la opción de solicitar un juicio abreviado, que limitaría el accionar de la querella particular; aunque se mostró confiado en que la jueza María Susana Frascaroli sostendrá la decisión de que se tramite un juicio abierto.
Con un año y medio, el niño Teo Rodríguez falleció el 10 de enero de 2018, tras ahogarse en la víspera en la pileta de lona de la guardería «Recrearte» de barrio Los Morteritos, en Anisacate. El hecho conmocionó a la comunidad de la región y encendió una alarma social respecto a las condiciones en que se habilitan y sostienen estos espacios de cuidados infantiles. Con una multitudinaria marcha en Alta Gracia y actividades en la plaza ubicada frente al domicilio en el que funcionaba la guardería, se ha venido sosteniendo el reclamo de justicia. Están imputadas la titular de la guardería y la docente que estaba a cargo cuando ocurrió el hecho.