Ante el incremento de la utilización de pirotecnia en Navidad, y anticipando que esta tendencia pudiera sostenerse para Año Nuevo; el veterinario y proteccionista Agustín La Porta advierte sobre el serio daño que esta práctica produce en animales, niños, adultos mayores y personas con diversos problemas de salud. También brinda algunas recomendaciones para resguardar a las mascotas de este flagelo.
La Porta ve con preocupación que en el tema prohibición de uso y venta de pirotecnia «hubo un atraso de lo que se venía avanzando» en los años anteriores. Atribuye este fenómeno a que tanto la Municipalidad como la comunidad se han relajado en lo que a conscientización refiere. «En la mayoría de las campañas de salud pública, cuando se baja la intensidad, vuelven a aparecer los síntomas; pasó con el dengue, pasa con el SIDA, pasa con los accidentes de tránsito: se deja de hacer la conscientización y vuelven a ocurrir los sucesos», analizó La Porta.
El veterinario recordó que con la puesta en marcha de la ordenanza 9900 que prohíbe uso y venta de pirotecnia, hubo pautas en radios y televisión, en Facebook e Instagram, que se hizo una maratón y se pusieron stands en el centro y los barrios, en los que se repartieron cerca de diez mil folletos, y que este año poco o nada de eso se sostuvo. «Hay que trabajar durante todo el año o por lo menos desde unos meses antes de las fiestas», concluye.
Tormenta sin aviso
Consultado sobre el daño que produce la pirotecnia en los animales, La Porta señaló que «principalmente produce miedo y eso lleva a un montón de problemas fisiológicos y de comportamiento». Fisiológicamente, puede generarles diarrea, salivación, agitación, aumento de la frecuencia cardíaca y hasta un paro cardíaco. En lo que hace al comportamiento, puede que se escapen, que se lastimen contra algo, se pierdan. «He tenido que rescatar a un perro, incrustado en una reja», graficó.
La Porta aclaró que no sólo los perros y los gatos sufren el uso de explosivos, sino también las aves y los insectos. «Para los animales, es una tormenta que llega de golpe, en la que no hubo baja en la presión atmosférica ni aumento en el ozono, osea no la presintieron, y por eso intentan escapar y es ahí donde se producen problemas», explicó.
Para reducir riesgo y daño
Finalmente, el veterinario brindó algunas recomendaciones para minimizar el riesgo y daño a los que están expuestos los animales domésticos: «Hay que tenerlos encerrados, para que no estén en la vía pública; se puede disminuir los estímulos, poniéndoles tapones en los oídos, que al otro día hay que recordar sacárselos; se les puede encerrar en lugares acústicos, en los que no entren ruidos, se les puede poner música fuerte; además, se puede consultar con un veterinario sobre qué elementos químicos, sedantes o tranquilizantes, se pueden utilizar para contenerles».
También subrayó la importancia de mantener a los animales identificados «con un hilo con un papel forrado, que contenga el nombre de la mascota y un número de teléfono al cual recurrir por si se pierde».
