Los desafíos tras la apertura del Obraje

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Por Belén Trucco – El pasado fin de semana, se llevó adelante «Obraje: Encuentro de Publicaciones, Artes y Oficios Gráficos», que utilizó el edificio histórico. Este es el primer evento en el espacio jesuítico del Obraje luego de los primeros trabajos de conservación e intervención que se llevó adelante en una tarea conjunta entre La Parroquia de La Merced, el Museo de la Estancia y la Municipalidad. A partir de la actividad surge el debate sobre el uso de este espacio y su importancia para la comunidad.

“Obraje: Encuentro de Publicaciones, Artes y Oficios Gráficos”, actividad que se desarrolló entre el 11 y el 13 de febrero en la ciudad, mostró un trabajo articulado entre el Museo Nacional del Grabado y la Estancia Jesuítica, sumando a organismos como el colectivo de Cine Migrante y del Festival gráfico de Córdoba Maní. Todo esto se dio en el marco de la convocatoria «Gestionar Futuro» del Ministerio de Cultura de la Nación, que trabajó y ganó la gestora cultural Agustina Triquell. Además, durante el sábado se sumó una muestra del Centro de Estudios Fotográficos que convivió con el evento.

Esta actividad, que se desarrolló principalmente en el edificio histórico donde funcionó el colegio del mismo nombre y que hoy es del Arzobispado de Córdoba, marcó un precedente y visibilizó la necesidad de la recuperación de este espacio para la cultura local y regional. Entendiendo la carga simbólica por el legado patrimonial que conserva, no sólo por la Estancia Jesuítica, sino por la escuela que albergó, la pregunta que surge es quién debe hacerse cargo de su gestión.

Tomás Bondone, director del Museo de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, junto a Autoridades Nacionales, curadora de la muestra y directora del Museo del Grabado, presentando el evento «Obraje».

CONTEXTO

El edificio del Obraje, pertenece al conjunto jesuítico. Según cuentan los documentos, era un espacio destinado a las actividades «taller» como carpintería, herrería y sobre todo ligado a la industria textil. Las personas esclavizadas que cumplían tareas en la Estancia Jesuítica, perfeccionaban sus conocimientos en el sitio o bien era su propio espacio de tareas junto al «traspatio» o «patio de los labores» del casco de la estancia.

Luego de la expulsión de los Jesuitas, la Estancia de Alta Gracia pasó por varias manos, hasta que la adquirió el último propietario que tuvo la estancia, don José Manuel Solares. Por voluntad testamentaria, Solares estableció que tanto la Iglesia como el edificio del Obraje pasaran a manos del Arzobispado de Córdoba, con la intención que estos espacios, sean de uso común, situación que prevalece hasta la actualidad.

Es así como el Arzobispado de Córdoba le dio este espacio al Instituto El Obraje, que por más de cincuenta años lo habitó hasta que puedo mudarse a su nuevo edificio. Con la institución mudada a barrio Sabattini, el edificio ubicado en el centro de la ciudad quedó libre con la posibilidad de tener otros usos.

Es ahí cuando comenzó el proyecto que trabajó una primera etapa de conservación del espacio y que articuló acciones entre el Municipio, La Parroquia y el Museo de la Estancia.

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ACUERDOS SOBRE LA FINALIDAD

Este gesto, puso en foco la necesidad de pensar qué iba a pasar en el espacio y cómo lograr darle un uso que sea beneficioso para la sociedad toda. En ese marco apareció la actividad «Obraje» y durante el evento se vio una interesante respuesta del público respecto a habitar semejante sitio. Incluso, con matices, hay un acuerdo generalizado entre los actores que deberían intervenir para recuperar el lugar.

Por un lado, la directora Nacional de Gestión Patrimonial Viviana Usubiaga, que estuvo presente en el evento Obraje, se refirió a la intervención de Nación en este sitio y no descartó «buscar socios» para que el espacio tenga una agenda permanente. «En principio se colaboró en la posibilidad de hacer la asesoría en la conservación del patrimonio, o sea que se viene trabajando desde Nación en ese sentido. Se han tenido reuniones y para nosotros sería fantástico poder seguir con una programación, aportando contenidos, con todos los formatos que podamos pensar e imaginar para a un espacio como este, para dinamizarlo, un espacio que es vecino a un organismo que pertenece al Ministerio de Cultura de la Nación, pero que siempre está buscando socios, para seguir con políticas culturales que llegue cada vez a más gente, ese es el objetivo», explicó.

Viviana Usubiaga

Por otra parte, cabe mencionar que en alguna oportunidad, el intendente de Alta Gracia Marcos Torres, había expresado que la intención del Municipio es que este espacio sea de uso para actividades «vinculadas con la producción artística y de oficios relacionados al patrimonio cultural».

Mientras tanto, el párroco de la Iglesia La Merced, Marcos Cabrera, había adelantado que por su parte, que «El Obraje» debía convertirse en un «espacio cultural que no sea sólo de exposición, sino que pueda brindarle a la comunidad un servicio formativo, que además integre el circuito de visitas para quienes arriban por el Museo de la Estancia Jesuítica«.

Lee la nota a Marcos Cabrera, clic aquí

Es clara la intención, tanto de Nación, como del Arzobispado y del Municipio, que «El Obraje Jesuítico» debe ser recuperado para el uso de la comunidad. Esto implicaría la inversión de una cantidad de fondos importantes, además de un trabajo de articulación constante de trabajo entre las partes.


El debate es qué organismo es el más idóneo para la tarea y cuál tiene voluntad política de que El Obraje se transforme en un espacio de uso común y cultural para las y los vecinos de la ciudad y sus visitantes, algo que podría aportar un valioso recurso para profundizar el debate sobre el perfil de la ciudad.

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