El observatorio «Ahora Que Sí Nos Ven» dio a conocer que entre el 1° de enero y el 30 de octubres se cometieron 208 femicidios en el país: 174 femicidios directos, 23 femicidios vinculados, tres travesticidios y transfemicidios y ocho instigaciones al suicidio. «Observamos con preocupación un salto cuantitativo y cualitativo en la violencia machista, en un contexto de retroceso de las políticas públicas y corrimiento del Estado frente a las violencias de género», advierten desde este observatorio.
Asimismo, subrayan que «los discursos de odio cobran cuerpo en la realidad: una mujer o una persona trans es asesinada cada 36 horas«.
La información revelada por «Ahora Que Sí Nos Ven» surge del análisis de los difundido por medios de comunicación de todo el país.
Datos destacados del informe
– 200 femicidios y travesticidios en 2025
– 8 instigaciones al suicidio
– 315 intentos de femicidio
– El 17% de las víctimas había denunciado
– 17 femicidas pertenecían a fuerzas de seguridad
– Al menos 171 niñxs quedaron sin sus madres
Discursos misóginos y violencia real, cotidiana y fatal
Expresan desde el observatorio que «los discursos misóginos impulsados por Milei, Bullrich y sus aliados Laje y Márquez —con quienes tenía vínculos el doble femicida de Córdoba, Pablo Laurta, asesino de Luna Giardina y Mariel Zamudio, integrante de “Varones Unidos”, organización que decía “defender a los varones de la ideología de género” y fue incluso retuiteada por funcionarios del gobierno— se traducen en violencia real, cotidiana y fatal».
Subrayan que «estos discursos alimentan el odio, legitiman el desprecio y matan«; y citan como ejemplo el transfemicidio de Azul Semeñenko, trabajadora estatal del área de género de Neuquén. «El odio se inscribe en nuestros cuerpos. ¡Las vidas trans importan!», enfatiza el comunicado de «Ahora Que Sí Nos Ven».
Y citan también como recientes episodios preocupantes el de adolescentes “disfrazados” de mujeres violadas, varones que dicen que “el consentimiento es injusto” o locales que cuelgan maniquíes en bolsas negras con frases misóginas. Todas postales que «dan cuenta del grave retroceso cultural avalado por un gobierno antiderechos«.
En ese marco, concluyen que el Estado «promueve el odio, abandona y culpabiliza a las víctimas, mientras incumple las leyes y los tratados de Derechos Humanos».
