En el marco de un nuevo «Día de los Enamorados», la Radio Tortuga 102.7 consultó a María Gabriela Böhmer, quien desde la organización «Jakairá Traslasierra» viene realizando hace más de diez años los talleres en escuelas «Ni Príncipes Azules Ni Princesas Rosas», para derribar el mito del amor romántico y prevenir la violencia en los noviazgos.
«Empezamos abordando la paternidad y la maternidad adolescente y llegamos al tema de los vínculos violentos a través del relato de las jóvenes mamás», introduce Böhmer, explicando el origen de estos talleres de prevención de noviazgos violentos: «Cuando íbamos por las escuelas, nos miraban raro porque parecía difícil pensar que dentro de una situación idealizada como feliz, como el noviazgo, pudiera haber violencia. Hoy ya nadie lo pone en duda y por suerte se está trabajando». Incluso, dice, «los varones la pasan mal con esta carga de tener que ser los que siempre van al frente, los que no lloran, los que deciden, los que mantienen».
Sumisión y pérdida de libertad
Böhmer analiza que el amor romántico que se propone en libros, canciones, películas, programas de televisión, «está sostenido por estereotipos que nos venden desde que somos chiquitos de cómo tiene que ser el amor», en el que predomina de que «el amor tiene que completar todo, tiene que perdonar todo y soportar situaciones de violencia». Entiende Böhmer que «esta idea va asociada a la sumisión y a la pérdida de la libertad».
En ese marco, lo que proponen a través de los talleres es pensar que «el amor no duele, no hace mal, es libertad, que es seguir estando con amigos y amigas, elegir». Aclara Böhmer que en ningún momento se niega que el amor exista o que el amor en pareja sea imposible: «Hay que trabajar sobre otros modelos, poder elegir y separar que el amor no tiene que ver con el sometimiento sino con la libertad».
Un cambio paciente aunque urgente
Al mismo tiempo, Böhmer reconoce que «las cosas están cambiando y hay otras miradas», pero ve con preocupación que el desfinanciamiento de la Ley de Educación Sexual Integral pone en riesgo una herramienta indispensable desde la cual abordar esta problemática tanto en ámbitos formales como informales de la educación.
En cuanto a la recepción de los jóvenes de estas ideas alternativas a la del mito del amor romántico, Böhmer celebró que «están muy abiertos los jóvenes a los cambios», más se mostró prudente con los tiempos: «los cambios no son de un día para el otro, pero nuestra experiencia es que para los jóvenes es muy liberadora esta nueva mirada». Y concluyó: «Hay que seguir trabajando de una manera esperanzada».
