Milei en el Congreso: cacerolazo, sillas vacías y un discurso agresivo y sin novedades

0

En la noche de este sábado 1° de marzo, el presidente Javier Milei pronunció el protocolar discurso de apertura del año legislativo del Congreso. Ante un auditorio poblado mayormente por propios y aliados, anunció el arancelamiento de la educación y la salud para personas extranjeras, cuestionó la obra pública y el apoyo a la industria nacional, celebró los despidos en el Estado y condicionó la salida del cepo a un acuerdo con el FMI.

Mientras tanto, en las afueras del Congreso, una multitud se congregó para cuestionar el rumbo político del Gobierno, con un «cacerolazo» que incluso se coló en la hermética transmisión oficial.

Dentro del recinto, la oposición, en su mayoría, dejó sus bancas vacías para denotar su desagrado con el mandatario que desde antes de asumir y en el año y medio de gestión que transita, ha denostado la labor parlamentaria.

$LIBRA afuera

A lo largo del discurso, Javier Milei omitió referirse al «criptogate» que generó un escándalo internacional y lo tiene señalado como uno de los responsables directos de una estafa global perpetrada a través de la criptomoneda $LIBRA.

Sin ponerse colorado, incluso, cuestionó a gobiernos anteriores a quienes señaló como responsables de «verdaderas estafas piramidales».

¿Libertad de prensa?

Tras la polémica restricción que se le impuso desde el Ejecutivo (con el aval de los presidentes de ambas cámaras legislativas) al periodismo parlamentario y a los fotorreporteros, a quienes se los relegó a espacios incómodos para desarrollar sus labores; la cadena nacional sólo registró el aplauso de los legisladores oficialistas y sus aliados, y la ovación de sus acólitos en los lugares privilegiados de las gradas; y ocultó celosamente las sillas vacías.

Paradójicamente, la transmisión oficial del arribo del Presidente al Congreso no pudo mutear el multitudinario cacerolazo que expresaba su repudio al Gobierno.

Más de lo mismo

En términos de contenido, en el discurso sobreabundaron referencias sobreideologizadas a las cuales Milei recurre permanentemente.

Y anunció el arancelamiento de la educación y la salud para personas extranjeras, cuestionó la obra pública y el apoyo a la industria nacional, celebró los despidos en el Estado y condicionó la salida del cepo a un acuerdo con el FMI.

Además, aprovechó Milei los resonantes últimos casos de inseguridad que tomaron estado público para cargar sobre uno de sus contendientes predilectos, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. Al igual que lo hizo días atrás, en una inédita postura antirrepublicana, exhortó a que renuncie para propiciar una intervención de Nación.

También en materia de seguridad y con una retórica exageradamente punitivista, se subió al debate de la baja de edad de imputabilidad.

Y volvió a cuestionar la discriminación positiva aplicada en los últimos años, como herramienta ampliamente consensuada para achicar la brecha de acceso a los derechos de aquellos colectivos históricamente postergados. Utilizó para ello una maniquea interpretación de la igualdad ante la Ley.

Así las cosas, el discurso presidencial no sumó nada novedoso y ratificó la postura intransigente del Gobierno para con las críticas recibidas e insensible con la depreciación del nivel de vida que su política de Estado devaluado genera en amplias mayorías.

Fotos: cuentas de X de Gabriela Vulcano y Alejandro Vilca

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí