La agrupación Mujeres de la Matria Latinoamericana, MUMALA, de Alta Gracia, realizó el lunes 2 de abril por la tarde una intervención en la esquina de Avenida del Libertador y Alfonsín para visibilizar a siete víctimas de femicidios de la Provincia de Córdoba, ultimadas por policías o militares, activos o retirados, de 2012 a esta parte.
El caso de Deolinda Andrea Díaz, asesinada hace pocos días en Despeñaderos por su esposo, el policía José Adrián Contreras, quien se suicidara horas después; fue el detonante para esta actividad en la que se recordó también a María Soledad Torres (asesinada en 2012), Andrea Fernández (en 2013), Andrea Porta (en 2014), Celeste Montes (en 2016), Viviana Santillán (en 2017) y Yuliana Chevalier (en 2017).
Un artículo de opinión de Saira Asúa, integrante de MUMALA Alta Gracia, previo a la intervención, echa por tierra la premisa de que «aumentar las pericias psiquiátricas sean la respuesta para disminuir femicidas», ya que, manifiesta, el femicida no se haya atravesado por una enfermedad psíquica. «Los violadores, agresores, femicidas, victimarios no son enfermos, son hijos sanos del patriarcado», afirma Asúa, ubicándolos en un «contexto social patrialcal».
A continuación, explica que «un femicida no ejerce solo sus actos desde la singularidad de su estructura psíquica, sino que en todo caso ésta se encuentra determinada por un sistema cultural que posiciona al hombre como superior a la mujer y ‘avala’ la violencia como medio para imponer dicha superioridad». Y que cada ataque busca «disciplinar, encuadrar, ejercer el poder sobre la mujer ubicada como objeto (no como persona)».
En ese contexto, afirma que para revertir el presente no se trata de aumentar las pericias psiquiátricas a femicidas o aumentar las penas a los agresores, sino de «lograr un cambio en la forma como cotidianamente construimos nuestras relaciones. Y esto sólo se puede lograr a través del trabajo de base, con capacitación, programas de prevención, educación, y dialogo horizontal».
Con la intervención montada en la esquina de Avenida del Libertador y Alfonsín, MUMALA Alta Gracia puso de relieve también la «ausencia del Estado en todos los ámbitos donde nos desarrollamos las mujeres y particularmente cuando nos encontramos en una relación violenta, y al buscar salir nos chocamos con un sistema poco articulado y revictimizador», señaló Asúa, quien retomó el reclamo de que se declare una Ley de Emergencia en materia de Violencia de Género y que «se cree un protocolo de acción para las víctimas y programas de prevención y capacitación para todos los funcionarios del Estado, haciendo hincapié en las fuerzas de seguridad, para erradicar la violencia machista y junto con ella la violencia institucional».
