La propuesta que adelantó el ministro de Economía Martín Guzmán, incluye además una quita del 5,4 por ciento del capital y del 62 por ciento de los intereses.
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En la jornada de ayer, el Presidente Alberto Fernández encabezó la reunión donde se presentó el plan de reestructuración de la deuda externa argentina, en compañía del ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, la vicepresidenta Cristina Fernández, el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta y el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. En la residencia de Olivos también se presentaron todos los gobernadores del territorio nacional, algunos de manera presencial y otros de forma remota.
Allí, el ministro de Economía de la Nación expuso un breve discurso en el que explicó la situación de deuda del país, la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la posición de los acreedores privados y la propuesta que le llegará a los bonistas en el día de hoy. La propuesta a los bonistas incluye una quita del 5,4 por ciento del capital y del 62 por ciento de los intereses.
«Hemos decidido seguir de forma responsable con un proceso ordenado sobre la base de la buena fe, para poder reestructurar la deuda y dejarla en un estado que sea sostenible. Que le permita a Argentina tener condiciones para poder recuperarse, ponerse de pie y establecer un sendero de crecimiento sostenido una vez que esta situación del coronavirus llegue a su fin», adelantó el economista ayer.
La propuesta que expuso Martín Guzmán ante el resto de los funcionarios implica «cambiar la estructura de deuda que argentina tiene actualmente, por otra que implique un periodo de gracia de tres años». Es decir, se empezaría a pagar en 2023. «Será una reducción de capital de 3 mil 600 millones de dólares, sobre el stock adeudado. Y, una reducción del pagó de intereses de 37 mil 900 millones de dólares», detalló el ministro. También adelantó que los acreedores tendrán veinte días para tomar posición y una respuesta sobre esta oferta.
También pidió que la sociedad tome el compromiso de estar unidos sobre esta oferta porque la misma es «prácticamente fundacional para la recuperación y para asentar condiciones para un desarrollo sano para el país». Además, advirtió que habrá gente jugando muy fuerte. «Hay muchos intereses en juego. Las voces de nuestros acreedores, que buscan que Argentina pague más de lo que puede, van a estar resonando», agregó.
«Lo que dicen del otro lado es que Argentina tiene que continuar por el sendero del ajuste fiscal, rápido y en más cantidad. La realidad es que eso destruiría el futuro, las oportunidades de millones de personas en Argentina, sería un problema para todo el territorio nacional. Es algo que nosotros no vamos a permitir. Hay un límite hasta dónde se puede ir. Ese límite es la oferta que argentina está presentando», enfatizó sobre la posición del país ante los acreedores privados.
Por otro lado, el ministro de economía confesó que el FMI también evaluó la capacidad de pago de Argentina: «Hay consenso de que hoy no se puede pagar nada y que se pueda sostener. Hay consenso de que puede haber una reducción fuerte de la carga de deuda y que esta reducción puede tomar distintas formas«, como la reducción de capital e intereses o extender los plazos de vencimientos.
El presidente Alberto Fernández fue quien dio comienzo a la reunión en la residencia de Olivos y aseguró que «deuda sostenible para nosotros es una deuda que no postergue a la Argentina y que podamos pagarla sin postergar las necesidades que argentina tiene«.
«Tal vez, esta sea la oportunidad para comenzar a construir otro país, más justo, más solidario, más igual, realmente más federal», agregó.
La deuda bajo legislación extranjera que el Gobierno debe reestructurar asciende a 66 mil 238 millones de dólares, que llegan a 83 mil millones en moneda norteamericana, si se suman los títulos bajo legislación local.