En la tarde de este miércoles 12 de marzo, diversas fuerzas de seguridad, a la orden de la ministra Patricia Bullrich, reprimieron brutalmente a las jubiladas y jubilados que se movilizaban frente al Congreso, en demanda de mejoras en sus haberes previsionales, y una multitud de manifestantes que los acompañaban. El desproporcionado accionar represivo, que dejó al menos dos heridos graves y más de un centenar de detenidos; y fue repudiado con marchas que se desplegaron hasta altas horas de la noche en la Ciudad de Buenos Aires y también en la capital cordobesa e incluso en Alta Gracia.
Según reveló la periodista Irina Hauser la jueza Karina Andrade ordenó liberar a los 114 detenidos que estaban reportados: «Se encuentra en juego (…) el derecho a la protesta, a manifestarse en democracia y a la libertad de expresión».
La movilización central arrancó frente al Congreso dos horas antes de las 17, cuando estaba convocada oficialmente la marcha, ya que desde temprano empezó a llegar gente al lugar.
Si bien la marcha de jubilados se sostiene cada miércoles, para esta ocasión habían anticipado su participación solidaria hinchas de diversos clubes de fútbol, organizaciones gremiales y sociales; lo que elevó notablemente el número de manifestantes.
Sin que se produjeran hechos de violencia, las fuerzas de seguridad tomaron la incomprensible medida de arrinconar a los manifestantes sobre las veredas, a sabiendas de que por la cantidad de personas que participaban, se producirían amontonamientos y enfrentamientos cuerpo a cuerpo.
Con palos, gases lacrimógenos y un camión hidrante, se intentó dispersar la marcha, que se terminó trasladando hasta la Plaza de Mayo, donde nuevamente fue reprimida.
En ese marco, una mujer jubilada de 87 años que estaba en una vereda fue golpeada por un efectivo policial y cayó de espaldas al piso, en un hecho que generó una fuerte indignación en el lugar y también al viralizarse la imagen. En otro sector, el fotógrafo Pablo Grillo, que estaba registrando la represión, fue alcanzado por un balazo de goma en su cabeza y debió ser internado de urgencia, con traumatismo de cráneo y pérdida de masa encefálica.
Para este operativo, se dispuso un millar de efectivos de fuerzas de seguridad, de la Policía Federal, la Policía de la Ciudad, Gendarmería, Prefectura, el Servicio Penitenciario y Seguridad Aeroportuaria.
Paralelamente a estos hechos, medios de comunicación registraron situaciones al menos extrañas, que son leídas como provocaciones para generar disturbios que justificasen el accionar represivo: volquetes con piedras en inmediaciones de la plaza de los dos Congresos; un patrullero abandonado, abierto e invitando a ser incendiado; una pistola que dejó caer un efectivo, para que quede a mano de quien pudiera recogerlo.
A la 2,30 de la madrugada continúa la protesta frente a Casa Rosada
— Agencia El Vigía (@AgenciaElVigia) March 13, 2025
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Tras el repliegue de la mayoría de los manifestantes, entrada la noche del miércoles una multitud empezó a arribar caminando a la Plaza de Mayo desde diversos sectores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), para expresarse a través de un «cacerolazo», exigiendo «que se vayan todos y no quede ni uno solo».
Este tipo de manifestaciones se replicaron en diversas ciudades y pueblos del país. Por caso, en la noche se montó un reclamo con cacerolas y banderas argentinas frente al Patio Olmos, en la ciudad de Córdoba.
En Alta Gracia, en tanto, por la tarde se realizó una nueva edición de la marcha de jubilados, pensionados y retirados, que se viene sosteniendo semana a semana y que en este caso, pese a la incesante llovizna que caía, contó con el acompañamiento de organizaciones sociales y feministas, jóvenes raperos e hinchas de clubes de fútbol.


Fotos: gentileza FiloNews y Quimey Bareiro