Por Cristina Verra
Estamos transitando la Semana Internacional por un Parto Respetado. Este año el lema es “apoyo continuo para mí y mi bebé. El nacimiento es una cuestión de salud pública”. Hubo marchas en Buenos Aires y Córdoba y el día sábado 23 de mayo a las 15.30 horas se realizará una charla informativa en la librería Hora Libre.
Yo te pregunto a vos. Médico/a, partera/o, enfermera/o, mujer, hombre, adulto responsable. No estoy enojada, en todo caso, estoy sorprendida de que seamos un puñado los que reclamamos un poco de respeto en el parto; si no somos mujeres pariendo, somos padres acompañando, o hijos que en un pasado lejano hemos nacido, o abuelos, o tíos o hermanos. Todos estamos involucrados. Estamos hablando de un aspecto esencial: ni más ni menos que el futuro de la humanidad.
Hoy pregunto. Porque es hora de hacer las preguntas y que las respuestas sean de cada uno. Con información, con sentido común (el menos común de los sentidos), con la historia personal de cada quién, con evidencia científica si no te alcanza.
Si la Organización Mundial de la Salud desrecomendó (hace más de 20 años) más de un 10% de inducciones con medicamentos sintéticos que inician o aceleran el proceso del parto, ¿por qué en la mayoría de las instituciones inducen a casi todas las mujeres, dificultándoles el movimiento, alterando sus eficientes hormonas naturales, favoreciendo la posibilidad de causar sufrimiento fetal por la alta exigencia que produce la oxcitocina sintéticae inventando cesáreas de urgencia?Mayor riesgo de rotura de útero, de sufrimiento fetal, de hemorragia pos parto y de cesáreas. Dolor insostenible que hace que la mujer requiera analgesia. Por todo esto la oxitocina sintética está catalogada como uno de los once medicamentos de alto riesgo, tanto por la Asociación Americana del Medicamento (FDA), como por el Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos (ISMP) de España. Si esta misma organización internacional (OMS) recomienda proteger el periné, es decir, no hacer episiotomías innecesarias, ¿por quécortan al 90% de las mujeres primerizas?.¡Un escándalo que a nadie le interesa!. Según Mardsen Wagner, ex director del departamento de Salud Materno-Infantil de la OMS “la episiotomía nunca es necesaria en más de un 20% de los partos. La ciencia ha constatado que causa dolor, aumenta el sangrado y causa más disfunciones sexuales a largo plazo”. Realizar demasiadas episiotomías ha sido correctamente etiquetado como una forma de mutilación genital a la mujer. Los médicos dicen que ese corte en el periné evita desgarros pero no hay posición que favorezca más los desgarros que estar tumbada con las piernas abiertas y amarradas. Si la propia OMS no recomienda la posición de litotomía (acostadas) para parir, y la ley 25.929 (“Derechos de padres e hijos (…)”) advierte que debemos poder elegir la posición para parir, ¿por qué nos siguen acostando? Esta posición no aprovecha la gravedad, puede dificultar la oxigenación del bebéy entorpece el período expulsivo. Estoy respondiéndome a mí misma un poco, lo sé, pero que cada quién saque sus propias conclusiones. Sigo preguntándote. ¿Si la anestesia epidural colocada en la zona lumbar bloquea todos los nervios, por qué muchas mujeres la piden desesperadas?. Bajo los efectos de “la peri”, como algunos la llama amistosamente, ya no sentiremos el nacimiento de nuestro bebé, y deberán conducirnos los pujos. Además, puede ralentizar las contracciones e incluso dificultar la oxigenación del bebé, lo cual es muy grave.Sucede que al colocar un medicamento externo (oxitocina sintética), nuestro cuerpo ya no produce sus hormonas naturales. Las endorfinas son un anestésico natural muy potente que se activa en los partos fisiológicos, pero en los partos medicalizados el cuerpo no produce estas maravillosas endorfinas. Por eso pedimos la epidural. Que encima, cuesta. Y mucho.Si sabemos científicamente que la placenta sigue enviando oxígeno y hierro al bebé, ¿por qué se corta el cordón antes de que deje de latir? ¿Cómo es posible que permitamos que nos separen de nuestros hijos sin una causa médica justificada, si los controles pertinentes podrían realizarse sobre nuestro pecho?. Si la OMS no justifica más de un 10 a 15% de cesáreas en ningún país, por qué el promedio de cesáreas en las instituciones privadas de nuestro país es del 50%. Inclusive hay clínicas donde ocho o nueve de cada diez bebés nacen por cesárea. ¿Estos países cuyos partos son intervenidos y medicalizados realmente tienen mejores índices de morbimortalidad materno infantil? ¿Por qué en algunos lugares no permiten a las mujeres estar acompañadas en los partos? La investigadora Robby David Floyd habla del poder simbólico de estas “ritos de pasaje” a la maternidad, que aunque no tengan una justificación médica, pues desde hace años sabemos que ni las episiotomías ni las cesáreas ni la posición de litotomía deberían ser rutinarias, siguen teniendo un poder simbólico muy poderoso que hacen que las mujeres acepten las reglas socialmente establecidas. El hecho de que la mujer esté sola en el parto, alejada de su marido o de alguna persona de su confianza, simboliza según esta investigadora aislamiento y confinamiento. ¿Cuál es el país con mejores índices de morbimortalidad materno infantil? ¿Cuáles es el modelo de parto seguido en ese país?
Bueno. Esta última pregunta necesito responderla: Holanda es uno de los países con mejores estadísticas mundiales de morbimortalidad materno infantil. Es el único país industrializado donde cuatro de cada diez bebés nace en casa, uno de cada tres en pequeñas casas de parto, y uno de cada tres en un centro de obstetricia normal. Tienen una taza muy baja de cesáreas, episiotomías o inducciones. La atención del embarazo normal es llevada a cabo por un agente de salud fundamental, la partera. El parto nunca llegó a ser medicalizado. Sólo se apela a los avances tecnológicos en casos justificados. La tecnología es muy útil cuando la vida de un bebé o una mamá corre riesgos. Esto es en un mínimo porcentaje de los casos. El parto natural y seguro pueden y deben ir de la mano.
La propuesta consiste en trabajar el apoyo que debe tener la mujer embarazada de parte de su familia, para mantenernos informados, logrando la salud integral de la embarazada. Las familias, dice la Relacahupan (Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y el Nacimiento), deben reconocerse como aptas para cuidarse; trabajar en el cumplimiento de sus derechos, elegir servidores empáticos desde el comienzo y buscar la ayuda necesaria luego del nacimiento, enumeran entre otros postulados.
NOCIONES BÁSICAS SOBRE LA HUMANIZACIÓN DEL PARTO
Llegamos al punto dramático de tener que acompañar la palabra Parto con la palabra Respeto, porque los partos han sido en general tan abusivos con las mujeres, que fue necesario emprender un proceso de “humanización” de los mismos. Incluso la violencia llegó a ser tal, que se incluyó el concepto de “violencia obstétrica” en la Ley de Protección Integral a las Mujeres (26.485) de eliminación de la violencia contra la mujer.
Existe una ley realmente revolucionaria que es vulgarmente llamada “Ley de parto humanizado” (25.929). Su aprobación en 2004 fue un avance genuino en el respeto del parto y nacimiento, pero la ley no tiene aplicación plena y hay fuertes resistencias en ciertos profesionales de la salud para aplicarla.
La humanización del parto es un proceso que aún hay que hacer.Depende, claro está, de un compromiso de parte de la salud pública, y a su vez, de un trabajo de la futura familia, que debe hacerse cargo de ser la protagonista indiscutida del nacimiento de su hijo, que la hará, justamente, renacer como familia.
Muchas mujeres han testimoniado que el momento del parto, en lugar de ser un evento doloroso, ¡ha sido placentero hasta el punto del clímax!. Te guste o no, la idea preconcebida que tenemos del parto como un sufrimiento ha sido culturalmente impuesta.
Estamos llegando al final de esta nota: es el momento de pedir. Queremos que reglamenten la Ley 25.929. Que las parteras puedan asistir en paz los partos en casa. Que las obras sociales paguen los partos domiciliarios. Queremos intimidad en el momento del parto, acompañamiento, apoyo amoroso. Queremos profesionales empáticos, salas de parto adecuadas. Ser protagonistas. Poder expresarnos. Elegir la posición. No aceptamos ser separados en vano de nuestros bebés recién nacidos. Queremos más parteras autónomas. De hecho, creemos que se necesitan muchísimas parteras para bajar los índices de morbibortalidad materno infantil de Córdoba. Sabemos que cada persona es un mundo, y que debemos tener la opción de elegir libremente qué tipo de parto queremos tener. No todas tenemos que querer un parto natural. No es un deber. Es un derecho.
Argentina firmó un acuerdo con las Naciones Unidas en el que entre los objetivos del milenio estaba antes del 2015 reducir 2/3 los índices de morbimortalidad materno infantil y el mejoramiento de la salud materna. El objetivo no se cumplió. Sin embargo, se sigue poniendo el foco en más tecnología en vez de cambiar de paradigma para apoyar el trabajo de las parteras, la fisiología del nacimiento, la preparación para el parto y el espacio físico adecuado, entre otras cuestiones.
El parto es un evento natural en el que culmina un proceso normal y saludable: el embarazo. Pero estamos en el siglo XXI Cambalache, donde 5 de cada diez bebés nacen tras una operación mayor y 9 de cada diez mujeres primerizas sufren cortes en sus genitales para parir. “Que falta de respeto que atropello a la razón”, me digo. No te enojes. Es sólo una opinión (basada en la evidencia científica, las recomendaciones de la OMS y las leyes de nuestro país).